Lado B
Poontypol, horror lovecraftiano, horror recomendable
 
Por Héctor Jesús Cristino Lucas @
31 de julio, 2015
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Héctor Jesús Cristino Lucas

[dropcap]I[/dropcap]magínate que te encuentras caminando sobre un voraz desierto que consume toda la vida a su paso, mientras que el sol pega sin piedad alguna con el único propósito de que mueras de inanición. De repente, y como por arte de magia, ves a lo lejos tu oasis soñado. Y no, esta vez no se trata de un engañoso espejismo, sino de tu única forma de salvación. Justo así suelo sentirme en mi frenética búsqueda en el cine contemporáneo, al menos del horror. Y sé que muchos de ustedes comparten mis ideas. La última película recomendable del género de horror que vi fue It Follows.

En esta ocasión, el oasis del que hablo nos remonta al año 2009 en nada más y nada menos que Canadá. Una película que no había sido distribuida en Latinoamérica hasta por ahí del 2012, y que sinceramente es uno de esos hallazgos que vale la pena comentar. Por ello hablaremos de la fantástica: Poontypol. Una cinta de la no se ha visto mucho, más que en espacios sin tantos reflectores como el festival de cine Stiges. Y con un presupuesto de chiste, un millón y medio de dólares aproximadamente, he de decir que es una obra de arte que merece ser visionada por todos aquellos que gustan del género y más de los que buscan algo algo diferente en él.

Y no es exageración. La cinta suele recordarme mucho a aquella fantástica película dirigida por Sam Raimi en 1982, Evil Dead. Que para su tiempo tuvo un presupuesto ridículo: 375 mil dólares, y pese a semejante cantidad Raimi logró crear una excelente película de culto que hasta el día de hoy se mantiene como un referente. A lo que voy es que el presupuesto, efectivamente, es importante, pero si sabes jugar muy bien tus cartas, crear buenas historias y un guión inteligente, el dinero puede pasar a segundo término. Y Poontypol es muestra clara de ello sacando oro y petróleo de donde se supone no existe. ¡Maravilloso!

Cinta dirigida por Bruce McDonald, que dentro de su decente filmografía de suspenso y horror podemos citar películas como Roadkill, Dance Me Outside, Hard Core Logo y Picture Claire. El argumento de Poontypol es basado en la novela homónima de Tony Burgess, que, ojo, no nos referimos al fenomenal Anthony Burgess de “La Naranja Mecánica”, aunque resulta sorprendente que tengan el mismo nombre. El Tony del que nos referimos a escrito también 1998, una extraña secuela del famoso libro de George Orwell: 1984. Y fue el encargado de la adaptación de su propia novela a guión de cine, logrando un excelente trabajo.

Pontypool-2008-001Por ello hago una amplia recomendación a este autor de diversas novelas que rozan temáticas sumamente extrañas de ficción, humor negro y por supuesto, del horror. Sus obras han sido catalogadas por la crítica como: «horror mezclado con ultra violencia y humor absurdo”. Y si eres fanático del terror cósmico del inigualable H. P. Lovecraft, créeme que Tony Burguess es para ti.

Pero volviendo a la película que nos compete, la pregunta que es necesario hacernos, es: ¿Qué tiene de especial? Y es que en páginas como Rotten Tomatoes posee una calificación de hasta 83%, es decir, críticas positivas en su mayoría que halagan su humor satírico y, claro, su ingenioso argumento. Mientras que en Metacritic luce favorable con un 53 %, es decir, críticas mixtas que están un poco más por arriba del promedio. Sin embargo, la respuesta a la pregunta, enfatizamos, es que la cinta sabe mostrar horror magistral y profundo, sin necesidad de hacerlo. Es decir, es una cinta de horror psicológico de lo que no se ve pero sabes que está ahí. Muy al estilo de la cinta de 1999 de Daniel Myrick y Eduardo, El proyecto de la Bruja de Blair.

Si tú eres mucho de esta clase de estilo, la cinta en cuestión es para ti. Lo independiente irradia por doquier, ya que al mismo tiempo de ser un terror más psicológico, se añade la particularidad de ser también cine minimalista. Recordemos que este tipo de películas son aquellas que ocurren en escasos escenarios, poseen unos cuantos personajes y por ende, la trama se reduce de complejidad o giros de tuerca. Como por ejemplo la cinta española-estadounidense de Rodrigo Cortés Sepultado que todo transcurre en un ataúd bajo la tierra, o incluso Gravity del mexicano Alfonso Cuarón que todo pasa en el espacio con tan sólo un par de personajes.

