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2011 finalizó con un cese de las protestas estudiantiles contra el gobierno de Sebastian Piñera, que tuvieron por objetivo lograr una reforma educativa que permitiera que los universitarios no se endeudaran al término de haber cursado todas sus matrículas.
En aquellos días –siete meses y 40 protestas en total-, la presión de los chilenos fue adquiriendo dimensiones que el propio presidente no imaginó, ya que el respaldo de sindicatos, padres y madres de familia, así como docentes de las instituciones, generaron que el país se viera “frenado” y se enfrentara a la polarización social.
El jueves pasado tuvo lugar la primera protesta en Santiago, convocada por los estudiantes de Secundaria, que terminó en enfrentamientos entre los manifestantes –cerca de 10 mil- y los carabineros. Resalta que en esta ocasión no participaron los estudiantes universitarios, ya que no tuvo el respaldo de la Confederación de Estudiantes de Chile (CONFECH).
Sin embargo, la manifestación del jueves no quedó en el olvido, ya que el viernes las calles de Santiago volvieron a ser tomadas por la CONFECH y los de Secundaria. Encabezados por el presidente de este organismo, Gabriel Boric, así como la vicepresidenta de la entidad, Camila Vallejo, y dirigentes del Colegio de Profesores, exigieron al ministro de Educación brinde alguna solución para al menos 200 estudiantes a los que se les caducó su matrícula por su participación activa en las movilizaciones de 2011.
Al igual que el jueves pasado y las protestas de 2011, la manifestación del viernes terminó con enfrentamientos entre los carabineros y decenas de estudiantes frente al ministerio de Educación, dejando como saldo 50 jóvenes detenidos.
EL PEPO