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El paseante de cadáveres. Retratos de la China Profunda de Liao Yiwu
China se ha convertido en paradigma de la modernidad con sus altas tasas de crecimiento y sus productos que inundan los mercados internacionales. Sin embargo esto no fue siempre así. La modernidad de China y su apertura se han gestado en los últimos años.
Por Lado B @ladobemx
10 de enero, 2013
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Alejandro Badillo

China se ha convertido en paradigma de la modernidad con sus altas tasas de crecimiento y sus productos que inundan los mercados internacionales. Sin embargo esto no fue siempre así. La modernidad de China y su apertura se han gestado en los últimos años. Pueblos enteros dedicados a la pesca o a la agricultura han sido reemplazados por urbes populosas, llenas de rascacielos y fábricas en las que trabajan millones de obreros. Estas características emblemáticas del capitalismo conviven con un sistema político que, a pesar de una tímida apertura, sigue mostrando su poca capacidad para convivir con la crítica y con la libertad de expresión. Liao Yiwu, escritor y músico, en El paseante de cadáveres muestra la otra cara de China sondeando en su pasado. A través de un mosaico de retratos y entrevistas Yiwu recorre la historia de su país en la cual hay muchas cuentas que ajustar.

Traducción de Leonor Sola Comino, 1era edición 2012 Editorial Sexto Piso / Conaculta

Traducción de Leonor Sola Comino, 1era edición 2012 Editorial Sexto Piso / Conaculta

Una parte importante del libro trata sobre aquellos personajes perseguidos en la época de Mao Tse Tung: intelectuales, monjes y maestros; pero también soldados, exoficiales y ladrones cuentan los errores y la represión que sufrieron al ser tachados de antirrevolucionarios. El régimen monolítico, matizado ahora por el libre comercio, atacó sistemáticamente cualquier disidencia ideológica o cualquier forma de vida negativa, según ellos, para el avance del proyecto socialista chino. Quizás el aspecto más dramático está concentrado en dos textos “Canibalismo en tiempos de hambruna” y “La masacre de Tiananmen”. En el primero un exoficial adscrito a una provincia cuenta la experiencia vivida con “El gran salto adelante”, un programa impulsado por el gobierno para modernizar a China modificando sus procesos de cultivo de la tierra y trasladando mano de obra campesina a actividades relacionadas con la industria moderna como la recolección de acero.

El afán de competir con las potencias mundiales y descartar métodos de producción antiguos sólo por el hecho de pertenecer a una “época antirrevolucionaria” llevó a la improvisación y a la caída en la producción de alimentos. La burocracia partidista ocultó estos problemas dejando que la hambruna devastara amplias zonas del país cobrando millones de vidas. Para sobrevivir en varias provincias se llegó al canibalismo ante la desesperación por el hambre. El gobierno socialista de Mao achacó la hambruna a una combinación de desastres climáticos y sólo mucho tiempo después se aceptó los errores de un sistema que no aceptaba ningún tipo de crítica.

El segundo texto, “La masacre de Tiananmen” aborda uno de los episodios que causaron más indignación a nivel mundial cuando en junio de 1989 el ejército chino disparó contra estudiantes y ciudadanos que exigían apertura y libertad de expresión. En el texto Liao Yiwu entrevista a un padre que perdió a su hijo mayor en aquel evento y reconstruye la odisea que significó recuperar las cenizas de su hijo ya que el gobierno trataba de eliminar lo más rápido posible cualquier evidencia.

Otra vertiente de El paseante de cadáveres es el recuerdo de varios ancianos entrevistados, personajes que aún recuerdan la época anterior al socialismo, que pudieron sobrevivir durante décadas y ahora se enfrentan a la China moderna, paraíso de las maquiladoras y la competitividad. Monjes, profetas, mendigos y adivinos muestran las tradiciones que durante mucho tiempo se tuvieron que practicar en secreto para no ser víctimas de delaciones y exilios. Hay varios méritos en los retratos de Liao Yiwu: la capacidad para reconstruir las entrevistas cuando en muchas de ellas no llevaba grabadora en el afán de ganarse la confianza de sus interlocutores; otro punto importante es que el autor deja hablar a los personajes y no los caracteriza de forma novelesca, como un narrador omnisciente que busca artificios para mejorar el impacto de sus historias. Contrario a esto, las anécdotas son sustentadas en los diálogos. Incluso, a veces, Liao Yiwu toma un papel protagónico en las entrevistas mostrando su punto de vista y enriqueciendo el contexto para el lector.

El paseante de cadáveres es un libro fundamental para entender a China del siglo pasado y que está íntimamente relacionada con la potencia económica que muchos alaban, pero que basa su éxito en el control social y la explotación indiscriminada de mano de obra y recursos naturales. Una cara que es ignorada por gran parte del mundo y censurada por el gobierno Chino. Liao Yiwu pagó con cuatro años de cárcel la escritura de un poema en el que hablaba sobre Tiananmen y actualmente vive exiliado en Alemania.

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