Lado B
Mitos morenovallistas (ensalzados por su prensa)
Plumas morenovallistas han insistido en que solo AMLO pudo derrotar a Rafael. Nada más falso: Rafael tuvo oposición a la que silenció con autoritarismo
Por Juan Manuel Mecinas @jmmecinas
13 de febrero, 2019
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Juan Manuel Mecinas

@jmmecinas

1.- Rafael era el gran opositor a AMLO, quien fue el único que lo derrotó

[dropcap]A[/dropcap] partir de su muerte, las plumas morenovallistas han insistido en que solo López Obrador pudo derrotar a Rafael e incluso algunos sugirieron que AMLO era de cierta forma responsable de la muerte del grupo que gobernó la entidad durante los últimos ocho años. Nada más falso: Rafael tuvo oposición a la que silenció con autoritarismo (y ahí quién gana es el silenciado, no el autoritario). Además, muchos lo derrotaron y, efectivamente, también derrotó en algunas ocasiones a sus adversarios.

La prensa de Moreno Valle olvida las derrotas en distintas contiendas electorales. AMLO no solo lo derrotó en 2018, sino también en 2012, como el calderonismo lo dobló durante la última parte de su mandato y el PRI durante el inicio del sexenio de Enrique Peña Nieto.

Rafael era sagaz y un buen negociador, pero demasiado testarudo y, sobre todo después de Chalchihuapan, rodeado de personajes muy menores (la desbandada tras su muerte no hace sino confirmar este dicho).

Rafael no era el gran opositor a AMLO porque en este momento no hay político que se enfrente al tabasqueño y no hay político que haya sido capaz de fijarle agenda al Presidente. Si alguien recuerda a Manlio Fabio Beltrones durante los años de Calderon, tendrá claro que Moreno Valle estuvo muy lejos de ser un factor de influencia durante la 4T, como sí lo fue Manlio Fabio durante el calderonismo.

Solo que la Historia no es amiga de la adulación, y las plumas de Rafael escriben y escribieron tocándose el bolsillo o el corazón, y así es difícil saber que el jefe inteligente que fue Rafael tenía virtudes y también tenía defectos. Sus plumas solo miran y miraron lo primero. Durante 8 años no vieron lo segundo; no lo verán ahora.

Foto tomada de Wikipedia

2.- Puebla es segura

Los índices lo mostraban y nadie hizo caso. La prensa de Moreno Valle fue constante en su defensa del exgobernador y siempre sostuvo que Puebla era un Estado seguro. La seguridad, sin embargo, fue el gran pendiente de los 3 gobiernos de Moreno Valle (él, Gali y Alonso) porque la receta del exgobernador y de sus pupilos fue siempre policiaca y nunca social, para atacar un problema que es social y tiene poco que ver con el número de policías que vigilan la entidad o con las armas que portan.

Además, la incursión en el círculo de Moreno Valle de personajes de los que se dice que tenían nexos con el crimen organizado, dejó claro que la intención de Rafael y compinches era detener la percepción de descomposición de la seguridad del Estado, pero nunca fue detener la rampante delincuencia que se hizo presente e incrementó su poder en municipios clave de la entidad, tales como los colindantes con el Estado de Veracruz, por no hablar de la zona conurbada de Puebla capital.

3.- Un grupo de ejecutivos que transforman Puebla

Falso. El Morenovallismo arribó al poder porque la coyuntura de desgaste del marinismo era una herida de muerte para el PRI.

Rafael y su equipo supieron observar el contexto, sugirieron la estrategia del héroe que salvaría al Estado y recuperaría el “orgullo de ser poblano”, según sus propias palabras. Ganaron una batalla y construyeron muchas cosas, pero nos quedamos lejos de presenciar una verdadera transformación de la entidad.

Los índices lo demuestran: Puebla sigue siendo un Estado con pobreza alarmante, inseguridad rampante y con una economía de tercer mundo.

Nunca se esperaría que el Morenovallismo pudiera transformar Puebla en 8 años, pero tampoco se esperaba que no sentara las bases. El vicio de Rafael y su equipo tiene una razón: su percepción del fin del Estado como constructor de obras de hormigón  y proveedor de ganancias para los intereses del grupo en el poder y para sus amigos. Bajo ese concepto se movió. Hizo cosas buenas con ganancias mejores (para unos cuántos) y cosas malas con ganancias mejores (para los mismos personajes). El Estado era una plataforma para hacer negocios. Si los negocios y las obras eran óptimas para los ciudadanos, eso ya era harina de otro costal.

El botín era la razón primera y última. No es nada personal; Just business 

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Autor Lado B
Juan Manuel Mecinas
Profesor e investigador en derecho constitucional. Ha sido docente en diversas universidades del país e investigador en centros nacionales y extranjeros en temas relacionados con democracia, internet y políticas públicas.