El cuerpo de Dayana Mendoza estaba partido a la mitad y cada lado envuelto en una bolsa de basura. Según lo documentó Reversible en su momento, había salido a buscar a dónde ir de fiesta en una noche de ley seca, pues al día siguiente, el 7 de julio, se llevarían a cabo las elecciones locales en Puebla. Nunca volvió a casa, donde su madre la esperaba.
Por la forma en que se perpetró el homicidio y en la que se encontró el cuerpo, el de Dayana es uno de los crímenes de odio por homofobia o transfobia más crueles de los que se tenga memoria en la entidad. Pero está lejos de ser el único. Tan sólo en 2011, organizaciones de la sociedad civil contaron 4, y para 2012 la cifra se estaría duplicando hasta llegar a 9.
Ese mismo número, de acuerdo con una revisión hemerográfica realizada por Reversible, es el que se repitió en 2013: nueve crímenes presuntamente motivados por la aversión, la discriminación, el odio hacia las personas lesbianas, gays, travestis, trans, bisexuales o intersexuales.
Si bien el Congreso del estado aprobó en junio de 2012, poco después del asesinato de la activista trans Agnes Torres, incluir las agravantes de odio y discriminación a los delitos de homicidio y lesiones, esto no ha servido, como lo demuestran las cifras, para brindar mayor seguridad a la población LGBTI.
De hecho, durante la Marcha del Orgullo, la Dignidad y la Diversidad Sexual de 2013, se leyó un pronunciamiento de las organizaciones convocantes en el que se dijo: “No le importan a este gobierno nuestras vidas, no hay un solo peso invertido en combate contra la discriminación, este es un gobierno que lo único que hace es levantar cadáveres”.
Desconocido #6, 6 de febrero, Santa Isabel Cholula
El cuerpo de un joven de aproximadamente 22 años de edad, que vestía algunas prendas femeninas, fue hallado en un camino rural de Santa Isabel Cholula por un grupo de campesinos. El cadáver presentaba evidencias de tortura, por lo que activistas locales consideraron que se trataba del primer crimen de odio del año.
“Lo preocupante, además del crimen, es que quede impune, pues sería un mensaje muy desalentador para la sociedad y más para la comunidad de la diversidad sexual, ya que se demuestra que los avances legislativos no sirven de nada si no vienen con políticas públicas de sensibilización”, comentó en su momento a Lado B Onán Vázquez, de la organización Vida Plena.
Más tarde, el procurador general de Justicia del estado, Víctor Carrancá Bourget, confirmó que se abriría una línea de investigación para considerar este delito como uno motivado por el odio.
Regina Echeverría, 26 de mayo, Tehuacán
Tehuacán, después de la capital, es posiblemente la ciudad poblana donde se percibe una organización más sólida de la sociedad civil en materia de derechos para la población LGBTI. Esto ha permitido que las organizaciones locales realicen denuncias públicas tan pronto se conoce la ocurrencia de algún presunto crimen de odio.
Así sucedió en mayo de 2013, cuando Regina Echeverría fue asesinada en un hotel de la colonia La Purísima después de haber pasado la noche con sus amigas en un antro de dicha localidad.
“Cada vez que matan a uno de nosotros, una de nosotras, nos matan un poquito la esperanza, pero también nos animan a seguir”, dijo entonces a Lado B Víctor Manuel Rodríguez Lezama, vocero del Frente Diverso Sexual de Tehuacán.
Dayana Mendoza, 7 de julio, Teziutlán
En medio de una jornada electoral que fue calificada como “en calma”, Dayana Mendoza fue asesinada en Teziutlán, una pequeña ciudad ubicada en la zona norte del estado, donde jamás se había conocido una noticia tan atroz.
Como lo documentó Reversible en su edición de agosto, Dayana había salido a Teziutlán desde Xiutetelco, a unos 30 minutos de camino, para buscar dónde divertirse. Sin embargo, su cuerpo fue encontrado el lunes por la mañana, sin vida a causa de un shock hipovolémico (desangrado) secundario a descuartizamiento.
Alberto Calderón, 4 de septiembre, Cuautlancingo
Alberto Calderón, a quienes sus vecinos calificaban como una persona tranquila y callada, fue asesinado al interior de su propia vivienda en septiembre, según informó e-consulta.
De acuerdo con la información de dicho diario digital, Calderón ejercía el trabajo sexual en el bulevar Forjadores, mismo que conecta las ciudades de Puebla y San Pedro Cholula, y su cuerpo fue hallado por sus propios vecinos y presentaba un trapo enredado al cuello así como nueve puñaladas en la garganta y el abdomen.
Si bien se había sustraído un estéreo del cuarto de la víctima, de 32 años de edad, la necropsia arrojó que también había sido agredido sexualmente.
Agustín Rodríguez Galindo, 28 de septiembre, Puebla
Agustín Rodríguez fue asesinado en su domicilio luego de haber pasado la noche en compañía de un grupo de amigos. El joven, de tan sólo 21 años de edad, fue encontrado con las manos atadas y la ropa interior hasta la rodilla y ya que se encontró sin lesiones aparentes, se presume que fue asfixiado, según información publicada por e-consulta.
Poco después, la Procuraduría General de Justicia informó que el crimen había sido esclarecido, toda vez que había logrado con la detención del presunto responsable del crimen. Sin embargo, no se aclaró si la dependencia había considerado éste un crimen de odio o no.
Dos desconocidos, 19 de octubre, Izúcar de Matamoros
La poca información que se conoce de este caso apunta a que los cuerpos de dos hombres travestis, de entre 25 y 30 años de edad, fueron hallados en una carretera del municipio de Izúcar de Matamoros, ambos ultimados con un balazo, según información extraoficial citada por el portal e-consulta.
Cinthia Rodríguez, 8 de noviembre, Puebla
Un día antes de que se llevara a cabo la 13ª Marcha del Orgullo, la Dignidad y la Diversidad Sexual en Puebla, se dio a conocer el homicidio de Cinthia Rodriguez, mujer trans cuyo cuerpo fue hallado al interior de su domicilio por su compañera de vivienda, de acuerdo con versiones periodísticas.
Si bien la Procuraduría estatal informó poco después de la captura de los tres presuntos homicidas de Cintia, éstos denunciaron haber sido víctimas de tortura durante su arraigo y la madre de uno ellos acusó a la dependencia de haber sembrado pruebas para inculpar a su hijo.
Aureliano Morales, 11 de noviembre, Atencingo
El último de los crímenes de odio por homofobia o transfobia documentados en el año fue el de Aureliano Morales, quien fue asesinado a machetazos en la localidad de Atencingo, y presentaba la cabeza destrozada y varias heridas graves con arma cortocontundente.
Según información publicada por Periódico Digital, las autoridades no habrían descartado que el móvil del asesinato estuviese relacionado con las preferencias sexuales de la víctima, quien se asumía como homosexual.