•Falta de espacios diferenciados en los albergues, uno de los principales problemas.

Prensa Ibero

@PrensaIbero

Falta de sensibilidad y falta de espacios específicos para atender y alojar a la población migrante y refugiada LGBTI (lesbianas, gais, bisexuales, transexuales e intersexuales), que vienen de Centroamérica, son parte de los desafíos que deben enfrentar en su tránsito por México, afirmó Anya Victoria, del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, (Acnur México), al participar en la III Semana de la Migración. Género y Migración, que se llevó a cabo en la Universidad Iberoamericana.

En su conferencia titulada “¿Cuáles son las particularidades de la migración de las personas de la comunidad LGBTI?” como parte de las actividades de dicha semana organizada por los Programas de Asuntos Migratorios y de Género de la Ibero, Anya Victoria señaló que frecuentemente  “hay falta de sensibilidad y de capacitación de algunos funcionarios públicos que tienen la obligación de brindarle protección”.

De acuerdo con la Ley sobre Refugiados y Protección Complementaria, emitida en el año 2011 por el gobierno mexicano, se incluyó el género dentro de los motivos de persecución por las que una persona puede recibir la condición de refugiado en nuestro país. Bajo esta categoría, se ha brindado protección internacional a población LGBTI que no puede regresar a sus países por la violencia o la persecución con base en su orientación sexual o identidad de género. Sin embargo, existen casos en donde las personas deciden no acceder al procedimiento para solicitar esta condición por el temor a ser tratado de la misma forma que en su país de origen.

Otro de los problemas importantes de acuerdo con Acnur México, es la falta de lugares adecuados para brindarles alojamiento dentro de los albergues para migrantes o estaciones migratorias, ya que generalmente hay espacios únicamente para hombres o para mujeres, sin embargo, “ hay pocos espacios para alojar a población que tiene necesidades específicas, por ejemplo, niños y niñas; o personas que han sido víctimas de violencia sexual o de género. Igualmente, la población LGBTI son personas que tienen necesidades particulares, que tendrían que tener acceso a un lugar especial que generalmente no existe”.

La funcionaria de la Unidad de Protección de la Acnur apuntó que, “desde la organización, hemos documentado muchas situaciones, hay gente que recibe un buen trato por parte de las autoridades, que es referida o canalizada a servicios adecuados, servicios médicos, psicosociales; pero también hemos documentados casos en que personas LGBT que han sido víctimas de persecución o violencia y discriminación en sus países de origen, de algún delito en el tránsito o al llegar a México, y no son atendidas adecuadamente”.

Destacó que existen personas sensibles en los albergues o en las estaciones migratorias que conocen los problemas sociales que se viven en Centroamérica donde pandillas y el crimen organizado obligan a la gente a huir de su país de origen. “Hay personas que cuando llegan a México, les dan la información sobre el derecho a solicitar asilo y los canalizan a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados. En otras ocasiones, hemos sabido de casos en los que la gente no recibe información adecuada y no tiene acceso al sistema de protección a refugiados en México”, comentó Anya.

Por otra parte, la falta de confianza, impera en los migrantes y refugiados LGBTI de asumir abiertamente su orientación sexual o su identidad de género e iniciar el trámite de la condición de refugiados, porque para ello se necesita construir un círculo de confianza y psicológico adecuado, cosa que evidentemente sucede demasiado poco porque se reconoce que en México también existen problemas graves de discriminación.