Lado B
Fue torturada y sentenciada a 27 años de cárcel
Rosa López es una indígena tsotsil acusada de secuestro
Por Lado B @ladobemx
13 de febrero, 2013
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La historia de Rosa López es sólo una más de las que se cuentan en nuestro país. Una mujer indígena y pobre, de lengua tsotsil, que fue torturada y obligada a «confesar» un delito que no cometió, por el que recibió una condena de más de 27 años. Una historia de dolor e injusticia.

Patricia Chandomí

@patriachandomi

En el 2005 Rosa López, indígena tsotsil de San Cristóbal de las Casas, fue abandonada junto con sus cinco pequeños hijos por su esposo, Rafael López Gómez, quien decidió emigrar con otra mujer a los Estados Unidos, en busca de mejores oportunidades de vida.

Sin tierra y sin tener noticias de Rafael, Rosa comenzó a trabajar vendiendo cosas en la calle, compraba ropa y la revendía en las comunidades aledañas a San Cristóbal de las Casas, de esta manera pudo darles sustento a sus cinco hijos sin ayuda de nadie.

Un año después, Rosa de 33 años, conoce a Alfredo López Jiménez, también dedicado al comercio con quien establece una relación; a pesar de que nunca contó con el apoyo de los familiares del esposo, uno de los tíos de éste, de nombre Rafael Gómez Santiz, originario de Oshinam, municipio de Mitontic, al enterarse de que Rosa se había juntado con otro hombre, llegó a buscarla.

“Rosa tú eres mujer de mi sobrino, tu deber es esperarlo, aunque no tengas noticias de él, tú lo debes esperar, para eso eres su mujer, sólo las putas andan con otro hombre y no esperan a su marido, aunque se haya ido con otra mujer a los Estados Unidos, tú eres su mera mujer y algún día va a regresar”, dijo un indignado Rafael Gómez a Rosa.

A pesar de los constantes reproches del tío de su esposo, Rosa continúo su relación con Alfredo, con quien se asoció para vender ropa y poder mantener a sus cinco hijos.

Tomada de: solidaridadchiapas.files.wordpress.com/

Tomada de: solidaridadchiapas.files.wordpress.com/

La acusan de secuestro

La incipiente tranquilidad y la estabilidad que experimentaba Rosa con Alfredo, contrario a los años de violencia doméstica que vivió al lado de Rafael López, fueron abruptamente interrumpidas debido a una detención el 10 de mayo del 2007.

Sentada en una banca del parque, con un embarazo de 4 meses, Rosa sintió aquel 10 de mayo, un golpe por la espalda cayendo al suelo, la persona que la golpeó, rápido le levantó la blusa para envolverle el rostro.

Ella pudo percibir a un grupo de hombres que les dijeron que estaban detenidos, Alfredo solicitó ver la orden de aprehensión, como respuesta  uno de los hombres le apuntó con una pistola a la cabeza; ambos fueron esposados y subidos a una camioneta.

Durante el trayecto, a Rosa le vendaron los ojos y la mantuvieron boca abajo en la camioneta, uno de los hombres mantuvo un pie sobre su cuerpo para evitar que se moviera.

Pasada una media hora, los sujetos bajaron a Alfredo para golpearlo, Rosa seguía con los ojos vendados en la góndola de la camioneta, desde donde escuchaba los lamentos de Alfredo debido a la golpiza propinada, unos minutos más tarde, uno de los sujetos regresó para decir “el amante ya confesó”.

Inicia la tortura 

Después regresaron a Alfredo a la camioneta y los llevaron a otro lugar, ahí bajaron a Rosa quien seguía con los ojos vendados, le ordenaron que se sentara en el suelo, hubo un silencio y al rato regresaron unos sujetos, uno de ellos dijo: “¿Así que esta es la perra que secuestró a la muchacha?”, a la par la agarró del pelo y le dio una cachetada.

“¿Dónde tienes a la muchacha?, confiesa perra, ¿dónde está Claudia Estefanía?, no te hagas pendeja, tú la tienes secuestrada”, le inquirió el sujeto mientras le seguía golpeando la cara.

Cuando le volvieron a preguntar por Claudia Estefanía, Rosa contestó: “pues ha de estar en su casa”. Por dar esta respuesta le pusieron un trapo mojado y una bolsa de plástico en la cabeza y le dijeron: “cuando quieras confesar que eres culpable mueve la cabeza”.

Mientras la asfixiaban, escuchó que uno de los hombres le dijo a otro “pásame ese palo que está ahí” y comenzaron a pegarle en el estómago, insistiendo acerca del paradero de Claudia Estefanía, Rosa les pidió que no le golpearan el estómago porque estaba embarazada.

