Lado B
Urgen más presupuesto y políticas antidiscriminación sobre VIH en Puebla
No hay acciones para combatir la homofobia, ni políticas públicas para la población seropositiva; además, señalan la conveniencia de un nuevo Capasits
Por Josué Cantorán @josuedcv
30 de noviembre, 2014
Comparte
lazo-contra-el-sida
Josué Cantorán

@josuedcv

Que exista un presupuesto robusto y etiquetado para prevenir y atender la epidemia de VIH/sida. Que el personal del sector salud esté capacitado y sensibilizado para brindar atención, sin prejuicios ni estigmas, a las personas que viven con VIH. Que se abra un nuevo Capasits, de preferencia en las zonas donde se registra un índice concentrado de casos de VIH, ante la insuficiencia de un único centro en todo el estado. Que se incluya a las personas con VIH, siempre ignoradas, en la creación e implementación de políticas públicas dedicadas a ellas. Y finalmente, que se trabaje por eliminar la discriminación contra las personas que portan el virus.

Sólo así, con esas demandas centrales, considera el activista Onán Vázquez, se podrá hacer algo para que desde el nivel local, en Puebla, se abone a concretar las metas planteadas por el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA), de erradicar finalmente la epidemia para el año 2030.

De acuerdo con el reporte más reciente de ONUSIDA, publicado el 18 de noviembre bajo el título Close the gap (o Cerrar la brecha), dicha meta podrá ser realizada sólo con la participación de sociedad y gobiernos de todo el mundo.

Y, como en todo proyecto a largo plazo, ONUSIDA plantea algunas metas intermedias. Para 2020, dice el organismo internacional, se deberá llegar a lo siguiente: que 90% de las personas que viven con VIH conozcan su estado serológico, que 90% de las personas que saben que viven con VIH reciban tratamiento y que 90% de las personas en tratamiento tengan una carga viral baja.

ONUSIDA reconoce que, para llegar a esta meta, los esfuerzos deben centrarse particularmente en los tratamientos para niños y niñas que viven con VIH, se debe reducir en 75% el índice de nuevas infecciones y, de nueva cuenta, como ese mismo organismo lo había señalado ya en diferentes ocasiones, se tendría que eliminar la discriminación que enfrentan las personas que viven con VIH, pues es éste el mayor obstáculo que se enfrenta para erradicar la epidemia.

Pero para Onán Vázquez, de la organización Vida Plena AC, nada de eso se hará realidad ni se logrará contribuir desde lo local a concretar las metas si no se empieza trabajando con algunos puntos.

Uno de los centrales, opina el también vocal del Consejo Estatal para la Prevención y el Control del Sida (Coesida), es el de trabajar por la eliminación de la discriminación y el estigma contra quienes viven con VIH, por lo que lamentó que la ley contra la discriminación, aprobada por el Congreso estatal en noviembre de 2013, carezca aún de reglamento y sea, por tanto, inoperante, pues la Secretaría General de Gobierno (SGG) estatal no ha publicado tal documento, pese a que en mayo se agotó el plazo legal para que así lo hiciera.

–Al final de cuentas –dice el activista, en entrevista con Lado B–, el gran problema que todavía está impidiendo que las campañas preventivas y atención sean eficaces, es precisamente que no se ha combatido la homofobia. La recomendación de ONUSIDA es precisamente eliminar todas aquellas leyes y reglamentos adversos a la diversidad sexual y estamos viendo que la respuesta gubernamental es al contrario.

[pull_quote_right]Algo que nosotros siempre solicitamos es que haya un presupuesto robusto, etiquetado hacia el fortalecimiento de los sistemas comunitarios, a las personas con VIH para que sean ellas quienes participen del diseño de políticas publicas efectivas y la mejora en la atención.[/pull_quote_right]

Y el estigma y la discriminación, considera, se dan también al interior de los centros de salud donde las personas que viven con VIH se atienden, por lo que es necesario que el personal de todo el sector salud se capacite constantemente y reciba sensibilización al respecto de estos asuntos, pues aún los temas de la vida sexual de los pacientes se tocan como tabús por algunos médicos y personal.

Por ello es necesario, agrega, que los gobiernos estatales destinen un presupuesto suficiente para la atención del VIH/sida y que se tome en cuenta a los propios pacientes que son beneficiarios de los programas para que ellos puedan coadyuvar en la creación e implementación de políticas publicas.

–Principalmente –explica–, algo que nosotros siempre solicitamos es que haya un presupuesto robusto, etiquetado hacia el fortalecimiento de los sistemas comunitarios, a las personas con VIH para que sean ellas quienes participen del diseño de políticas publicas efectivas y la mejora en la atención.

El propio ONUSIDA reconoce, en el documento antes citado, que “la inversión económica es vital para llegar a estas metas”, pero también señala que, de hacerse correctamente, en las próximas décadas esos presupuestos ideales para la atención de VIH se reducirán considerablemente, pues el problema, al irse resolviendo de a poco, ya no requerirá de tantas inversiones.

Regresando a Puebla, el otro punto importante es que se instaure un nuevo Centro Ambulatorio de Prevención y Atención en SIDA e ITS (Capasits), pues el único que existe actualmente en el estado, ubicado en la capital, ya resulta insuficiente para brindar atención a los cerca de 3 mil pacientes que recibe, además de que a muchos de ellos les resulta difícil acudir debido la lejanía del centro de salud y su municipio de origen, lo que obstaculiza su tratamiento.

Onán Vázquez propone que el siguiente Centro Ambulatorio para la Prevención y Atención en SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual (Capasits) debería ser ubicado zonas donde se ha detectado mayor incidencia de casos, como Tehuacán.

Con todo, hay cosas que se han estado haciendo bien, dice el activista, como la mayor apertura que ha mostrado el gobierno estatal a las organizaciones de la sociedad civil dedicadas a estos temas, pero ello, añade, se ha logrado “gracias precisamente a la sociedad civil que ha ejercido presión para que se tome en cuenta las propuestas y gracias a que en un momento la sociedad civil logró que el Fondo Global financiara por dos años a nuestro país con fondos económicos que aportan la gran mayoría de las naciones (para proyectos sobre VIH/sida)”.

ONUSIDA estima que en 2013:

  • 35 millones de personas vivían con VIH en todo el mundo.
  • 2.1 millones de personas se infactaron con el virus.
  • 1.5 millones de personas murieron por causas relacionadas con el sida.
Comparte
Autor Lado B
Josué Cantorán
Suscripcion