Susana Sánchez Sánchez

Hoy les hablaré del periodismo cultural, una de las áreas más nobles en ejercicio informativo. Por noble, por lo menos al interior de la república mexicana, entiéndanse que puede ser bueno, pero algo le falta para ser respetado ante el periodismo político o deportivo, por ejemplo. ¿Dónde está la falla? ¿En los dueños de los medios de comunicación o en los periodistas?

Hace un par de años, interesada en realizar un trabajo de investigación doctoral sobre el periodismo cultural en Puebla, alguien me cuestionaba la trascendencia de hacer un trabajo académico sobre el asunto, sobre todo porque: “no se hace periodismo cultural” en esta ciudad. A ojo de buen cubero, aquél doctor (en algún área de Ciencias Sociales) podría tener razón, sobre todo porque en los medios de comunicación poblanos los espacios dedicados a la cultura suelen durar poco, eso no quiere decir que de tajo no exista ese tipo de periodismo. La pregunta sería ¿por qué los proyectos periodísticos culturales duran tan poco tiempo?

La bronca no es nueva. Los espacios dedicados al periodismo cultural van y vienen. Desde el inicio del siglo XX, en la ciudad de Puebla solía haber una revista o una gacetilla sobre música o literatura y en menos de un año ya no era publicada. El periodismo cultural en esta ciudad (y quizás en muchas otras entidades federativas de México) es una especie de amante en turno de los medios de comunicación, seduce por un rato y de repente se va, o lo dejan ir. Los temas oficiales del periodismo parecen ser la política y los deportes, el periodismo nunca renunciará a ellos. En cambio, el periodismo cultural anda a la deriva.

Los medios de comunicación poblanos y comerciales parecen estar poco interesados en impulsar proyectos que tengan entre sus alcances al periodismo cultural. Los que han existido han sido llamarada de petate. Los medios de comunicación no se han tomado en serio esos espacios; no así aquellos que los impulsan, pienso en los actores, los danzantes, los artistas plásticos, los escritores, los músicos, entre otros.

Entre más jóvenes los artistas, parecen tener mucho más amor al arte, por llamarle de la manera más decente a trabajar gratis en los espacios mediáticos con un proyecto piloto cultural. Pero no todo es miel sobre hojuelas, en algún momento hay que trabajar para comer, tener calzado y un techo. Creadores hay, lo que faltan son periodistas especializados en asuntos culturales, porque uno de los problemas es que cuando los artistas se meten a “hacer periodismo” tienden a dirigirse a los de su grupo y a usar la jerga lingüística de su gremio y, sin que se lo propongan a cabalidad, se olvidan de que el periodismo se dirige a un público mucho más amplio. Me parece que justamente los formados en el área de periodismo, a través de la buena utilización de los géneros periodísticos pueden lograr ese puente de comunicación entre artistas y públicos diversos, a través de un discurso asequible a todos.

Los medios poblanos comerciales no han llegado a ver que el periodismo cultural puede ser un espacio interesante para sus audiencias (no meteré en este costal a los medios públicos). Si no han notado eso, tampoco se les puede demandar gran cosa, por ejemplo, que tengan periodistas dedicados a esa área, tan es así que la cultura sigue siendo considerada por muchos periodistas como el patito feo o la banca de castigo, porque el periodismo “serio”, por ejemplo el político, es el que da prestigio, fama y claro, en algunos casos, ayudas económicas externas (chayos, en el lenguaje periodístico) o conectes.

Considero que el periodismo poblano comercial invisibiliza a un sector importante de su ciudad: sus creadores y artistas. También demuestra, a veces, que si la información no genera entradas económicas, no causa golpeteo político o morbo social, entonces puede ser eliminada. El periodismo comercial poblano, en relación a los temas culturales, se hace de la vista gorda con el compromiso social de informar sobre lo que pasa en diversos sectores sociales; y refleja su gran apego a la agenda informativa que dicta el gobierno en turno, el cual en temas culturales está en la misma sintonía de los medios de comunicación comerciales: cultura para no vernos mal o cultura de ornato hasta llegar al colmo de lo bizarro.

*Estudiante del posgrado en Sociología-BUAP. Cualquier discrepancia, precisión, duda o recomendación, escríbale a los correos: susana.sanchezalcuadrado@yahoo.com.mx  / sanchezsanchez.susana@facebook.com

Esta columna también aparece los viernes en el programa Movimiento Perpetuo, transmitido de lunes a viernes de 9:30 a 10:30 hrs., a través de la XHBUAP – Radio BUAP 96.9 F.M.

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