A veces se cae en el extremo de hacer del político, de la imagen de éste una hagiografía, o sea, la historia de un santo / Hoy en día tenemos a muchas personas dedicadas a esta nueva profesión de la seducción populista, o de la seducción a través de los medios»

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Xavier Rosas

@wachangel

El poder de la imagen en la construcción de los futuros actores políticos, las verdades sesgadas de los medios de comunicación y el compromiso que asumen los reporteros al desempeñar su oficio, son aspectos que en la tercera entrega de la serie de entrevistas “La simulación del periodismo”, aborda el politólogo Diego Velázquez Caballero.

“Hoy en día tenemos a muchas personas dedicadas a esta nueva profesión de la seducción populista o de la seducción a través de los medios”, consideró el investigador. En la charla con Lado B señaló también que en tiempos electorales, los medios de comunicación llegan incluso a obstruir “la opinión, construyen candidatos, destruyen opciones políticas, y ahí radica su peligrosidad”.

Reportero (R).- ¿Cuál ha sido el papel de los medios de comunicación en las contiendas electorales?

Diego Velázquez Caballero (DVC).- Creo que desde el año 2000 vimos como el poder de la imagen poco a poco se volvía el instrumento de los partidos políticos para presentarnos a sus candidatos, y ya desde ahí los medios de comunicación empezaron a empoderarse,  tal y como ocurre en otros países.

Foto: EstoEsFoto (EEF).

No es un fenómeno nuevo el poder de la imagen, ya nosotros conocemos los trabajos de Humberto Eco, de Sartori, donde nos alertaban del poder del medio, del canal, del poder que por supuesto tienen los dueños de esos medios de comunicación.

En México las campañas políticas empezaron a tomar un cause competitivo, muy apegado a la visión occidental, a la norteamericana, y como en este país y en las democracias emergentes, los medios empezaron a volverse preponderantes.

Sólo que en México los dueños de los medios de comunicación supieron bien adaptar su actitud autoritaria y pragmática al contexto; salieron del área institucional para volverse un poder fáctico, que en las pasadas elecciones creo que son una de las variables para explicar la presidencia de Peña Nieto, los ‘compromisos’, y por otro lado se volvió el modelo a seguir en los estados y en otros muchos municipios que tienen la capacidad para desarrollar competencias políticas a través de los medios de comunicación, sobre todo los televisivos.

R.- Cuál es el poder de los medios de comunicación?

DVC.- Los medios de comunicación efectivamente, en una arena electoral semejante a las occidentales, de pronto obstruyen la opinión, construyen candidatos, destruyen opciones políticas, y ahí radica su peligrosidad. Por eso es tan necesaria su independencia, su ética, y su capacidad democrática, porque un medio de comunicación tiene la capacidad para irradiar un mensaje en una forma tremenda, en una forma que está proporcionalmente desarrollada a los costos; pero a veces lo que comunican, lo que transmiten, no necesariamente es lo real, no necesariamente es lo que está ocurriendo, y construyen un clima de opinión, construyen un ambiente social que puede inclinarse hacia la opción que no es la ideal para un país, o hacia un partido o ideología que a futuro va a ser una equivocación en el destino de un país.

R.- ¿Cuál es el panorama de los medios de comunicación en Puebla?

DVC.- Creo que son muy pocos los medios independientes en Puebla; de televisión mejor ni hablamos. En estaciones de radio de pronto creo que son más independientes las que están por Internet, es decir, las que no son concesiones. Hay muy buenos programas críticos.

Creo que ahora, y aquí me monto en lo que hace unos días vino a decir Jenaro Villamil, es cierto que el actual gobernador está desarrollando una campaña mucho más agresiva en lo que se refiere a la imagen de la televisión local. Creo que los spots, que la imagen que nos quieren transmitir de él, particularmente Tv Azteca, está siendo muy bien trabajada, muy bien proyectada, y esto hace que el gobernador tenga un índice de aprobación no tan malo.

Claro, hay cosas negativas, pero el trabajo mediático lo está haciendo bien y eso va a tener un peso considerable en las próximas elecciones.

Los que hace unos años efectivamente aparecían como medios críticos o combativos, se ven ahora con compromisos que de pronto ya no les permiten desarrollar ese papel crítico, responsable; es decir, el cuarto poder que las democracias necesitan.

A mi me gusta mucho una definición que los norteamericanos utilizan mucho de la prensa en su país, ellos le llaman el espejo feo,  y dicen, “entre más feo, mejor”. Es algo que aquí no está pasando, aquí nosotros vemos, dice la politóloga, Margaret Skamett, que tenemos nosotros ya el modelo Disneylandia: ‘hoy la prensa, la televisión, nos pinta las cosas perfectas: el político producto, el político estético, el político hermoso, el político sacado de un cuento de fantasía; es la política Disneylandia’. Lo grave es que está sustentado científicamente en los desarrollos psicológicos acerca de la influencia de los medios de comunicación en las decisiones de las personas.

Más bien a veces se cae en el extremo de hacer del político, de la imagen de éste una hagiografía, o sea, la historia de un santo. Y bueno, las historias de bronce no pueden repetirse en un contexto de competencia, de transición. Es muy lamentable el caso de la prensa en Puebla.

Creo que esta fealdad también es necesaria en la prensa, esta crítica es parte de la dialéctica que compone la opinión pública, y hay que cuestionar a estos profesionistas de la imagen, a estos abarroteros de la imagen, porque caramba, hoy es el nuevo Maquiavelo la imagen, es el nuevo manual del poder, y hoy en día tenemos a muchas personas dedicadas a esta nueva profesión de la seducción populista, o de la seducción a través de los medios, y es muy delicado.