Lado B
Móvil viento
 
Por Lado B @ladobemx
25 de agosto, 2011
Comparte

http://www.flickr.com/photos/ganimedesrobot/

Isaac Gruthier*

 Sopló tan fuerte a su cuerpo, que imitando a una flor, se dejó desintegrar pétalo por pétalo al viento.

 I

Recién regresé de Haute-Marné y no he tenido tiempo de corregir mis últimas notas. Pensé en un hombre que se desintegrará lentamente, como si fuese un suéter de punto, tejido. Cualquier hebra atorada haría de éste un deshilado. Así, ya no sólo habrá chiflados, locos, psicópatas y de más “desviados”, sino ahora se inauguraría el club secreto de los “Deshilados”, por referirse, nada más, a esos que se deshacen y deshilachan día a día.

 II

A medida

Hay dos tazas en la mesa de centro. La rigidez de su rostro siempre evidencia la tranquilidad con la que se mira a un tren partir. Nunca se altera por el movimiento, por ello, un par de tazas inmóviles, le son intrascendentes.

Hace algunos años no hubiese soportado que esas mismas tazas no tuvieran movimiento; hace algunos años habría corrido tras ellas y las hubiese traído de un lugar a otro; las hubiese dejado en el lavatrastos bocabajo para que se les quitase la palidez de porcelana; las hubiese manchado de té o café.  Hace algunos años su rostro tendría movilidad y movimiento, tendría líneas del sentir, líneas del tiempo, tendría la necesidad de un beso… hace algunos años podía aún pedir movilidad al movimiento.

¿Cómo soporta la inercia?

¿Cómo soporta que el único movimiento sean las imágenes que hace su cabeza? ¿Cómo siente el andar, sí sus piernas reposan en una silla de ruedas? ¿Cómo avanza día tras día dejando solo la mirada fija a nada?

… Hace unos días, hubiese tomado un lápiz, hecho un boceto; hubiese pintado de azul y flores el rededor de su cuello; hubiese roído al tiempo, andando a paso seguro quitándose las ruedas… hace algunos días hubiese tomado el azar del vuelo.

Quedó prensado entre el camino y las vías.

Del impacto su vista quedó sin movimiento. Su grito, por más fuerte que él lo dio, fue un grito hacia dentro, que lo único que dejó fue silencio en el latido, en cada parte de su cuerpo. Sopló tan fuerte que su cuerpo, como tirado en el desierto por la desolación, dejó enterrar su andar a la paraplejia, como si la inercia fuera ahora su mayor movimiento.

*isaac_gruthier@yahoo.fr

Columnas Anteriores

[display-posts category=»los-cuervos-enamorados» posts_per_page=»-1″ include_date=»true» order=»ASC» orderby=»date»]

Comparte
Autor Lado B
Lado B
Información, noticias, investigación y profundidad, acá no somos columnistas, somos periodistas. Contamos la otra parte de la historia. Contáctanos : info@ladobe.com.mx
Suscripcion