Mely Arellano

@melyarel

La planeación de los eventos con motivo del Día de Muertos en el ayuntamiento de Puebla fue cuidadosa, principalmente en cuanto a la seguridad de los ciudadanos y turistas. De hecho, el operativo de vigilancia casi podría ser comparado con el que recientemente llevó a cabo la Procuraduría General de la República (PGR) para decomisar piñatas de Spiderman.

Calacas sospechosas en Puebla. Foto: @earoche.

La historia que lo demuestra es la siguiente.

La noche del domingo 30 de octubre sospechosas calacas de unos 3 metros de altura tomaron la céntrica calle 5 de Mayo para bailar. No iban solas, con ellas iban unos jóvenes que, armados con curiosos instrumentos musicales, aseguraron: sólo querían divertir a la gente con motivo del festejo a los difuntos.

Justo se encontraban haciendo su acto cuando se les acercó una persona vestida de civil que dijo ser agente de la policía municipal, aunque no mostró algún documento que lo identificara como tal, y les advirtió que no podían estar ahí sin un permiso.

Uno de los jóvenes trató de explicar que no eran vendedores ambulantes ni estaban incurriendo en un delito. El “agente de la policía” insistió en que no podían estar ahí y se alejó.

Minutos después se presentó otro policía –este sí uniformado-, quien dijo ser comandante e hizo la misma advertencia: no pueden estar aquí, necesitan un permiso, váyanse.

Mientras tanto las calacas y los jóvenes avanzaban sobre la misma calle hacia el zócalo, cada tantos metros se detenían: bailaban y recitaban calaveritas rodeados de gente que disfrutaba el espectáculo.

Después regresó el primer “agente” (vestido de civil): “Ya te dije cabrón que no pueden estar aquí, ni pueden ir al zócalo porque allá hay obras de arte”.

"La cultura no necesita permiso". Foto: @earoche.

El joven –el mismo del inicio- le explicó que ellos también eran artistas del Colectivo de Arte Independiente (CAIN), que él es maestro y que sólo querían divertir a los transeúntes.

No pasó mucho tiempo para que, entonces, comenzara a seguirlos/acosarlos al menos una decena de “policías” vestidos de civil que les tomaban fotos y video. Cuando el grupo de artistas casi alcanzaba el zócalo otros diez policías (con uniforme) impidieron el paso.

Los espectadores fueron quienes finalmente impidieron que los detuvieran, pues los rodearon protegiéndolos, al tiempo que le reclamaban a los elementos policiacos.

Aun al final, cuando el grupo se disolvió y sus integrantes emprendieron el camino a casa, algunos fueron seguidos por los mismos sujetos.

El acoso duró aproximadamente una hora y media. El joven profesor que habló con los policías es Mario Martínez, quien sí se identificó y hasta les dio su dirección. CAIN es un grupo reconocido de artistas que ofrecen talleres en Puebla desde hace mucho más tiempo que el que lleva Eduardo Rivera despachando en el Palacio Municipal.

Vea en el siguiente video el modus operandi de las calacas.