Lado B
Vivir cuatro días con una artesana indígena: Tikijkiti Tonemilis
Una experiencia para aprender, compartir, valorar y disfrutar la vida en el campo, del 18 al 21 de julio en Cuetzalan
Por Samantha Paéz @samantras
12 de junio, 2017
Comparte

Tomada de lacooperacha.org

Samantha Páez

@samantras

Imagina vivir cuatro días en casa de una artesana de Cuetzalan, cuatro días fuera de la ciudad para caminar por los cerros, aprender a hacer artesanías, recolectar tu propia comida y compartir experiencias de vida.

Si la idea te resulta atractiva, del 18 al 21 de julio se realizará el tercer encuentro Tikijkiti Tonemilis (Tejiendo Nuestras Vidas), donde mujeres indígenas de la cooperativa Masehual Siuamej abrirán las puertas de su casa a visitantes.

Los únicos requisitos son pagar una cuota de mil pesos e ir con la mente abierta, porque no es turismo rural sino formar parte de la familia con sus obligaciones y beneficios.

La idea de que las integrantes de la cooperativa Masehual Siuamej recibieran a personas en sus casas surgió en enero de 2015, cuando Margarita Tovar, estudiante de postgrado de la UNAM, las buscó para realizar un proyecto. La cooperativa administra el hotel Taselotzin, pero querían que fuera más allá de la experiencia turística y las personas probaran su estilo de vida.

La cooperativa decidió que como retribución Margarita, junto con sus compañeros Claudia Navarro y Eduardo Martínez, les ayudara a organizar el encuentro.

Para Margarita Tovar más allá de que las personas conozcan cómo se elaboran  las artesanías, el objetivo es que la Masehual tenga una red de apoyo; es decir, que tras el encuentro las inviten a diferentes partes del país, las hospeden, las ayuden a moverse para vender sus mercancías o hagan proyectos con ellas.

Tovar detalló durante una entrevista con LADO B que después del primer Tikijkiti Tonemilis se integraron diez voluntarios, quienes apoyan sobre todo en la gestión del correo electrónico y redes sociales, así como la difusión del encuentro y el proceso de inscripciones.

En las siguientes etapas se buscará que las integrantes de la Masehual administren sus propios medios de comunicación y al mismo tiempo aprendan programas básicos de computadora para coordinar el encuentro por sí mismas.

Experiencia enriquecedora

Cecilia Ramón, una de las voluntarias, contó a LADO B que se enteró del encuentro a través de una página de Facebook y como le interesaba tratar de forma directa a las artesanas acudió desde el primer evento en julio de 2015.

La experiencia fue más de lo que esperaba, pues estableció una relación con la señora Esperanza, a quien ahora acompaña a vender la mercancía de la Masehual en ferias y bazares en la ciudad de México.

—Fue muy enriquecedor, fue una inmersión en las comunidades, vivir como realmente ellos viven, de compartir, de ir al cerro, de ir a la milpa (…) no es cuestión de idealizarlos, porque también viven en una lucha continua.

Uno de los días doña Esperanza y su familia llevaron a Cecilia y a su novio a los grutas que están en Cuetzalan. Tuvieron que atravesar cerros y campos de cultivo, cruzar un río y escalar, en el trayecto se cayeron y se mojaron, pero llegaron a una parte donde hay fósiles y para ella fue de lo más impresionante.

Cecilia aprendió a hacer collares de semillas con amarres y tejido, además a bordar de forma tradicional, eso la llevó a valorar aún más las artesanías. Supo distinguir los quelites mientras caminaba por el monte y a pescar sin anzuelo.

—Pienso que es muy revelador todo lo que viví en muchos sentidos, te ayuda a volver a tu casa con otros ojos, a revalorar todo lo que tienes y todo lo que vives.

Ahora imagina volver a tu ciudad después de invertir seis horas para hacer un monedero o un collar, después de un intenso dolor de espalda y de cuello de mantener una misma postura durante ese tiempo, después de recoger los elotes y quelites para comer, ¿volverás a regatear por una artesanía o a quejarte porque caminas dos calles para ir por las tortillas? Esa es la reflexión que se quiere motivar con el encuentro que organiza la cooperativa Masehual.

Comparte
Autor Lado B
Samantha Paéz
Soy periodista y activista. Tengo especial interés en los temas de género y libertad de expresión. Dirigí por 3 años el Observatorio de Violencia de Género en Medios de Comunicación (OVIGEM). Formo parte de la Red Puebla de Periodistas. También escribo cuentos de ciencia ficción.
Suscripcion