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Consumen agua envenenada 8 municipios de Tlaxcala cercanos al río Atoyac   
En algunas poblaciones hay una elevada incidencia de fallecimiento infantil a causa de leucemia, otros tipos de cáncer e insuficiencia renal
Por Lado B @ladobemx
12 de diciembre, 2016
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Suzana De los Ángeles

@suzange

El agua que consumen 152 mil pobladores de ocho municipios de Tlaxcala, cercanos al río Atoyac, está envenenada con sustancias cancerígenas que no deberían estar presentes en el agua de consumo humano, entre ellas cloroformo, tolueno, bromodiclorometano, clorodibromometano y bromoformo, tóxicos conocidos como Compuestos Orgánicos Volátiles (Cov’s), además contiene metales pesados como el arsénico y el plomo, altamente dañinos para la salud humana.

A pesar de que los niveles hallados en el agua no rebasan los parámetros permisibles de las normas mexicanas, el consumo constante de estas sustancias provoca en las personas una intoxicación crónica, que puede dañar su salud a mediano o largo plazo.

Estos contaminantes también están presentes en el río Atoyac en mayores cantidades, lo que indica que hay una filtración de estas aguas hacia los mantos freáticos de los pueblos situados en sus márgenes.

Estos compuestos fueron detectados por la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) en análisis practicados a 55 fuentes de abastecimiento de poblados de Tlaxcala asentados en los márgenes del río, para conocer si hay relación entre la elevada incidencia de muerte infantil por leucemia lifoblástica y melanoide de esa región y la contaminación que arrastra el Atoyac.

El análisis también fue ordenado de manera simultánea en 14 municipios del estado de Puebla, entre ellos San Martín Texmelucan y Huejotzingo, pero hasta el momento, no hay certeza de que la Secretaría de Salud del estado haya aplicado el estudio, pues no hay resultados que así lo confirmen, afirmó la Cofepris.

Esta información se conoce, luego de que el Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI)  ordenó a ésa dependencia hacer públicos los resultados, tras un recurso de revisión promovido por esta reportera.   

Foto: Suzana de los Ángeles

Foto: Suzana de los Ángeles

Tóxicos cancerígenos y metales pesados en el agua potable

El 11 de julio de 2014 asociaciones y pobladores de Villa Alta, Tlaxcala denunciaron ante delegados de la Conagua, Profepa, Semanart, Segob, Sedesol, Cofepris y Coeprist, que en esta y otras población cercanas hay una elevada incidencia de fallecimiento infantil a causa de leucemia, así como otros tipos de cáncer e insuficiencia renal, males que atribuyen a la contaminación que provocan las industrias y poblados en el río Atoyac.   

Villa Alta es una localidad de 5 mil 700 habitantes, situada en los márgenes del río contaminado, a cinco minutos de San Martín Texmelucan, Puebla y es una de las comunidades más afectadas con casos y defunciones de leucemia, insuficiencia renal y fiebre trombocitopenia en los últimos 20 años.

Esto ha dado pie a diversos estudios de instituciones públicas como el Instituto Politécnico Nacional (IPN) o la Universidad Autónoma de México (UAM) que buscan conocer los efectos  de la exposición de los tóxicos del Atoyac en la salud humana.

Ante el reclamo de la población de Villa Alta, las autoridades ordenaron un operativo masivo coordinado con Propepa, Conagua, Semanart, Cofepris y las Secretarías de Salud de Puebla y Tlaxcala para revisar las descargas de las industrias al río Atoyac y realizar monitoreos en las fuentes de abastecimiento de ocho municipios de Tlaxcala y 14 de Puebla. 

Para este monitoreo en el estado de Tlaxcala, en 2015 se destinó 1 millón 117 mil 651 pesos y en este año, 2 millones 175 mil 651  pesos, de recursos del Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud a la Comunidad (FASSC) de Tlaxcala

En julio y noviembre de 2015, la Cofepris levantó muestras en 55 pozos de Tepetitla de Lardizábal, Ixtacuixtla, Nativitas, Santa Apolonia Teacalco, Santa Isabel Tetlatlaehuca, Zacatelco, San Lorenzo Axocomanitla y San Juan Huactizingo.

Los resultados arrojaron la presencia de Compuestos Orgánicos Volátiles (Cov’s) y trihalometanos en el agua de consumo humano, sustancias consideradas como cancerígenas y altamente dañinas para los humanos, compuestos presentes en el río Atoyac en mayores niveles.

El informe indica que el municipio de Nativitas, con 23 mil habitantes, tiene los niveles más elevados de contaminantes en el agua. Por ejemplo en los 17 pozos analizados, como San José Atoyatenco, San Miguel, Xochitecatitla o San Miguel Analco hay presencia de cloroformo, tolueno, bromodiclorometano, clorodibromometano y bromoformo, en niveles que van de 10 a  36.93 micro gramos por cada litro de agua.

La máxima concentración de tolueno se detectó en el municipio de Ixtacuixtla, en el “Pozo Trinidad Tenexyecac” con un valor de 0.15 micro gramos por cada litro, siendo el límite permisible de 700 mg/l. En esta población radican 38 mil 324 habitantes. 

Según los resultados, las concentraciones de estas sustancias halladas en los pozos de agua están por debajo de los límites máximos permisibles, de acuerdo con la norma EPA 8260B-1996; pero la exposición, aunque en pequeñas cantidades, puede provocar daños  a mediano y largo plazo principal aunque no exclusivamente en menores, que van desde mareos, fatiga, dolor de cabeza, abortos involuntarios y hasta cáncer.

Intoxicación crónica

El investigador de la BUAP, Ernesto Mangas Ramírez afirma que estas sustancias no deberían estar presentes en el agua de consumo humano, pues aunque los niveles hallados no rebasan las normas establecidas, el contacto con estas sustancias provoca una intoxicación crónica que puede repercutir en la salud de los pobladores en mediano o largo plazo.

Afirma que el arsénico es un metal pesado altamente cancerígeno, que dependiendo de su exposición puede provocar leucemia, mientras que el plomo es un metal que en grandes cantidades ocasiona envenenamiento.

“Estas sustancias se absorben en la piel, son dosis muy bajas, pero no debería existir. Esto provoca una intoxicación crónica, aun en bajas concentraciones”.

El investigador explica que la presencia de estas sustancias en el agua de consumo humano es un indicador de que hay una filtración de las aguas contaminación del río Atoyac a los mantos freáticos de los pueblos situados en sus márgenes.

Añade que estos resultados son preocupantes, pues las concentraciones de contaminantes podrían ser mayores y los daños a la salud más graves.

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