Tuss Fernández

@ituss79

‘ese instante en que tus manos dibujan estrellas par saber que podemos existir en otro universo’

Cuando me lo propongo, mi mente es más poderosa que algunos miembros de la Liga de la Justicia. Es más, diría que más poderosa que todos los miembros juntos –los de la Liga–.

El problema es que no siempre me lo propongo y que además, como cualquier superhéroe novato, aún no logro dominar mis habilidades de modo que dos o tres veces me han fallado los cálculos.

Ya saben, atino los números de la lotería y olvido comprar el boleto o me concentro para reencontrarme al amor de mi vida y terminamos trabajando en la misma oficina, aunque no fuera precisamente el tipo de ‘reencuentro’ que yo había imaginado… detallitos, pues.

Afortunadamente, una muestra de que voy avanzando en estos terrenos ocurrió la semana pasada.

Hace cosa de unos meses, un martes como muchos otros de mi vida casi ‘nini’, entré a la regadera con mucho más cansancio del habitual. Tiene ya un buen rato que siento una profunda desilusión por mi país. Lo noto abusivo, torpe, anestesiado e ignorante así que no me hace mucha gracia salir a la calle a toparme con un mosaico de lo anterior. Entre el suspiro de alguien que empieza a resignarse y el de alguien que siente el primer chorro de agua caliente correrle por la piel, se me ocurrió querer el mejor trabajo del mundo, así, casual.

Bueno, pues ReversibleMx se presentó en sociedad –o si prefieren, salió del clóset– el miércoles pasado como un proyecto periodístico dirigido a la Comunidad LGBTTTI+H (porque aquí también nos importan los bugas) que tiene la intención de sensibilizarnos y visibilizarnos como colectivo, pero también, de mostrarnos a nosotros mismos las distintas expresiones de la diversidad sexual de las que muchas veces somos ignorantes.

Durante la presentación pude haber dicho muchísimo sobre el proyecto, por ejemplo, que nació en la mesa de un café y tomó nombre en un bar­; o pude haber hablado del equipo que lo conforma y decir que son el Dream-team que cada redacción quisiera y que algunos de ellos intentan salvar al mundo o instaurar la paz mundial… pero, el error estuvo en sentarme en una mesa junto con grandes presentadores y así, sin mezcales ni nada que me relajara, haberme entregado el micrófono. Lo malo es que quedó claro que lo mío, lo mío, no es la oradera, lo bueno es que Reversible ya estaba en mejores bocas que la mía: la de Rocío Sánchez –editora de Letra S–, la de Natalia Anaya –fundadora de Opción Bi–, la de Gabriel Gutiérrez García –de Anodis y Código Diverso– y la de Enrique Torre Molina –de Chilango y The HufftingtonPost–.

Me atrevo a decir que no faltó absolutamente nada para que Reversible se presentara al mundo –mundial– de manera tan perfecta. Fue como si todos los presentes nos subiéramos a un tren y comenzáramos un recorrido por los caminos del periodismo y la diversidad sexual con guías de lujo.

Si hace seis meses me hubiera detenido a pensar que las marcas de condones no se anuncian en los medios LGBTTTI por miedo a que los ‘identifiquen’ con la homosexualidad como dijo Rocío, o si hace seis meses me hubiera cuestionado como lo hizo Gabriel por crear un medio de diversidad sexual en un estado donde la homofobia mata –en lo que va del año en Puebla ya van nueve crímenes de odio por homo-transfobia– Reversible habría sido el primer medio del mundo en morir por heterofobia internalizada, mucho antes de nacer.

Por eso me alegra tener el súper-poder de soñar que tanto los periodistas como los LGBTTTI+H merecemos mejores vidas y merecemos mejor información de la que la mayoría de las veces [nos] entregamos. Hoy disfruto más que nunca de ser parte de ambos bandos –el de los periodistas y el de los LGBTTTI–.

Como casi todos los súper-héroes [disculpen la tónica, no tiene que ver con heroísmos sino con mi fijación infantil por historias y seres fantásticos], en la vida socio-laboral tengo un muy bajo perfil, de hecho, soy casi gris, pero en días como el miércoles pasado, me queda claro que mi talento es rodearme de talentos. Eso es Reversible y esa es la maquinaria que lo mueve.

