Lado B
La comunalidad: otra forma de resistir
El 1er Congreso Internacional de Comunalidad será realizado del 26 al 29 de octubre por el posgrado en Sociología del ICSyH de la BUAP
Por Aranzazú Ayala Martínez @aranhera
20 de octubre, 2015
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Foto: Marlene Martínez

Foto: Eric David Montero

Aranzazú Ayala Martínez

@aranhera

Interesado en encontrar mecanismos para «preservar la vida en medio de tantos agravios y dificultades», un grupo de académicos e investigadores de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) decidió explorar «la idea de lo común», parte de la organización de la vida social que reside en el concepto de la comunalidad.

Con la adopción del concepto nació, asimismo, la idea de organizar el Primer Congreso Internacional de Comunalidad en Puebla, a cargo de profesores y alumnos del posgrado en Sociología del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSyH) de la Buap, el evento académico tendrá lugar del 26 al 29 de octubre en la ciudad de Puebla.

La comunalidad es un concepto basado en las luchas y procesos colectivos de las comunidades, que se ha usado para preservar usos y costumbres, pero también para avanzar en la vida social tratando de salir de las «lógicas del capital». El concepto nació en Oaxaca con los pensadores Floriberto Díaz, de origen mixe, y Jaime Martínez Luna, zapoteco.

Durante la presentación del encuentro, la investigadora Raquel Gutiérrez, docente del Doctorado en Sociología, dijo que la idea del congreso empezó hace poco más de un año, y las invitaciones se hicieron hace seis meses.

Así, a lo largo de cuatro días, más de 330 ponentes de 20 países hablarán de temas como el feminismo, la defensa de la vida, luchas sociales en defensa del territorio, comercio autogestivo, prácticas de reproducción de la vida social, el papel de los gobiernos progresistas y el desbordamiento migrante como ruptura de límites.

Los organizadores describieron el evento como un «mosaico multicolor de experiencias comunitarias que serán discutidas a la par que son argumentadas las formas en que muchas cosas se conservan, pero también se plantea el que otros procesos tienen que romperse para ir más allá del capital».

Una de las estudiantes de doctorado, Gladys Tzul Tzul, maya quiché originaria de Guatemala, dijo que el congreso ha logrado movilizar una gran cantidad de fuerza colectiva de trabajo, tanto de los profesores como de los estudiantes que se organizaron en distintas comisiones. Una de las particularidades del congreso es que se hace, dijo, no sólo para la universidad o la academia sino para quienes participan activamente en luchas sociales.

“Es posible que alguien que venga de esas luchas pueda establecer un diálogo con personas en lucha en otros lugares, como la Sierra de Oaxaca, Guatemala, Ecuador y Bolivia”, comentó, agregando que en ese sentido el congreso va más allá de lo académico y logrará poner en diálogo a actores ligados a luchas sociales y a la resistencia en defensa de los territorios.

Hasta dónde llega la academia

La doctora Mina Navarro dijo que el evento se trata también de qué tanto se puede generar desde la universidad en tanto a bases y condiciones para un diálogo que no se quedará sólo en las mesas y simposios, sino que se trata de pensar con otros y otras los procesos que se enfrentan principalmente en México.

Foto: Marlene Martínez

Foto: Eric David Montero

La investigadora explicó que en el país hay un sentido de emergencia muy claro por el proceso que se vive ante la llamada guerra contra el narcotráfico, en un contexto de guerra y la violencia que se ha desatado. En este escenario, la sociedad civil y las luchas sociales han quedado en una situación de muchísima debilidad. Pero al plantear la idea del congreso se dieron cuenta de que estos procesos y la idea de lo común es compartida en otras realidades de América Latina, muchas veces en situaciones invisibilizadas.

Navarro se preguntó qué tanto desde lo común se estaba construyendo una alternativa contra estos agravios, no sólo en México sino en toda la región. “Frente a esta llamada ‘crisis civilizatoria’, la idea de lo común y las prácticas comunitarias también se están desarrollando con muchas dificultades, en contextos de mucha crisis. Creemos que hay otros patrones o formas de vida que se han ido produciendo a contracorriente de estos patrones dominantes: ahí estamos tratando de ubicar estas prácticas comunitarias. No podríamos entender la historia de México sin estas luchas comunitarias que resisten desde hace 500 años frente a estas políticas de despojo”. comentó.

A la par de las conferencias y las mesas, habrá varios simposios junto con eventos especiales que buscan principalmente salirse del espacio académico. Aunque todos los eventos son gratuitos y no se necesita un registro previo –sólo son de cupo limitado por el propio espacios de las distintas sedes– los eventos especiales se plantearon pensando específicamente en quienes querían participar más allá de sólo una ponencia y poder interactuar en otros ambientes.

Lugares como La Capilla del Arte, Profética, el Bar Karuzo y el espacio del colectivo ADA darán cabida a proyecciones de películas y presentaciones de libros en un entorno menos formal donde también se genere un diálogo y discusión.

Y aunque el congreso no contempla una mesa o simposio particular de la situación que se vive en Puebla, sí habrá varias experiencias y discusiones de lo que pasa a nivel local, como procesos de resistencia en la Sierra Norte, fotografía comunitaria y el despojo de la zona arqueológica de Cholula.

La doctora Mina Navarro recordó que el Primer Congreso Internacional de Comunalidad es posible gracias al trabajo colectivo y cooperativo y que es, finalmente, otro ámbito dentro de muchos que se producen cotidianamente en Puebla, con personas que están generando espacios propios de discusión, «que se están organizando de manera autónoma para ver de qué modo se puede construir una fuerza en común que logre ir poniendo frenos a estas políticas de privatización y mercantilización».

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Autor Lado B
Aranzazú Ayala Martínez
Periodista en constante formación. Reportera de día, raver de noche. Segundo lugar en categoría Crónica. Premio Cuauhtémoc Moctezuma al Periodismo Puebla 2014. Tercer lugar en el concurso “Género y Justicia” de SCJN, ONU Mujeres y Periodistas de a Pie. Octubre 2014. Segundo lugar Premio Rostros de la Discriminación categoría multimedia 2017. Premio Gabo 2019 por “México, el país de las 2 mil fosas”, con Quinto Elemento Lab. Becaria ICFJ programa de entrenamiento digital 2019. Colaboradora de “A dónde van los desaparecidos”
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