Lado B
A cuatro manos [o el Oráculo Musical]
Por Lado B @ladobemx
02 de agosto, 2012
Comparte

Tuss Fernández

@ituss79

 

De esas distancias que se guardan en defensa propia.

 

Lo sé y lo sé muy bien. El 97 por ciento de ustedes está pensando que el título se refiere a una posición sexual. El otro 3 por ciento está esperando que en lugar de escribir, me arranque con un concierto de piano. Lamento decepcionar al cien por ciento de mis lectores pero ninguna de las dos va a suceder. Ni voy a hablar de posiciones ni sé tocar el piano [que no digo lo mismo de las teclas].

Resulta que esta columna nació de muchas conversaciones casuales y cotidianas con una persona que ha sido mi fuente de inspiración de infinitas maneras [Cursi Mode: On] y que ha decidido tomar otros rumbos, por lo que quizá varias de nuestras teorías y de nuestros diagramas se queden en el tintero, pero al menos una ha de ver la luz.

Tomar lápiz y papel sería una buena idea a partir de este momento porque desde aquí la cosa se pone complicada. Esto es una especie de amenaza pero también, y en buena parte, un oráculo que ponemos a su servicio. De una vez les digo que el Método Musical Izquierdo tiene un 98 por ciento de confiabilidad, así que ya saben, bajo su propio riesgo.

Resulta que según mi Sirena de Plata (@sirenadeplata) el éxito o fracaso de una relación puede intuirse resolviendo la siguiente ecuación: Canción+Zapatos+Equidad(QLl)+Sexo-Variable No Identificada [algún día recordaremos qué significaba nuestra abreviatura]. Sin embargo, en esta columna vamos a focalizarnos –es decir concentrarnos y no a convertirnos en focas–, únicamente en la parte melódica. Así es esto de las matemáticas, paso por paso. Ya en entregas subsecuentes podremos despejar toda la operación.

Además, no quiero atormentarles pero si los resultados de esta primera conclusión no les son favorables, pues ya pa qué se torturan con las que siguen. A menos, claro, que lo suyo, lo suyo, sea eso del masoquismo, al fin que aquí no juzgamos las filias de nadie.

Les voy dando luz. Lo primero que hay que hacer es pensar en la persona de su elección, ya sea pasada, presente o futura [quizá de más esté aclarar que aquí queda sólo la persona “amorosamente” de su elección]. ¿Ya la tienen? Bueno, ahora piensen en la primera canción con que identificaron a ese pequeño ser que ocupa su corazoncito y de paso, vayan abriendo Youtube.

¿Qué canción les vino a la mente? Por ejemplo, supongamos que yo hice el mismo ejercicio y que voy dándome cuenta que la canción con que primero identifiqué a X [sin importar lo que ocurrió entre nosotr@s] fue “Lo hecho está hecho” de nuestra queridísima Shakis. ¿Qué querría decir eso? Pues que lo más probable es que esa relación fuera, sea, o será algo tormentosa [digo, puede ser que la X persona no esté casada, pero no importa]: “lo hecho está hecho, volví a tropezar con la misma piedra que hubo siempre”. Eso sí, se avecina bastante placer sexual/sexoso.

De aquí el nombre de Oráculo Musical. Con una simple canción, la primera, se puede averiguar si la relación en la que están, estarán o estuvieron, tendrá, tuvo o tiene un buen futuro, desenvolvimiento o desenlace. Es algo así como el indicio que te da la vida [o el propio inconsciente, vayamos a saber], sobre las relaciones.

Para que esta hipótesis pudiéramos convertirla en teoría, nos dimos a la tarea de recopilar algunos casos que la confirmaran. He aquí nuestros resultados:

Caso 1:

Canción:  Purple Rain (Prince)

Letra: I never wanted to be your weekend lover, I only wanted to be some kind of friend.

Traducción: Yo no quería hacerte daño ni tu a mí, pero nos lo hicimos.

Análisis: Ella quería, ella también, ella no se decidió, se amaron, se odiaron, intentan olvidarse.

Resultado: Después de mucho vaivén ella se juntó con un buga, se casó, se divorció, se volvió a casar y ahora tiene un hijo. La otra Ella sigue soltera.

Caso 2:

Canción: A la orilla de la Chimenea (Joaquín Sabina)

Letra: Puedo ponerme triste y decir que me basta
con ser tu enemigo, tu todo, tu esclavo, tu fiebre, tu dueño…

Traducción: De esas relaciones cortavenas en que de verdad se es capaz de TODO por el otro.

Análisis: Todo fue directamente proporcional al desbordado amor que se tuvieron

Resultado: Se amaron profundamente, se hicieron daño profundamente, se separaron mil veces, regresaron 999. Alguien quedó como en pausa.

Caso 3:

Canción: Quédate cariño mío (Luisa Fernanda)

Letra: Tus besos me dan cada día la fuerza y la luz que se necesitan para continuar el camino de espinas que un día cambiaste con sólo mirar.

Análisis: Todo cambió bonitamente al conocerse y la vida es muy linda cuando están juntas, pero se ven en ocasiones y en ocasiones se van, por eso “quédate”.

Resultado: Una relación a distancia en ocasiones, cercana en otras, pero feliz.

Caso 4:

Canción: Dove sei (Jorge Drexler)

Letra: Dove sei, bella, dove vai? ¿Dónde será que estás ahora, en este instante? ¿En cuál de tus varios mundos distantes?.

Análisis: Te quiero y me quieres pero te desapareces.

Resultado: Una relación en que uno siempre está buscando al otro y que, aunque se sabe importante, trata de ser indiferente.

Caso 5:

Canción: Fast Car (Tracy Chapman)

Letra: You got a fast car, but is it fast enough so we can fly away. We gotta make a decision, we leave tonight or live and die this way.

Traducción: Está todo para que nos vayamos. Tenemos que irnos ahora, tomar la decisión o morir como estamos.

Análisis: Estando él en una relación con un bicurioso/bromántico, el hecho de que Tracy (ícono gay) estuviera en esa primera canción es todo un caso. Se sabe que hay que definirse, tomar una decisión o se quedarán como estaban.

Resultado: El bicurioso no consigue decidirse, por lo que dejará su esqueleto en el clóset.

Afortunadamente nadie nos ha dicho, hasta el momento, que la primera canción con la que identificaron a su querer fue “Ojalá que te mueras” o “Raining blood”, aunque sí tenemos por ahí un caso de alguien que dice que “Ando bien pedo” es la canción. Y yo que había pensado que quien mencionó la de “Hasta que te conocí” ya era un caso rudo. Cómo se ve que no nos ha ido tan mal en la vida, o bueno, sí pero… ay,  ya voy otra vez a tirarme al piso, olvídenlo.

En fin, el resto de la ecuación del Método Izquierdo va a quedarse pendiente por un rato, porque para que ustedes lo sepan, a @Sirenadeplata [a quien le cedí la palabra sin que lo notaran] y a mí nos une la canción de “El eco de tu voz” y hemos llegado a ese terrible momento en que prometemos volver [a vernos] en un día cálido de quién sabe cuándo. Yo, en un desesperado intento de que sea pronto, es que apelo a que el destino nos ayude a reunirnos en breve para no dejarlos con la duda del futuro de sus relaciones. Sólo por ustedes, claro, porque ni crean que yo estoy chillando.

Comparte
Autor Lado B
Lado B
Información, noticias, investigación y profundidad, acá no somos columnistas, somos periodistas. Contamos la otra parte de la historia. Contáctanos : info@ladobe.com.mx
Suscripcion