Muy ceremoniosamente quiero agradecer a nuestros extraordinarios padrinos, Rocío, Gabriel, Enrique y Natalia, de quien comparto el texto de presentación más abajo. Al Dream Team y sus ganas de hacer cada número sin otra retribución que la de construirnos un planeta más decente, a los amigos, colegas y miembros dentro y fuera de la Comunidad que nos acompañaron en este momento y claro, a quienes con sus historias, nos dejan relatar mes con mes, un mundo más diverso.

Nos queda por andar un camino que se antoja complicado entre falta de recursos –y la renuencia de los patrocinadores-, el clima político-cultural del estado y una audiencia ‘rosa’ saturada de frivolidades pero como les dije casi al principio, a veces me fallan los cálculos. Por lo pronto, tal y como lo mentalicé, tengo el mejor trabajo del mundo.

**Este sábado en la ceremonia posterior a la XI Marcha del Orgullo, la dignidad y la Diversidad Sexual el Comité Orgullo Puebla entregó a ReversibleMx el reconocimiento como el mejor proyecto periodístico. Mil gracias.

Equipo Reversible

Natalia Anaya Quintal

Participación en la presentación de Reversible

7 de noviembre de 2012

www.opcionbi.org

@nataliabisex

Comienzo mi participación haciendo las siguientes seis preguntas:

1. ¿Qué es ser hombre?
2. ¿Qué es ser mujer?
3. ¿Qué es ser homosexual?
4. ¿Qué es ser bisexual?
5. ¿Qué es ser heterosexual?
6. ¿Cómo reconocerlos o reconocerlas?

Me atrevo a afirmar que cualquier respuesta que me den o cualquier definición que elaboren o encuentren será incompleta, parcial, imprecisa. Y todas ellas serán aproximaciones temporales. Sólo serán eso.

Todavía hoy, en la calle, y por desgracia en la academia, en contextos lésbico-gays he encontrado que a todos los que no cumplimos con las reglas del género que se imponen sobre los cuerpos, las orientaciones del deseo y el amor, se nos manda al costal de todos homosexuales o todas lesbianas y gays. Bueno, en realidad, allá afuera, en la calle, todos somos putos. Sin embargo, veo con alegría que el acrónimo LGBTTTI se ha posicionado bien en nuestro país. Vamos avanzando.

Quienes no pertenecemos ni a la L ni a la G nos ha costado mucho trabajo que nos acepten nuestras letras. Para aquellos que se burlan diciendo que eso parece placa de coche o que cuando se añaden la B, las T’s y la I dicen que no quieren más etiquetas o que las que estaban eran suficientes, yo les aviso que todavía faltan por incluirse.

Las etiquetas son señales, signos, coordenadas, avisos, letreros, lugares en donde estamos en el mundo, desde diversas perspectivas y dimensiones. Nos hablan de nuestras identidades, roles, gustos, vivencias, cuerpos, deseos. Las etiquetas están vinculadas con las dimensiones que son relevantes y significativas para nosotras según nuestros contextos. Lo interesante viene cuando las etiquetas provienen o son apropiadas por nosotras las personas etiquetadas cuando el propósito es desactivar el sentido ofensivo y discriminatorio , cuando el objetivo es sentir orgullo por ser lo que somos; cuando lo que queremos es encontrarnos en el mundo entre nosotras y hacer grupos o redes sociales, o fiestas y orgías; cuando buscamos pareja o parejas, en esos casos las etiquetas nos son muy útiles. Desde esta perspectiva, las etiquetas sirven para empoderarnos y crecer en colectivo. Nos son tan útiles para encontrar espacios seguros donde podemos bailar y ligar y ser nosotras o también cuando necesitamos encontrar un grupo de apoyo. Las etiquetas nos sirven para nombrarnos y ser nombradas por los otros, para ser conocidas y reconocidas y visibilizadas. Las etiquetas son nombres que nos ponen en el mapa.

Ahora bien, la Diversidad Sexual es más compleja de lo que se ha dicho hasta hoy. Ni siquiera las identidades corresponden con las prácticas amorosas y eróticas. Sin embargo, la buena noticia es que ya se comienza a hablar no sólo de homosexualidad. La diversidad sexual o, mejor dicho, la disidencia sexual es, también amorosa y de género.

