Lado B
“Seguiremos viniendo aquí a manifestarnos”, las protestas en Plaza de Taksim
 
Por Lado B @ladobemx
26 de junio, 2013
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Imagen: http://www.prensalibre.com

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Este martes más de dos mil turcos se dieron cita en los alrededores de la Plaza de Taksim, para mostrar su repudio por la liberación de un policía acusado de matar a un manifestante en Ankara el pasado 1 de junio.

Claveles en mano, banderas ondeando y su voz, fueron las herramientas que emplearon los manifestantes quienes, de nueva cuenta, se encontraron con los cuerpos policíacos armados con gases lacrimógenos, cañones de agua y granadas sonoras de dispersión, dispuestos a no permitir que la Plaza de Taksim fuera tomada de nueva cuenta por los manifestantes.

“La policía seguirá controlando Taksim mucho tiempo, pero nosotras seguiremos viniendo aquí a manifestarnos», fue uno de los reclamos que los participantes a la concentración de este martes expresaban a las fuerzas del orden turcas.

Cabe recordar que desde que el 31 de mayo empezaron las manifestaciones contra el gobierno de Recep Tayyip Erdogan en varias ciudades turcas. El saldo que han registrado las protestas ha sido de  cuatro personas muertas -tres manifestantes y un policía- y casi 8 mil resultaron heridas, según dio a conocer el sindicato de médicos turcos.

Sin embargo, el pasado sábado se llevó a cabo una de las represiones de las autoridades turcas que ha causado la indignación a nivel mundial, ya que la evacuación de miles de personas de la plaza Taksim, empleando gases lacrimógenos, cañones de agua y granadas sonoras de dispersión, dejaron miles de heridos, así como decenas de detenidos.

Quedarse inmóvil no es delito

Amnistía Internacional (AI)

El lunes por la noche, una persona fue a la plaza Taksim y se quedó allí, quieta y en silencio, como forma de protesta simbólica contra la reciente violencia ejercida en ese lugar. Horas después, muchas personas más hicieron lo mismo.

Ahora, algunas personas que se encuentran allí llevan auriculares y bailan al son de una música que no oye nadie más o se toman del brazo para bailar en silencio a la manera tradicional turca. Tras la agresividad de las últimas semanas, es una forma de protesta muy pasiva, pero muy efectiva y creativa también.

La policía detuvo a 16 personas y las dejó en libertad al cabo de unas horas. Quedarse inmóvil en un sitio no es delito en ningún código penal, así que lo sucedido aquí no hace más que poner de relieve la arbitrariedad de las detenciones; no es más que intimidación.

Eliminación de posts en Facebook y Twitter

Las redes sociales han sido fuentes verdaderamente importantes de información en todo momento, sobre todo porque muchos medios de comunicación convencionales temen al gobierno y se autocensuran. El domingo pasado, el primer ministro Erdogan dijo que se iba a investigar a los usuarios de redes sociales.

Así que a la gente le ha entrado ahora el pánico y está intentando borrar cosas de Twitter y Facebook. El primer ministro mencionó también una nueva ley con que regular el uso de las redes sociales; no tenemos más datos, pero está claro que se trata de una amenaza.

Primer encuentro con el gas lacrimógeno

Llegué a Estambul el 5 junio. Todo el mundo estaba todavía conmocionado por la primera oleada de violencia policial. Tuve mi primer contacto con el gas lacrimógeno el martes 11. En la plaza Taksim persistía la protesta pacífica, en un ambiente festivo. Entonces irrumpió la policía antidisturbios, con sus escudos y camiones de cañones de agua.

De repente lanzaron seis o siete botes de gas lacrimógeno en nuestra dirección. Yo no llevaba máscara antigás. Al principio no se nota; sólo se ve humo blanco. Unos segundos después te empiezan a llorar los ojos, te escuece mucho la piel, se te pone fatal el estómago y tienes que escapar. La gente corría despavorida a mi alrededor, huyendo, y yo no veía bien. Afecta a una zona muy grande así que estás mucho tiempo en él.

