Lado B
Migrantes pierden a su bebé por maltratos de la Policía Federal e INM
 
Por Lado B @ladobemx
20 de febrero, 2012
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Tomada de: informador.com.mx/

México, DF. Pedro Oxjal y Karla Pérez querían que su primer hijo naciera en California, Estados Unidos. Por eso dejaron su pueblo en Totonicapán, Guatemala, y se lanzaron a cruzar México. Sabían que en el camino podrían vivir un asalto o tal vez un secuestro. Se aventuraron porque no querían que el miedo los encadenara a un futuro sin esperanzas.

En México les arrebataron su sueño: la Policía Federal los maltrató y entregó a personal de migración que ignoró los seis meses y dos semanas de embarazo de Karla. El hijo de esta pareja de guatemaltecos nació en el Distrito Federal cuando aún no tenía que nacer y murió la tarde del pasado viernes 17 de febrero, después de tres meses de agonía.

El 4 de noviembre del 2011, Pedro y Karla salieron de Guatemala. Iban con seis personas más. Todos tenían como meta llegar a San Rafael, California. Pedro ya conocía el lugar. Él es migrante desde los 14 años; a esa edad llegó con sus padres a Estados Unidos. A los 21 años regresó a Guatemala y conoció a Karla. En mayo del 2011, supieron que serían padres.

“Yo me acostumbré a la vida en California. Quería que mi hijo naciera en Estados Unidos, porque allá podría darle una mejor vida, pero por culpa de esa gente, mi bebé murió”. Pedro, de 23 años, cuenta su historia en el Hospital de Pediatría de Legaria, mientras espera el cuerpo de su hijo Cristhopher Noel.

La gente de la que habla Pedro son los elementos de la Policía Federal que el 14 de noviembre detuvieron a la pareja y a los otros guatemaltecos; también habla de los miembros del Instituto Nacional de Migración (INM) que ignoraron a Karla cuando les dijo que necesitaba un doctor.

Pedro relata lo que sucedió: el 14 de noviembre, el camión de pasajeros que los llevaría del Distrito Federal a Guadalajara fue detenido en un retén de la Policía Federal. Los uniformados bajaron a los guatemaltecos. “Él era como el jefe, nos maltrató mucho, nos hablaba a gritos, con groserías. Quería que le dijéramos quién era el coyote. Después llegó una camioneta con personas armadas y encapuchadas; llevaban un perro que comenzó a olernos para ver si traíamos droga”.

“No encontraron nada. Nos subieron a la troca, todos juntos. Con tanta gente ahí, el perro enloqueció y le pegó a mi esposa en la panza”.

Creyó que era un secuestro

Karla, de 20 años, pensó que era un secuestro. Se asustó aun más cuando miró cómo esposaron a Pedro y a los otros guatemaltecos. Cuatro horas después, los entregaron a personal de migración en Guadalajara. “Al día siguiente, Karla se puso mal. La llevaron al hospital; el doctor autorizó que viajara, pero sólo por cinco horas. Salimos de Guadalajara como a las 10 de la mañana y llegamos a la estación migratoria de Iztapalapa después de las ocho de la noche. Íbamos todos apretados. Yo les decía que traían a una mujer embarazada, pero no les importó”, dice Pedro.

A Karla no la revisó ningún médico al llegar a la estación migratoria, pese a que la Ley de Migración señala que así debe de ser, sobre todo cuando se trata de una mujer embarazada. También debieron haber llamado al consulado guatemalteco, pero no lo hicieron.

A las cinco de la mañana del día siguiente, Karla sintió cómo se rompió la fuente. Pidió ayuda. Nadie se acercó. A las ocho de la mañana pasaron lista a los migrantes, pero nadie atendió a Karla. Fue hasta las 11 de la mañana, y después de hacerla firmar varios papeles, que personal de migración la llevó al Hospital de Especialidades Belisario Domínguez, en San Lorenzo Tezonco. Al mirarla, el médico preguntó: “¿Por qué no la trajeron antes?” Cristhopher Noel nació el 18 de noviembre del 2011.

Pedro se enoja cuando recuerda que “los de migración me dijeron que no me preocupara, que todos los gastos estaban cubiertos. Ahí nos dejaron. En el hospital nos comenzaron a pedir medicamentos, pañales y nosotros no teníamos dinero, tampoco dónde quedarnos”.

Una señora que los conoció en el hospital les ofreció su casa para vivir y ayudó a Pedro a conseguir trabajo como ayudante de una carpintería. Cristhopher Noel vivió dos meses en el Hospital Belisario Domínguez. Ser un bebé prematuro le trajo muchas complicaciones. Cuando su salud empeoró, lo trasladaron al Hospital de Pediatría de Legaria. Ahí falleció la tarde del pasado viernes.

El sábado por la tarde, Pedro y Karla enterraron a su hijo en el Panteón Civil de San Lorenzo Tezonco. Ellos no saben si continuarán su viaje a Estados Unidos. Lo que sí harán es presentar denuncias contra los policías y funcionarios de migración que “nos trataron tan mal, que no tuvieron un poco de humanidad”.

Tomado de El Informador.

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