Cito aquí un texto del libro Testo Yonqui de Beatriz Preciado.

“No hay dos sexos, sino una multiplicidad de configuraciones genéticas, hormonales, cromosómicas, genitales, sexuales y sensuales. No hay una verdad de género de lo masculino de lo femenino, fuera de un conjunto de funciones culturales normativas”.

Por otro lado, Marjorie Gerber, de la Universidad de Harvard, en su libro Viceversa, comenta que la Bisexualidad más que venir a posicionarse como una tercera orientación sexual, viene a cuestionar la existencia de esta.

De esta forma, las letras que están después de la L de lesbianas, de la G de Gays del acrónimo LG-BTTTI, o sea que me refiero a las tres T’s, las Bisexualidades y las Intersexualidades, así en plural, más que venir a sumarse como nuevas identidades, vienen a romper con las nuevas definiciones de la orientación sexual y de género, y a cuestionar y enriquecer las dualidades o binarismos macho-hembra, hombre-mujer, masculino-femenino y, por supuesto, la dicotomía homosexual-heterosexual.

Ahora bien, suplemento Reversible que aparece el primer viernes de cada mes, en el portal de noticias Lado B, en internet, va por el tercer número.

¡Enhorabuena!

Quienes hacen Reversible, son periodistas que pertenecen a una nueva generación, fresca e innovadora, que realizan un trabajo serio y profesional, de interés no sólo para nuestras comunidades sino para toda la sociedad.

En Reversible hacen investigación cuidadosa, buscan datos, fuentes confiables. No se quedan con estereotipos ni tampoco se estacionan en lo que yo llamo estereotipos de segunda generación como lo sería la homonormatividad, que significa que las personas no heterosexuales debemos comportarnos como homosexuales ni tampoco en la mononormatividad que significa que a las personas sólo se nos debe permitir relacionarnos erótica y amorosamente con uno y sólo un sexo (o género). Reversible va más allá porque incluye nuevas identidades y viejas prácticas.

Aunque debería decir viejas identidades y viejas prácticas porque la diversidad no apareció en éstos últimos años como muchas personas pretenden hacernos creer.

Por ejemplo, términos como Transexual, Travesti o Transgénero que provienen de contextos médico psiquiátricos patologizadores, pretenden nombrar a personas que siempre hemos existido en la humanidad. Y en muchas culturas no occidentales se nos han dado diversos nombres. Podemos mencionar a las Hijras en la India, Bangladesh y Pakistán, las Muxes en Juchitán Oaxaca, las Mahus en Hawái, Los Xaniths en la península Arábiga o los Two Spirits en Norteamérica. Éstas son sólo algunos de los términos que se han usado , y todavía se usan para denominar lo que hoy denominamos Trans en nuestro contexto occidental positivista.

Yo veo a Reversible como un medio de comunicación diferente, pues busca hacer una divulgación, una visibilización de nuestras diversidades sexuales, de amor, de géneros, con nuevos enfoques, rompiendo con los viejos y nuevos estereotipos y paradigmas; abriendo caminos a nuevas propuestas; nuevas perspectivas, nuevas definiciones. Por supuesto, estas nuevas visiones pueden generar ansiedad y temor pues las certezas se cambian, se cuestionan, se ponen en entredicho. Y pueden provocar rechazo, invalidaciones e invisibilizaciones, incluso, de personas que se consideran de avanzada o progresistas, dentro y fuera de del movimiento lésbico gay, del feminismo y de la propia sexología.

Ya no hay duda de la importancia de la palabra escrita en Internet porque visibiliza a nuestras poblaciones de la diversidad o la disidencia sexual, amorosa y de género. Si bien es cierto que cada vez existen más y más medios, éste medio, nuestro Reversible, es muy importante por ese plus que ya he comentado antes.

Retomo las sabias palabras de la coordinadora de este proyecto, Tuss Fernández:

“Si logramos sensibilizarnos y conocernos entre nosotros y además, visibilizarnos ante el resto de la sociedad, estaremos cada vez más cerca de deshacernos de estigmas, de alcanzar nuestros derechos y de vivir más libres”.

Este es el camino y las y los demás nos uniremos a él amorosamente.

¡Larga vida para Reversible!

Gracias.

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