Después de una cirugía de extracción de terceros molares, la recuperación suele ser molesta y dolorosa. Con el fin de proporcionar un mejor tratamiento postoperatorio en estos casos, un equipo conformado por investigadores y un estudiante de la Facultad de Estomatología de la BUAP experimentó con éxito una técnica de láser terapéutico que disminuye el tiempo de convalecencia del paciente.
“El láser terapéutico emite una luz infrarroja que trabaja a nivel celular, directamente sobre la mitocondria, lo que acelera el metabolismo y por ello la cicatrización y regeneración de los tejidos son más rápidas”, explicó Daniel Bahena Ambriz, tesista de esta unidad académica.
Mediante esta técnica el tiempo de recuperación del paciente puede reducirse entre siete días y semana y media, en comparación con un tratamiento convencional basado solo en medicamentos.
Carolina Sámano Valencia, académica de la Facultad de Estomatología, señaló que este procedimiento se aplicó en 62 pacientes, quienes se sometieron a una cirugía de extracción de terceros molares de ambos lados, con resultados postoperatorios satisfactorios.
“El láser realmente favoreció la disminución de inflamación y dolor de los pacientes después de la cirugía; existió una diferencia estadística entre el lado de la cara en el que se aplicó el tratamiento y en el que no, además de imágenes que muestran la diferencia en el grado de inflamación de ambos lados del rostro”, afirmó.
Se tomaron medidas faciales a los pacientes, antes y después de las cirugías (así como en el tercer y séptimo día), y los resultados demostraron que del lado en el que se empleó el láser tenía un porcentaje de inflamación de 3.44, mientras que el lado en el que no se aplicó de 5.29 por ciento.
Asimismo, en una escala del 0 al 10, en la cual el cero es la ausencia de dolor y diez el nivel máximo, se comprobó que a los tres días de la cirugía los pacientes presentaban una puntuación de 1.65 en el lado derecho (donde se aplicó), mientras que en el lado izquierdo los niveles eran de 2.89, lo cual representa un dato estadísticamente significativo.
En términos cualitativos, las personas que fueron sometidas al tratamiento indicaron que después de las operaciones sentían menos molestias y menor inflamación de un lado que del otro, lo que confirmó los resultados comparativos de las zonas en las que se utilizó el láser.
“Al hacer la revisión de la literatura para el proyecto encontramos que en este tipo de tratamientos el láser se aplicaba después de la cirugía. Sin embargo, a partir de la idea del cirujano decidimos implementar el láser directamente en el tejido Diana antes de iniciar las extracciones y los pacientes denotaron menor dolor a la punción al momento de infiltrar el anestésico”, destacó Daniel Bahena.
Por su parte, Ana Karina Ley García, docente de la misma facultad, subrayó que este tratamiento se refleja en un beneficio para el paciente, ya que al ofrecerle una mejor calidad postoperatoria podría regresar en menos tiempo a sus actividades diarias y volver a comer de forma normal.
La docente comentó que el equipo con el cual se realizaron los tratamientos es un láser terapéutico infrarrojo de arseniuro de galio, indicado para su uso en la recuperación y remodelación de tejidos y tiene un nivel de penetración de hasta 4 centímetros. Además, este sistema actúa sobre la permeabilidad de vasos sanguíneos y linfáticos, así como sobre las fibras nerviosas.
Este trabajo fue presentado en el XXV Encuentro Nacional y XVI Iberoamericano de Investigación en Odontología y las IV Jornadas de Investigación en Odontología, de la Universidad Autónoma de Zacatecas, así como en el X Congreso Internacional de Cuerpos Académicos y Grupos de Investigación en Odontología, de la Universidad Autónoma de Nuevo León, en los cuales obtuvo terceros lugares en el área de investigación clínica.
Las 62 cirugías de terceros molares fueron realizadas de mayo del 2017 a enero del 2018, por Mario Alberto Lagunés López, especialista en cirugía maxilofacial, de la Facultad de Estomatología. La responsable de este proyecto es Ester Luminosa Soberanes de la Fuente, profesora de esta unidad académica.
Por el momento dicho tratamiento solo ha sido aplicado como parte del proyecto; sin embargo, debido a los buenos resultados podría ser considerado para aplicarse como un procedimiento permanente en las cirugías realizadas en la facultad.