“Si dices que tú fuiste te vamos a dejar ir” le dijeron, como se quedó callada la llevaron a otro lugar, que ella presume era un cuarto, en este lugar le quitaron su ropa y le tocaron todas las partes de su cuerpo, uno de ellos la tiró al piso, y se puso sobre su cuerpo, ella les empezó a gritar desesperada que no la violaran, entonces los golpeadores le dijeron: “No te vamos a violar si dices lo que nosotros queremos que digas”. Entonces Rosa dijo “sí”.

Después de ponerse la ropa, Rosa recibió instrucciones de que debía declarar que ella secuestró a la joven Claudia Estefanía y que había pedido un rescate de 800 mil pesos.

Una vez afuera de este cuarto, Rosa escuchó la voz de Alfredo, de Pedro López y Juan Collazo, éste último primo de Alfredo.

Rosa fue trasladada a una celda, al otro día la llevaron a declarar, ahí le pusieron una grabadora donde ella confiesa haber secuestrado a Claudia Estefanía, Rosa estaba acompañada por Juan Collazo, primo de Alfredo y Alfredo. En este lugar Rosa se entera que Juan se “robó” a su novia y que había pedido prestado a Alfredo su bodega, donde guardaban la ropa para vender, para tener su luna de miel.

Claudia Estefanía, hija del tío del ex esposo de Rosa

Claudia Estefanía resultó ser hija de Rafael Gómez Sántiz el tío del ex esposo de Rosa, que le había advertido no andar con Alfredo.

Ni bien se había enterado del motivo que le había hecho vivir esa experiencia, cuando fue esposada y trasladada por unos policías al CERESO 5 de San Cristóbal de las Casas.

Antes de subirla a la camioneta que la llevaría al CERESO 5, los elementos policiacos les dijeron “si dices que te golpeamos ya sabemos donde vive tu mamá y tus hijos, ellos van a pagar”.

Rosa fue acusada de privación ilegal de la libertad en su modalidad de plagio y secuestro y asociación delictuosa, junto con Alfredo, Juan Collazo, el novio de Claudia Estefanía y primo de Alfredo y Pedro López Jiménez, el 15 de mayo se le dictó auto de formal prisión, el juez Guillermo Enrique Calvo Beutelspacher acreditó la flagrancia del delito.

El defensor social, Rosalindo Moisés Díaz Vázquez aconsejó a Rosa y a Alfredo sostener su supuesta culpabilidad, porque así habría la posibilidad de que el juez les concediera “el perdón”.

Rosa pidió a su defensor social el careo con el tío de su esposo. El 14 de enero de 2009 el juez José Luis Jiménez Quevedo dictó la sentencia definitiva, considerando como principal prueba la denuncia hecha por Rafael Gómez Sántiz.

Tomada de chacatorex.blogspot.com

Tomada de chacatorex.blogspot.com

Rafael señaló que entregó a Rosa y Alfredo en la plazuela de Mexicanos una bolsa de plástico negra con 30 mil pesos, acompañado por su sobrino y el comandante de la policía, el sobrino declaró en contra de Rosa, Alfredo y Juan, así como Claudia Estefanía.

El testimonio de Rosa sobre su desconocimiento del trato de Alfredo y su primo Juan Collazo jamás fue tomado en cuenta. Juan Collazo asegura que “robó” a la novia con consentimiento de ésta, “nosotros ya éramos novios, pero el papá nunca me quiso, por ser pariente de Alfredo, el novio de Rosa”.

Rosa nunca tuvo acceso a un traductor de su lengua materna, el tsotsil, fue sentenciada a 27 años, 6 meses y 17 días de prisión de acuerdo al expediente 056/2007.

Nacimiento y muerte de su hijo en prisión

A los cinco meses de estar en prisión nació su sexto hijo, Natanael, producto de su relación con Alfredo. Debido a la tortura causada durante su detención el bebé nació con parálisis cerebral, en un principio el personal médico del Hospital no se percató de esta situación.

A los cuatro meses Natanael fue nuevamente revisado por el personal médico y ahí se percatan que el bebé tiene una bolita en la columna, esta bolita se debió a que la columna del bebé se fracturó a causa de la paliza que recibió Rosa.

Natanael fue criado por la madre de Rosa, sin embargo, después de presentársele una complicación y después de andar de hospital en hospital, un 26 de octubre del 2011 Natanael fallece.

“Mi hijo murió muerto en vida a los cuatro años y quince días de nacido, yo no quería que muriera, tenía yo las ganas que si un día Dios me regalaba la libertad, poder cuidarlo yo misma”, dice Rosa, quien no pudo ni despedirse de su hijo.

Rosa fue operada de una hernia inguinal después de varias denuncias por la falta de atención médica dentro del penal.

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