Lado B

@ladobemx

El pasado 17 de Agosto la periodista Helena Maleno escribió en uno de los párrafos de un reportaje publicado en Periodismo Humano: «Hoy he sido consciente, llevaba diciendo en voz alta desaparecidos hasta que el hermano de mi amigo me ha dicho.

– Helena por favor están muertos, muertos –

Se me ha hecho un nudo en el alma que me costaba respirar. No hago más que mirar sus fotos en el facebook y leer las últimas conversaciones».

Con la esperanza de un futuro mejor, muchos de ellos nunca pensaron que el camino podría resultar tan peligroso, a pesar de los testimonios que amigos de familiares les habían contado resultaba el viaje hacia Europa.

En pequeñas embarcaciones, las llamadas zodiacs, grupos de entre siete o nueve migrantes subsaharianos  viajarán para emprender un camino que en los últimos dos años se ha tornado cada vez más violento. Ya no sólo es el mar y sus inclemencias las facturas que podrían pagar, ahora son los cuerpos policiales marroquíes quienes pueden acabar con sus sueños e incluso sus vidas.

En ocasiones el mismo grupo que partirá en estas pequeñas embarcaciones, son quienes se juntan, cotizan, compran sus chalecos y lo intentan. Una barquita de 400 kilos, que valdría 100 euros, se puede adquirir por 350. Las más grandes, de 500 kilos, pueden llegar a venderse por 500 euros.

Con la vida pendiente de una balsa de juguete

1 Mayo 2013. Periodismo Humano.- Salieron de sus países buscando una vida digna, con un compromiso de mejorar  la situación de sus  familias y comunidades.  Procedentes de contextos marcados por la pobreza, la falta de oportunidades y la violencia; destacando países en conflicto, y una fuerte violencia de género, se encontraron con un tránsito migratorio en el Norte de África tremendamente hostil.

Los candidatos subsaharianos a la inmigración hacen constante referencia al aumento de la represión policial en países como Marruecos, donde dicen los inmigrantes, las agresiones, muertes y violaciones se han incrementado en los últimos años.

Tánger  ha visto aumentada su población de  migrantes desde el año pasado. Un trasiego de personas procedentes de otros lugares de Marruecos para intentar el cruce por una vía, la del Estrecho, que se ha convertido en la única esperanza para muchos con pocos medios de subsistencia. “Imagínate si quieres ir en coche es carísimo, hay que sobornar a las policías de ambos lados y yo no lo puedo pagar. Así que lo único que puedo hacer es esto”, dice Pier.

Por la noche hay movimiento en los barrios, es el momento  de intentarlo. Una vez llegas a la playa, cada grupo se dispone a inflar la zodiac y a depositarla en el agua. Algunos son ya interceptados en ese punto por las autoridades marroquíes, pero muchos otros logran entrar, y comienza el momento de remar.

Dicen que en la zodiac lo peor es que se te duerman las piernas por eso la posición del cuerpo es muy importante. Para mitigar el cansancio, a ratos ambos pies van dentro de la embarcación y en otros momentos uno de los pies va fuera, sumergido en el mar.

Tras varias horas, alternando posiciones e intentando que las palas vayan al unísono, cuando el agua empieza a entrar en la barca y el cansancio hace mella, se suceden las llamadas de socorro  en plena madrugada.

Están en medio del Estrecho, muchos de ellos dicen que llegaron al lado español y que hasta ese lado les siguieron las patrulleras marroquíes para interceptarles. “Cuando llegas a una zona que hay como una línea verde en el agua, como si estuvieses en una montaña y entonces ves claro Tarifa, ahí sabemos que estás en zona española, que hemos pasado la zona marroquí”, explica Tony, que lo ha intentado tres veces.

La realidad es que arriesgan al máximo, entrando al mar muchas veces sin tener en cuenta las condiciones meteorológicas, desesperados y con la esperanza de que la patrullera marroquí no les siga. Te cuentan que las olas son muy altas, o que hay niebla. En la mayoría de las ocasiones es difícil saber cuántas embarcaciones hay en el Estrecho porque varios teléfonos llaman desde la misma zodiac pidiendo auxilio.

Continúe leyendo el reportaje completo de la periodista Helena Maleno, publicado en Periodismo Humano en el siguiente link.