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Lado B

El conflicto en Siria continúa su paso dejando al menos 60 mil personas muertas –de acuerdo a cifras de Naciones unidas (ONU)-, luego de los 21 meses transcurridos desde que iniciaron las protestas contra el régimen de Bashar al Asaad.

Este fin de semana, el presidente Sirio reapareció en televisión luego de 5 meses de ausencia, asegurando que ha defendido y defenderá su país de sus “enemigos”, calificando a los opositores de “terroristas”.

«Los terroristas que combatimos son los mismos a los que se enfrenta Occidente en Afganistán (…) Lo llaman revolución pero no tiene nada que ver con una revolución. Una revolución necesita pensadores. Esos son un puñado de criminales «, aseveró.

Bashar al Asaad  insistió que su misión es «sólo defender a Siria de sus enemigos», en lo que calificó como un conflicto «nunca visto» en la región. Según sus propias palabras, se trata de un conflicto entre Siria y aquellos que quieren su partición, «no entre el gobierno y la oposición, sino entre el país y sus enemigos, entre el pueblo y sus asesinos».

Asimismo, dio a conocer que como primera medida harán un cese del suministro internacional de armas a los «terroristas», tras lo cual el Ejército sirio detendrá sus operaciones y se iniciará un diálogo nacional con el objeto de elaborar una nueva Constitución y elegir a un nuevo gobierno, dio a conocer El Mundo.

Nuevo llamado de AI

Durante 2012 los enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales sirias y las fuerzas de oposición dejaron decenas de miles de personas muertas, situación que centró su atención en el derrocamiento del mandatario Sirio.

Aunado a la muerte, pobreza y los pocos recursos que han llegado a la población para hacer frente a la violencia, cientos de miles de personas fueron desplazadas dentro de Siria o refugiadas en los países vecinos.

El organismo internacional ha dado a conocer en repetidas ocasiones los asesinatos, torturas y violaciones a los Derechos Humanos de los habitantes Sirios, hechos que ambas partes del conflicto han tenido que ver.

Por ello, Amnistía Internacional lanzó una nueva acción de movilización dirigida al máximo representante del gobierno sirio ante las Naciones Unidas,  Bashar Jafari, para pedirle que exija a las autoridades sirias que pongan fin de manera inmediata al uso de bombas de racimo y minas antipersonas terrestres en todas las circunstancias; terminar con el uso de morteros, artillería, bombas de caída libre no guiadas en ataques contra zonas residenciales; tratar a todos los detenidos con humanidad; y garantizar en todo momento la protección de la población civil durante el conflicto, de conformidad con las obligaciones adquiridas por Siria en virtud del derecho internacional.