Aranzazú Ayala Martínez

@aranhera

Diez fosas, 17 cuerpos y ocho municipios: así abarcó el horror de las fosas clandestinas al estado de Puebla en 2018.

Pues aunque las autoridades locales y federales no reconocen la existencia de fosas clandestinas en el estado de Puebla desde 2006 hasta diciembre de 2018, los registros hemerográficos y hallazgos en algunos municipios dan cuenta de entierros clandestinos y restos humanos en terrenos y parajes, muchos aún sin ser identificados.

Foto cortesía: Erika Lozano

Una búsqueda hemerográfica da cuenta de diez fosas con 17 cuerpos en ocho municipios, casi todos en la zona centro de la entidad.

Sin embargo, tanto la Fiscalía General del Estado como la Procuraduría General de la República respondieron vía acceso a la información que no tienen registro de fosas en Puebla desde el 1 de enero de 2006 al 21 de noviembre y al 11 de diciembre de 2018, respectivamente.

Pero el año pasado durante más de la mitad del año sí fueron encontradas fosas. En noviembre la localización de tres entierros clandestinos en los municipios de Palmar de Bravo y Ciudad Serdán, con los restos de ocho personas fue noticia nacional y colocó a Puebla como una entidad más a donde llegó el horror que ya se había vivido en estados como Veracruz, Guerrero y Coahuila.

La primera fosa de 2018 apareció el 23 de enero en Los Reyes de Juárez, con cuerpos de dos personas. La siguiente un mes después en San Salvador Huixcolotla, ambos en la zona de mayor violencia por el robo de combustible.

También se encontraron fosas en Coronango, Lafragua, Ciudad Serdán, Palmar de Bravo y Tecamachalco: todos estos municipios siguen una ruta que parte del centro del estado y sube hacia Veracruz, por la parte de Perote.

Los datos de los entierros clandestinos encontrados en 2018 coinciden con los municipios con los índices más altos de desaparición de personas un año antes, en 2017.

Una investigación hecha por LADO B señaló al cinturón de personas desaparecidas ese año saliendo de Puebla capital, pasando hacia Tepeaca, Tecamachalco, Ciudad Serdán y Lafragua; tres de las fosas encontradas al año siguiente coinciden con los municipios con las tasas más elevadas de personas desaparecidas por cada cien mil habitantes.

La expansión de las fosas

Las fosas clandestinas no fueron exclusivas de la región más violenta de Puebla, sino que se encontraron también en la zona de los volcanes, muy cercana a la capital. En marzo hallaron los restos de un hombre, enterrados en Coronango, y el 5 de diciembre aparecieron dos fosas, cada una con un cadáver, en Juan C. Bonilla, municipio que colinda con Cholula.

Aunque el año pasado los hallazgos fueron ya imposibles de ocultar en medios y entre la opinión pública, desde 2017 había indicios del incremento de este fenómeno.

Ese año se localización al menos tres fosas en el estado de Puebla. La primera fue en marzo en el municipio de Acatzingo, en la junta auxiliar de Teteles, donde estaban los cuerpos de dos hombres.

Otra fue hallada el 24 de noviembre en la junta auxiliar de La Resurrección, en la capital de la entidad, con el cadáver de Natividad Gómez Calvario, de 85 años de edad. Una más en el municipio de San Salvador Huixcolotla, frontera con Acatzingo en la zona conocida como el “Triángulo Rojo”, con los restos de tres personas, una ya con tanto tiempo de descomposición que sólo estaba la osamenta.

Ninguna es considerada una fosa clandestina ni por la FGE ni por la PGR.

Foto cortesía: Monica Gonzalez Islas/ Pie de Pagina Red de Periodistas de a Pie

Omisiones constantes

La CNDH ya había advertido de fallas y omisiones de parte de las autoridades de la FGE para informar y reconocer la existencia de fosas clandestinas.

En el “Informe especial de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos sobre desaparición de personas y fosas clandestinas en México”, publicado en abril de 2017, y que abarca el periodo de 2007 a septiembre 2016, la CNDH localizó mediante una búsqueda hemerográfica cinco fosas con diez cadáveres. La Fiscalía de Puebla reportó cero fosas.

El documento advertía ya, hace casi dos años, de una falta de colaboración de la FGE por dar respuestas incompletas, alarmante sobre todo por la evidencia hemerográfica de la existencia de entierros clandestinos.

*Foto de portada cortesía de Monica Gonzalez Islas/ Pie de Pagina Red de Periodistas de a Pie