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Lado B

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“El hielo se deshace y descubre la riqueza mineral hasta ahora cubierta de blanco. Este cambio de color es fuente de conflicto para los países que rodean el Ártico”, describe Olga Sarrado Mur en un texto publicado en Crónica del Quindio.

El Ártico se ha convertido en territorio de disputa, ya que el interés económico y político que suscita para los países que han encontrado la posibilidad de explotar el oro negro, eclipsa el debate que debiera ser central en el mundo: la protección del medio ambiente y la cooperación internacional en la zona para evitar su deterioro.

“Rusia, Canadá, Dinamarca, Noruega y Estados Unidos, países que comparten fronteras con el círculo polar, han encontrado en el calentamiento global y el deshielo a sus mejores aliados. Según el Instituto de Investigaciones Geológicas de Estados Unidos, la cantidad de petróleo que tiene la región sería “suficiente para suplir la demanda mundial de crudo por unos tres años”. También indica que la región contiene tanto gas natural como todas las reservas conocidas en Rusia y el 13 % de las reservas mundiales de petróleo sin descubrir. La mayoría de los yacimientos se sitúan en la Alaska Ártica, en la Cuenca de Amerasias y en las Cuencas de la Falla del Este de Groenlandia, una situación geográfica que ha llevado a la lucha entre los países fronterizos por hacerse con el control de sus recursos”, señala el artículo.

Sin embargo, esta zona es un claro ejemplo del grave problema que actualmente enfrentamos: “los países ignoran la mayor amenaza a la seguridad del agua: las políticas de libre mercado, que convierten a ese recurso en una mercancía”, señaló a mediados de septiembre un estudio dado a conocer por la ONU.

Sin embargo, este lunes este organismo internacional de nueva cuenta abordó el tema del agua que ha adquirido un mayor significado. En el nuevo informe señala que “resultado de problemas como la urbanización y la actividad económica de las principales cuencas fluviales del mundo y el alarmante calentamiento de las aguas oceánicas, el planeta se enfrenta a una “bancarrota de agua”.

Así como el Ártico, el conflicto económico/político por los yacimientos descubiertos, y su récord adquirido hace unas semanas al alcanzar el mayor porcentaje de deshielo, las cuencas fluviales del mundo están amenazadas por estos mismos factores que las grandes potencias parecen no observar.

Cabe recordar que desde mediados de este mes Greenpeace ya había señalado: “el récord de deshielo Ártico es la gota que colma el vaso de un verano marcado por los impactos del cambio climático en todo el mundo. La crisis climática está sucediendo ante nuestros propios ojos y es urgente detenerla si no queremos tener que hacer frente a impactos irreversibles y condenar a las siguientes generaciones a vivir un infierno”, declaró Aida Vila, responsable de la campaña Cambio climático y Energía de este organismo internacional.

El documento, realizado por el Instituto del Agua, Medio Ambiente y Salud de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU) y el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (Pnuma), es el resultado del análisis de 200 grandes proyectos mundiales relacionados con el medio acuático, y en el cual se señala que “en el año 2050 se producirá una grave escasez de agua en siete de las diez principales cuencas fluviales del mundo”, dio a conocer ABC.

En dicho informe se advierte sobre las consecuencias de la subida de las temperaturas de los océanos, situación que se ve reflejada en el Ártico, “zona que  ha tenido la menor cantidad de hielo nunca registrada”, señala el nuevo informe.