Lado B
Sesquicentena
Ó 150. O una centena y media. O para mayor precisión, el número Dunbar. Guarismo que, desde hace 250 mil años permanece estático y que se refiere al límite aproximado de personas, en términos cognitivos, con los que podemos constituir relaciones estables. En efecto, el antropólogo y psicólogo evolucionista británico Robin Dunbar fijó dicho linde tanto para los individuos habitantes de una aldea primitiva como para los posmodernos e hiperconectados residentes del planeta de las redes sociales.
Por Lado B @ladobemx
01 de octubre, 2012
Comparte

Hugo León Zenteno*

@hugoleonz

Ó 150. O una centena y media. O para mayor precisión, el número Dunbar. Guarismo que, desde hace 250 mil años permanece estático y que se refiere al límite aproximado de personas, en términos cognitivos, con los que podemos constituir relaciones estables. En efecto, el antropólogo y psicólogo evolucionista británico Robin Dunbar fijó dicho linde tanto para los individuos habitantes de una aldea primitiva como para los posmodernos e hiperconectados residentes del planeta de las redes sociales. Así, según el investigador, en el transcurso de la evolución humana no hemos sido capaces de extender nuestra capacidad de sociabilidad de calidad más allá de la exigua cifra en cuestión, fundamentalmente porque el tamaño de nuestro cerebro ha permanecido también estancado.

Dado este coto, no es de extrañarse que los sujetos excedentes de dicha cantidad se diluyan en el olvido, se conviertan en una especie de telón de fondo social o, en el mejor de los casos, sean ocasionalísimos comparsas de algún comentario, publicación u ocurrencia. La reflexión al respecto es necesaria, dado que en recientes años nos hemos afanado en cuantificar, de manera más notoria, los vínculos sociales, culturales y laborales que sumamos, con la consiguiente vanagloria por el nutrido grupo de seguidores, amigos o colegas presentes en nuestros self media.

Oliver Burkeman en The Guardian define a la necesidad de limpiar nuestras listas de contactos como el arte de desamigar o de dejar de seguir gente (unfriend or unfollow people), y la equipara a la exigencia de deshacernos periódicamente de ropa, objetos y artilugios viejos o en desuso (sí, aunque hayamos establecido un lazo emocional con aquél teléfono celular o con aquélla computadora). Burkeman, además, relata el caso de ArLynn Presser, quien se embarcó en una especie de auditoría de amigos que la llevó por medio mundo a fin de visitar a todos los que tenía enlistados en Facebook para constatar por qué o si en verdad eran tal cosa. Las conclusiones parecen corroborar la tesis de Dunbar: después de cierto número, las relaciones sociales tienden a perder un verdadero sentido.

Ante este panorama, ¿por qué nos aferramos a tal sobrante de camaradas, nexos o seguimientos? En muchas ocasiones simplemente ni siquiera reparamos en ello; en otras, quizá sea por un sentido -artificial- de competitividad; y en algunas pocas, acaso haya una intencionalidad con fines pragmáticos (para ampliar una eventual difusión de ideas o iniciativas). Para Burkeman, una razón más sería la marcada dificultad para manejar adecuadamente los cierres o finales sociales; disoluciones que en culturas como la mexicana incluso son casi impensables. A este respecto, el genial comediante estadounidense Jerry Seinfeld, con su proverbial mordacidad y agudeza para reírse de lo cotidiano, plantea un intento fallido de ruptura masculina (Male unbonding) entre dos “amigos” que tienen poco o nada en común.

A final de cuentas un ejercicio de depuración tecnosocial como el aquí propuesto, no sólo funciona en términos cognitivos, perceptuales o como mecanismo de manejo eficiente de nuestro tiempo en línea; opera también como un símil de la necesarísima selectividad que debemos desarrollar para las propuestas mediáticas, culturales y sociales que nos impactan diariamente.

*Académico en las áreas de Periodismo y Comunicación. Actualmente es profesor en la Escuela de Periodismo de la UPAEP y en la Universidad de las Américas Puebla. Sus áreas de interés profesional son: recepción crítica de medios, hipermedios y noticias; análisis del mensaje periodístico en diarios nacionales e internacionales; ciberperiodismo; análisis y consultoría sobre arquitectura de información, usabilidad y calidad semántica en websites. Vive en la ciudad de Puebla; gusta del arte, el beisbol, el chocolate y la lluvia. Correo Electrónico: hugoleonz@gmail.com

Columnas Anteriores

[display-posts category=»interlectura» posts_per_page=»-1″ include_date=»true» order=»ASC» orderby=»date»]

Comparte
Autor Lado B
Lado B
Información, noticias, investigación y profundidad, acá no somos columnistas, somos periodistas. Contamos la otra parte de la historia. Contáctanos : info@ladobe.com.mx
Suscripcion