Lado B
Jogo bonito
Mientras muchos técnicos buscan innovar, inventar posiciones y rotar a sus jugadores, "Tite" los ha colocado en la posición donde mejor se desempeñan, retomando el estilo característico de los sudamericanos
Por Lado B @ladobemx
11 de enero, 2018
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Tomada de: selecao.cbf.com.br/

Emilio Coca

@Cocabron

«Es más importante presentar el mejor fútbol que ganar un Mundial de fútbol»

Tele Santana, técnico de la selección brasileña 1982

La selección brasileña siempre ha sido asociada a una forma de juego vistosa, donde prevalece el buen trato al balón, la gambeta, los movimientos para engañar al rival, la creatividad y el ritmo: el famoso “jogo bonito”. Este estilo de juego alcanzó su punto máximo en el Mundial de México 1970 con jugadores como Pelé, Rivelino y Carlos Alberto, quienes le ganaron la Copa del Mundo a una selección italiana que poco pudo hacer contra la verdeamarela.

Sin embargo, todo ese espectáculo tuvo su última aparición en España 1982, en la llamada «Tragedia de Sarriá», donde la selección sudamericana, en ese entonces dirigida por Tele Santana, era la favorita tras ganar todos los partidos en la fase de grupos y anotar diez goles en tres partidos; se enfrentó a su similar de Italia, quien había empatado todos sus encuentros. Aquel partido terminó tres a dos a favor de los europeos. Para el periodista brasileño José Trajano simbolizó la muerte del futbol arte, la implementación de una nueva filosofía, una más pragmática, resultadista: ¿para qué jugar bonito y perder?, vamos a jugar feo y ganar.

Durante 35 años la selección brasileña vivió alejada de ese futbol, con técnicos como Carlos Alberto Parreira, Luis Felipe Scolari «Felipao» y al final Dunga enterraron la ilusión de todo aficionado al futbol que buscaba ver a ese brasil del jogo bonito. En cambio había un futbol basado en la fuerza y la defensa, dejando atrás al Brasil que sólo sabía jugar a la ofensiva.

Periodistas y futbolistas se proclamaron en contra de estos técnicos y su forma de juego defensiva.

Armando Nogueira, crítico, cronista y seguidor del seleccionado brasileño desde 1950, estaba en contra de este futbol pragmatico y comentaba: «si volvemos a ganar de esta forma, me dedico a otra profesión». Pelé, ídolo de todo aficionado al futbol comentaba: «No cabe duda de que este no es nuestro fútbolarte».

Tras ser humillados en 2014 durante su Mundial, con un 7-1 en el estadio Mineirao, eliminados en cuartos de final en la Copa América 2015 y en fase de grupos en la Copa América Bicentenario, el panorama para la selección carioca pintaba difícil. Sin embargo llegó un entrenador de la casa, alguien que revolucionó y cambió a una camada de jugadores que parecía perdida: Adenor Leonardo Bacchi «Tite».

Tite logró que Brasil clasificara como líder con 41 puntos, después de 12 victorias, cinco empates y una sola derrota, aún cuando al tomar las riendas del seleccionado este se encontraba en el sexto puesto de las eliminatorias, fuera del Mundial, incluso del repechaje. Pero no son los resultados, es la forma de juego la que volvió, un futbol vistoso, atrayente, de pases, paredes y goles.

Mientras muchos técnicos buscan innovar, inventar posiciones y rotar a sus jugadores dentro del campo de juego, el técnico brasileño ha colocado a los jugadores en la posición donde mejor se desempeñan, retomando el estilo característico de los sudamericanos.

Él mismo lo explicó en una entrevista al diario As:  “Primero quise entender cuál era la mejor posición de cada jugador con lo que hacían en sus equipos. ¿Dónde produce más Neymar? ¿En el 4-3-3 del Barça abierto a la izquierda? Mi idea inicial será, por tanto, mantener a Neymar en el rol que tan bien hace en el Barça. ¿Y Coutinho? En el Liverpool juega en la izquierda. Yo lo pongo en la derecha para que no se pise con Neymar, pero juega con los mismos automatismos que allí”.

Para Tite “no sirve vencer a cualquier costo, hay que vencer a costo de ser el mejor”, y así lo demuestran los 41 goles anotados en 18 partidos. Trayendo de vuelta ese poderío de la canarinha, dejando atrás los fantasmas del Mineirao, presentando nuevas caras como Gabriel Jesús que sustituyó a Fred y cambiando la línea defensiva de Thiago Silva y David Luiz quienes eran inamovibles con Dunga.

Hoy en día, el futbol de Brasil  es como mencionaba el ex seleccionado carioca Raí: bonito, de arte, de coreografía, de conjunto, de generosidad y espectáculo. Porque el futbol, dice el escritor Xico Sá, es una parte de la cultura brasileña, por lo tanto hay que cuidarlo y jugar bonito.

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