Descarga en el Río Atoyac, Villa Alta, Tlaxcala.
Foto: Marlene Martínez

Suzana De los Ángeles

@suzange

A pesar de que las autoridades han alertado sobre la urgencia de vigilar a las industrias de los estados de Puebla y Tlaxcala que contaminan el río Atoyac, en la realidad, de enero del 2014 al 25 de abril de 2016 la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) apenas ha sancionado a tres industrias con multas que apenas exceden los 126 mil pesos, y otras 28 han sido sujetas a procedimientos administrativos por falta de algún documento.

De acuerdo con la respuesta a la solicitud de información 1613100010116, las industrias tienen derecho a explotar el agua cristalina de manantiales y pozos para sus procesos de producción y contaminadas con químicos tóxicos, para después desecharlas en barrancas o afluentes del río Atoyac, uno de los más contaminados en México. 

Aunque las industrias están obligadas a contar con plantas de tratamiento, sistemas de disposición de lodos y deben cumplir con al menos 15 requisitos, entre autorizaciones, concesiones, cédulas y monitoreos para descargar al Atoyac, no siempre cumplen con dichas disposiciones, además la Profepa sólo desde 2014 tiene facultades para constatarlo.

De acuerdo con los expedientes, obtenidos por vía de acceso a la información, la empresa Tecnoacabados Zaldo situada en Papalotla de Xicohtencatl, Tlaxcala, recibió la multa más  elevada de la Profepa en 2014, que asciende a 126 mil 578 pesos, por verter sus desechos sin tratamiento al río Atoyac y no contar con documentación del pozo del que extrae agua, pues a pesar de que la fábrica contaba con una planta de tratamiento, ésta no funcionaba. 

La empresa está encargada de darle acabado a las telas y tiene una producción mensual de 70 mil metros lineales de tela. En su nave industrial de cinco hectáreas tiene 17 empleados.

Según la documentación que entregó Profepa a esta reportera, la fábrica extrae agua limpia y cristalina del subsuelo a través de dos pozos perforados en el interior del inmueble. El agua es usada en el proceso industrial de lavado y blanqueado de telas. Los desechos residuales contienen peróxido de hidrógeno e hipoclorito de sodio, sustancias que provocan irritaciones en el tracto respiratorio, quemaduras y anormalidades en la sangre, además son altamente destructoras de las membranas y del tracto respiratorio, ojos y piel.   

La empresa fue obligada a pagar la multa y a invertir recursos en la reparación de la planta de tratamiento, y estará sujeta a una vigilancia constante de la Profepa.    

Otra industria sancionada fue Mexichem Resinas Vinílicas, fabricante de resinas sintéticas para barnices, pinturas, esmaltes y adhesivos, en el municipio de Santo Toribio Xicohtzinco en Tlaxcala. La empresa fue multada con 45 mil pesos por almacenar lodos de PVC a cielo abierto en la parte trasera de la fábrica y además por registrar escurrimientos de agua contaminada en una canaleta de aguas pluviales. 

Profepa detectó que para sus procesos de producción la fábrica emplea químicos como el sulfato laurico de sodio, hidróxido de calcio, peróxido de trimetilhexanolnil, acetato de polivinilo y cloruro de vinilo, todos dañinos al contacto con el humano. También extrae anualmente un volumen  máximo de 163 mil metros cúbicos de agua cristalina de dos pozos perforados dentro de la fábrica.   

Además de la multa, Mexichem fue obligada a mejorar el destino de los lodos de PVC y colocar infraestructura para la descarga de sus aguas residuales.    

Textiles Tenexac, encargada de darle acabado a las telas de algodón, situada en Panzacola, Tlaxcala también fue multada por la Profepa con 21 mil pesos por no contar con documentación para verter sus aguas residuales en la barranca Huehuexotla, un afluente del río Atoyac. 

Río Atoyac. San Martín Texmelucan, Puebla.
Foto: Marlene Martínez

En la visita de inspección se detectó que la fábrica generaba residuos peligrosos como estopa y aceite y que a pesar de estar autorizada por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) para descartar sus aguas residuales directamente a la barranca, no contaba con documentación sobre sus monitoreos de contaminantes.   

Esta industria le da un tratamiento afelpado a las telas y produce anualmente 150 mil metros lineales de tela. En su proceso de teñido, lavado, secado y estampado utiliza más de 4 mil metros cúbicos anuales de agua pura que extrae de dos manantiales, El Muro y la Torre. 

En estos operativos también se detectó que algunas fábricas como Sigma Alimentos, situada en Cuautlancingo y Lupini By OH México en el parque industrial Ciudad Textil Huejotzingo  evaden los controles de Profepa al desechar sus aguas altamente contaminadas a la red de drenaje municipal.

En otros casos la fábrica se sitúa en el interior de Parques Industriales y esto también le da la ventaja de evadir los controles de la Profepa, pues sus aguas contaminadas se van a los colectores industriales del Parque que finalmente descargan al río Atoyac.   

Estos colectores son manejados por la administración de cada parque industrial y hasta el momento no hay alguna sanción o procedimiento administrativo en su contra en Puebla, ni en Tlaxcala.