Justo después tuvimos una reunión con el gobernador de Estambul, Hüseyin Avni Mutlu, así que pudimos mostrarle ejemplos bien directos de uso injustificado de la fuerza. Acababa de dar garantías públicamente de que la policía no iba a intervenir en el parque Gezi. Pero luego vi grandes humaredas de gas lacrimógeno procedentes del parque.

El gas lacrimógeno sirve para disolver concentraciones violentas. Pero en Turquía se está utilizando en grandes cantidades contra manifestantes pacíficos y en zonas cerradas, como viviendas y edificios públicos. Comporta un gran riesgo para la salud si se utiliza así. Me han dicho también que se está utilizando como arma, que ha causado lesiones graves y, quizá, incluso una muerte.

El Colegio de Médicos turco ha documentado casi 8.000 casos de personas heridas en toda Turquía, 59 de ellas de gran gravedad y 6 con peligro de muerte.

Cañones de agua y bombas sonoras

El sábado, 15 de junio, nada más dar las ocho y media de la tarde, la policía comenzó a recorrer con sus vehículos la plaza Taksim, lanzando gran cantidad de botes de gas contra pequeños grupos de manifestantes pacíficos. No dejaba de lanzar tampoco granadas de aturdimiento (también llamadas bombas sonoras), cuyo estruendo explosivo causa el pánico. La gente corría en todas direcciones.

La policía avanzó a toda velocidad por el parque Gezi con un camión de cañones de agua, lanzando chorros a presión contra la gente. No sabemos con exactitud qué había en el agua, pero por el color naranja brillante que tenía a veces, es probable que fuera algún tipo de gas CS.

Hablé con mucha gente que tenía quemaduras en la piel, sufridas tras recibir el impacto de los cañones de agua. Yo me di en seguida una ducha cuando me alcanzó el chorro de agua. Al día siguiente tenía unas extrañas manchas rojizas en las manos, que supongo que no me había lavado bien.

Inmenso estallido de furia

La gente que huyó del parque Gezi buscó refugio en los hoteles de alrededor. En el hotel Divan, la policía utilizó cañones de agua y gas lacrimógeno a la puerta misma, así que el gas entró directamente en el vestíbulo.

Se produjo luego un inmenso estallido de furia ciudadana, porque habían desalojado no sólo la plaza Taksim, sino también el parque Gezi. La gente llevaba tres semanas viviendo pacíficamente allí en tiendas de campaña y las autoridades habían prometido no intervenir.

En el centro de Estambul, decenas de miles de personas intentaron entrar de nuevo en la plaza Taksim. Vi a centenares de manifestantes avanzar con sus consignas y vítores y retroceder una y otra vez a causa del gas lacrimógeno.

Resultaba muy difícil ir de un sitio a otro para acudir a reuniones y entrevistas con medios de comunicación en Estambul. Quedarse en el centro era muy peligroso, por el gas lacrimógeno y porque se decía que se estaban tomando medidas contra médicos, abogados y periodistas. No sabes qué puede pasar.

Detenciones, bofetadas y patadas

Esa noche teníamos ya información del Colegio de Abogados de Estambul sobre gran cantidad de detenciones. Llamaba gente diciendo que no conseguía contactar con sus amigos o que había visto detener a alguien. Calculan que desde que comenzaron las protestas se ha detenido a más de 800 personas sólo en Estambul, a casi la mitad de ellas desde el sábado.

El domingo volvieron a utilizar gas lacrimógeno y cañones de agua, sólo que esta vez la policía intentó también practicar numerosas detenciones: perseguía a la gente por las bocacalles, la golpeaba, la esposaba y se la llevaba –a manifestantes pacíficos, quietos en la calle entonando consignas, y a médicos que atendían de urgencia a manifestantes heridos–.

Parece que gran número de personas estuvieron detenidas brevemente y quedaron luego en libertad sin haber visto a un abogado. Estamos investigando también denuncias de maltrato, sobre personas a las que agentes de policía han dado bofetadas y patadas y les han quitado las máscaras antigás. En Estambul se está deteniendo ahora a gente en su casa, así que estamos intentando averiguar por qué.

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Autor Lado B
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