Quienes me conocen bien saben que no soy una persona muy navideña que digamos. No me gusta mucho decorar a menos de que sean los inventos raros del nacimiento en la casa de mis papás. Mi película favorita navideña es How The Grinch Stole Christmast (si, la versión animada de Chuck Jones), porque en momentos me da un sentimiento de tristeza que nada tiene que ver con la alegría navideña.
Incluso, la Navidad no tiene tanto peso en mi calendario emocional como Año Nuevo, festividad que sí aprecio, celebro y que le tengo un valor demasiado especial.
Por eso cuando decidí hacer una lista de mis episodios navideños favoritos me costó mucho trabajo, porque todo se me hace muy cursi, muy meloso o muy irreal, aunque bueno hay algunos en mi top que alguien me dijo hoy que la verdad son muy rosas, pero no me importa.
Es por este motivo que para esta última entrega de este año les dejo con este ranking muy personal, así como buenas vibras para el próximo año a quienes a pesar de mi inconsistencia para publicar le dedican un par de minutos a mis debrayes televisivos.
En una ocasión anterior mencioné que Scrubs es una de mis series favoritas por su humor un tanto tonto, pero en su primera temporada para el episodio navideño fue una de las primeras veces que se metieron a cosas un poco más profundas y por eso este capítulo entró en el top. En su primer año como internos en Sacred Heart, a Kurt le toca quedarse de guardia en el hospital en Nochebuena, dejando como advertencia a J.D. y Karla que al día siguiente sin falta tienen que ir a misa.
Sin embargo, a lo largo de la noche al joven cirujano le toca atender de todo, gente lesionada por choques de automóviles, heridos de bala, intentos de suicidios, al grado que se llega a cuestionar su propia fe, pues no entiende cómo pueden pasar tantas cosas malas en el mundo en fechas tan «religiosas».
Para una serie de comedia, entrar a un tema así es un poco raro, y aunque hay momentos de duda al final sale el mensaje de que hay esperanza a pesar de lo malo, lo veamos con ojos religiosos o sólo como una filosofía de vida en general.
Otra de mis series de comedia favoritas EVER, cuyo episodio navideño no tiene nada de bonito ni de cursi, sino que es el reflejo de uno de los momentos más difíciles que una mujer puede llegar a pasar.
El capítulo se centra en Robin, una de las mujeres principales de la serie, quien al inicio piensa que está embarazada, y a lo largo de todo el episodio es ella contándole a sus hijos todo lo que sucede en esos días, cuando está entre hacerse los estudios y definir qué va a hacer, porque lo último que quiere en la vida es tener hijos.
Sin embargo, [y aquí viene spoiler para los que no conocen la serie] cuando va a la doctora se da cuenta de que en realidad no está embarazada, sino todo lo contrario, es estéril.
Para alguien que no quiere tener hijos esto sería la salvación, pero esta noticia le genera una serie de dudas y conflictos internos que no comparte con sus amigos para evitar que hicieran grandes dramas, a pesar de que por dentro se siente destrozada, porque el no ser madre dejó de ser una decisión sino una carga.
Al final, Ted se da cuenta que Robin está mal, y sin preguntar nada decora la casa y le levanta el ánimo, mientras que de fondo se escucha a Ted en el futuro diciendo “Robin nunca fue una madre, pero tampoco nunca más estuvo sola”. *saca el pañuelo y se limpia las lágrimas*
Aunque los especiales de navidad de South Park siempre se centran en el Señor Mojón, el santa clos de los niños judíos, este se me hace uno de los mejores episodios de la serie.
Carman se da cuenta que no tiene muchas cosas a favor para recibir un perro robot en Navidad, por lo que decide convencer a Santa Claus de que lleve regalos a los niños de Iraq, como su buena acción del año.
Para esto viaja al polo norte en compañía de Kyle y Stan, quienes convencen al gordo del traje rojo, pero cuando el trineo entra al espacio aéreo de Iraq es derribado y secuestrado por un grupo de terroristas.
Desesperados los niños buscan ayuda, y nada más ni nada menos que Jesucristo en persona decide ir a patear traseros para rescatar a su amigo.
La imagen de Santa Claus madreado y ensangrentado y un Jesús con ametralladoras y matando gente expide el espíritu navideño.
Este es uno de los primeros capítulos de Los Simpsons que salieron al aire hacia los finales de los ochentas, y no sólo es uno de los más memorables para los que somos fans, sino que es una bocanada de aire fresco regresar a él después de tantos años y recordar que Homero, originalmente, no era un retardado mental sino un hombre común a quien todo, pero todo le sale mal.
Para las fiestas navideñas Homero pierde el bono navideño, y tiene que entrar a trabajar a una tienda departamental como un doble de Santa Claus, lo cual no le agrada del todo por la idea de convivir con tantos niños, pero no puede dejar que muera la navidad.
Aunque claro, las cosas tienen que salir mal. Un buen día llega Bart a ver a Santa Claus a quien, como es su sana costumbre, saca de quicio en dos segundos sin saber que es a su propio padre a quien está molestando y a quien hace perder su trabajo.
Deprimido, Homero se va con Bart a ver carreras de perros, en donde pierde la poca paga que le habían dado en el centro comercial.
Pero al salir del lugar se encuentran con que uno de los competidores decide tirar a su perro a la calle, quien en su soledad se refugia con Homero y Bart. De esta manera llega el sexto miembro del clan Simpson: Huesos o El Ayudante de Santa.
Sí, en el fondo y en la superficie sigo siendo una niña y desde siempre he sido fan de Garfield. Cuando estaba pequeña no había dvd, no había youtube ni nada por el estilo, por lo que lo poco que teníamos era un viejo cassette de VHS (¡Dios, mis canas!) en los que teníamos los dos especiales de Garfield.
El de Navidad empieza cuando Jon, Garfield y Odie se van a la granja para pasar las fiestas con la familia, y el gato gordo emprende una relación hermosa con la abuela de Jon, una mujer con muchos años que vive en sus memorias de viejos tiempos.
A lo largo de los 20 minutos que dura este pedazo de nostalgia Garfield recorre la granja y se topa con el mejor regalo que le puede dar a la abuela: un paquete de cartas que se mandaba ella con su marido cuando éste se encontraba lejos.
La escena donde Garfield llega la mañana de Navidad y le da el paquete a la abuela es una de las cosas más bellas que he visto en mi vida, pues es un detalle sencillo y tierno que le puede cambiar la vida a una persona.
EL PEPO