En este caso, Pontypool transcurre dentro de una cabina de radio local en una pequeña localidad ubicada en Canadá. Difícilmente en todo el transcurso del metraje nos moveremos de allí. Sin embargo lo que verdaderamente acciona la tensión del filme es que a los pocos minutos de iniciado el programa, los teléfonos comienzan a sonar. Diversas personas desesperadas e histéricas le informan al locutor que algo extraño y sin explicación está ocurriendo en el pueblo. De tal forma que el suspenso juega con el espectador a través de estas llamadas frenéticas, que van narrando los hechos sin que las podamos ver, más sólo imaginarlas.

De igual forma, esta película nos hará recordar el famosísimo incidente ocurrido el 30 de octubre de 1938, donde se le hizo creer a todo Nueva York y Nueva Jersey, por la estación de radio Teatro Mercury que el mundo estaba siendo invadido por extraterrestres. Así es, el experimento del periodista y director de cine, Orson Welles que adaptó a guión de radio la famosa novela de H. G. Welles, “La Guerra De Los Mundos”. Y aunque al principio del programa se advirtió a los radioescuchas que se trataba de una simple dramatización, todos los que sintonizaron esta estación minutos después, se alertaron tanto que cayeron en pánico al creer que se trataba de una genuina invasión.

Tony Burguess parece inspirarse de este incidente para plasmar su visión de la misma forma. Y créanme cuando lo digo, lo hace de manera correcta y precisa. Con un guión excelente y una agilidad de suspenso que no te da tiempo ni de respirar para no perderte absolutamente nada.

Los acontecimientos dentro de la trama se asemejan tanto al horror lovecraftiano, que Pontypool podría ya recomendarla deliberadamente a cualquiera. Se dice incluso que Tony Burgess trabaja actualmente en los guiones tanto de la secuela como de su tercera entrega para volverla toda una trilogía, nuevamente adaptadas de sus propias novelas homónimas. Una noticia interesante, ya que veremos más de cerca todos los extrañísimos acontecimientos que apenas y se mencionan en esta primera parte. Toda una cinta que puede ser digna para volverse un clásico de culto. Muy parecido incluso a los trabajos de John Carpenter o George A. Romero.

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De éste último hago pleno énfasis, porque muchos se confunden a la hora de categorizar el filme de Burgess como una película de zombies. Cuando en realidad el propio autor los denominó “conversadores”. Dentro de este filme nos encontraremos cosas tan extravagantes y rocambolescas que lejos de ser una película más de muertos vivientes, nos hallaremos con horrores desconocidos que tienen que ver con el lenguaje. Nuestra imaginación volará muy alto. Se podría comparar a los trabajos de Romero por hacer críticas sociales gracias y a través de sus criaturas. Lo que importa en toda la película son los personajes vivos, que todo lo que aqueja al pueblo allá afuera.

Con un par de críticas sociales hacia el gobierno en su trasfondo y a las grandes cadenas de comunicación, que sólo se encargan de censurar las noticias a su conveniencia, además de humor satírico que de vez en cuando puede alcanzarse a percibir, no queda otra cosa más que recomendarla. Una grata sorpresa de la mano de su director Bruce McDonald, con esa agilidad de cámara bastante bien llevada, como del guión de Tony Burgess, que siendo éste la mente maestra detrás de todo, no hay duda… horror lovecraftiano, horror recomendable.

[quote_box_center] Sinopsis:

Cuenta la historia de una radio local de una pequeña localidad ubicada en Canadá. El personal de la emisora despierta a sus vecinos con inquietantes noticias de terribles sucesos que están teniendo lugar en Pontypool. Ellos no lo saben, pero también se convertirán en protagonistas de la noticia.
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Autor Lado B
Héctor Jesús Cristino Lucas
Héctor Jesús Cristino Lucas resulta un individuo poco sofisticado que atreve a llamarse “escritor” de cuentos torcidos y poemas absurdos. Amante de la literatura fantástica y de horror, cuyos maestros imprescindibles siempre han sido para él: Stephen King, Allan Poe, Clive Barker y Lovecraft. Desequilibrado en sus haberes existenciales quien no puede dejar (tras constantes rehabilitaciones) el amor casi parafílico que le tiene al séptimo arte. Alabando principalmente el rocambolesco género del terror en toda su enferma diversidad: gore, zombies, caníbales, vampiros, snuff, slashers y todo lo que falte. A su corta edad ha ido acumulando logros insignificantes como: Primer lugar en el noveno concurso de expresión literaria El joven y la mar, auspiciado por la Secretaría De Marina en el 2009, con su cuento: “Ojos ahogados, las estrellas brillan sobre el mar”. Y autor de los libros: Antología de un loco, tomo I y II publicados el 1° de Julio del 2011 en Acapulco Guerrero. Aún en venta en dicho Estado. Todas sus insanias pueden ser vistas en su sitio web oficial. http://www.lecturaoscura.jimdo.com
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