• La ganadora del Premio Nobel de la Paz participó en la inauguración del Festival Internacional de Cine y Video Indígena

Foto: Joel Merino

Joseline Santos Enríquez

@joss_santos

Son pocos los países que destinan amplias partidas presupuestales al cine, menos cuando se trata de crear filmes con temática indígena. Rigoberta Menchú Tum, Premio Nobel de la Paz, consideró que si los países invierten sólo el uno por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) para financiar producciones sobre civilizaciones ancestrales no sólo impulsarían la industria, sino fomentarían una cultura de respeto y de empatía entre ciudadanos, pues hoy por hoy el sector es ofendido, denigrado, ridiculizado o encasillado como víctima.

En el contexto actual del país, dónde se vive un proceso electoral, la también ganadora del Premio Príncipe de Asturias, pidió a los candidatos a la Presidencia de la República incluir en su agenda la creación e implementación de un código de ética que dé lugar a la reflexión.

Menchú es miembro del grupo Quiché-Maya de Guatemala. Algunos miembros de su familia perdieron la vida por las precarias condiciones que imperaba en los campos de cultivo. Su padre fue asesinado durante la guerra civil, esto la motivó a convertirse en activista y defensora de los derechos indígenas, según narra en el libro “Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia”.

Durante su participación en la inauguración del Festival Internacional de Cine y Video Indígena (FICVI) realizado en Puebla, dijo que los pueblos están cansados de insultos y de la representación satirizada o ficticia. Reconoció que hay indignación entre la comunidad pero ésta debe generalizarse entre el resto de la sociedad.

“El cine puede reflexionar formas para entrar en la pantalla sin guerra solamente (…) ahora se ganan los espacios cuando salimos con ollas, con palos, sólo así somos tema internacional”.

Por ello urgió cambiar el prototipo y dar espacio a los pensadores, actores, guionistas, productores para que “filosofen” y diseñen un producto que exponga la cultura, la sabiduría, el respeto y no únicamente que los indígenas viven en la pobreza

Para concretar proyectos –sostuvo- se requiere de recursos económicos, pero nadie tiene disposición de aportarlos.

Por ello propuso buscar compañías internacionales, sensibilizar a empresarios a dueños de las tecnologías y señales. “Si no se puede competir, se puede negociar, los indígenas somos buenos para eso (…) la mezquindad de este mundo es el silencio sobre los hijos y nietos de las culturas ancestrales”.

Reconoció que lograr el apoyo será complicado, pero ponderó la importancia de dar el paso.

Recordó que en Guatemala los indígenas consiguieron que el gobierno les otorgara un canal de televisión, “pero sin baterías, sin pilas”.

El medio de comunicación carecía de recursos propios. El Congreso no les autorizó partidas económicas debido a que su estructura era de capital público y privado; sin embargo tenían prohibida la comercialización de espacios porque también eran un organismo gubernamental.

Rigoberta Menchú dijo que a pesar de estas condiciones siguen trabajando para difundir la cultura indígena. En el cine se podría hacer lo mismo, por ello es importante buscar el apoyo de varios sectores sin perder la esperanza luego de un rechazo, pues “nada es imposible para transformar el mundo”.