Hace 19 años, la Organización de Naciones Unidas, instituyó el 3 de mayo como Día Mundial de la Libertad de Prensa. Es precisamente en este día tan significativo para el gremio periodístico, que recibimos la noticia del asesinato de 3 fotoperiodistas y una trabajadora de medios.

En Veracruz, muy cerca del puerto, en Boca del Río, fueron encontrados los cuerpos de cuatro personas. Primero el silencio, después las condolencias y ahora las “exhaustivas investigaciones”, acerca de la muerte de Gabriel Huge, Guillermo Luna, Esteban Rodríguez e Irasema Becerra.

Hace cinco días, también en Veracruz, fue hallado el cuerpo sin vida de Regina Martínez, corresponsal de la revista Proceso.

En sólo un sexenio, el de Felipe Calderón, los mexicanos hemos sabido de decenas de miles de personas que han muerto en diferentes estados de nuestro país, en una escalada sin precedentes, que ha enlutado no sólo a los hogares de las víctimas, sino a México entero.

Esta situación se ha hecho cotidiana y pareciera que es ya parte de la vida diaria de los mexicanos. Los ciudadanos de este país quieren y lo han expresado de diferentes formas, un país en paz y en el que podamos salir y disfrutar de las calles sin el temor de que algo pueda ocurrirnos. Un país en el que nuestros hijos puedan desarrollarse y no emigrar por falta de seguridad o de empleo. Un país en el que ser profesional de los medios no implique el riesgo de morir.

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Este viernes Lado B presenta un reportaje titulado: Los héroes olvidados. Una historia contada por los descendientes de los soldados del sexto batallón que combatieron en la batalla del 5 de mayo de 1862 y que narra el orgullo que en las comunidades se guarda por aquellos soldados que voluntaria y valientemente tomaron las armas para defender a su patria de la invasión francesa.