Lado B
¿Feminista? Nooo, sólo estudios de género
Creo necesario recorrer el camino por el cual el feminismo militante se transforma en lo que ahora llamamos “estudios de género” o “estudios con perspectiva de género”
Por Lado B @ladobemx
01 de agosto, 2011
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Rosana Renau Aymamí

He escuchado esta afirmación muchas veces y en diversos espacios sociales, académicos y de otras índoles. Por eso creo necesario recorrer el camino por el cual el feminismo militante se transforma en lo que ahora llamamos “estudios de género” o “estudios con perspectiva de género”.

Para las viejas generaciones esto parece como “ya sabido” y quizá se asuma como una aclaración inútil o innecesaria, para las nuevas generaciones no está tan claro.

El movimiento militante feminista de los 60 y 70 (la segunda ola del feminismo) hizo visibles a las mujeres en el panorama político del momento y sus demandas pasaron a formar parte de la realidad. En principio se asumió un único movimiento que incluía toda la problemática femenina, esto encabezado por mujeres blancas de clase media fundamentalmente. El discurso giraba en torno al concepto de “la mujer”.

En este contexto “la mujer” es una categoría histórico social construida sobre un cuerpo “hembra humana” y que hace referencia a una serie de espacios, comportamientos, habilidades, aptitudes y actitudes que la definen.

 A esta propuesta se enfrentan, con problemáticas diferentes, mujeres de otras clases sociales, etnias y situaciones diversas.  Hubo que transitar al concepto de “las mujeres” y, para poder incluir la centralidad de la problemática junto con la diversidad de cuestiones que se presentaban aparecieron dos conceptos “la condición y la situación de las mujeres”.

Esta nueva elaboración permite comprender que “la mujer” no es una realidad concreta, es una abstracción pues lo que encontramos en la realidad son múltiples formas de “ser mujer” en relación con diversas situaciones de vida como la adscripción urbana o rural, los grupos de edades, estado civil, grupo étnico, etc.

Así, la condición de la mujer se refiere a esa construcción que las sociedades hacen sobre el cuerpo hembra y la situación remite a las diferencias que esta construcción tendrá al combinarse con otras variables sociales.

En términos académicos esto también implicó un tránsito del “Estudio de la Mujer” a “Estudios de las mujeres” iniciados fundamentalmente desde la antropología cuyo acercamiento a las diversidades le permitieron encontrar tanto similitudes como diferencias en las formas de vida de las mujeres.

El desarrollo de estos estudios llevó al reconocimiento de las interrelaciones entre mujeres y hombres que permiten una mejor comprensión de las similitudes y diferencias entre ambos. Para explicar la vida de las mujeres es necesario explicarla en relación con la de los hombres.

Partiendo de diferentes propuestas filosóficas y teóricas esto abrió un abanico de posibilidades para el estudio de la sociedad con una mirada nueva, implica repensar las ciencias, particularmente las sociales y humanas. Todo esto se convertirá con el paso del tiempo en los ESTUDIOS DE GÉNERO orgullosos hijos del feminismo militante.

Más allá del orgullo de mi herencia me parece importante reconocer la amplitud que ofrecen los estudios de género tanto como herramienta teórica como  perspectiva del mundo. Nos permite un análisis de la realidad que considera a los sujetos sexuados y predeterminados socialmente, de igual modo nos permite un acercamiento más profundo a instituciones como la familia, la escuela, la iglesia, etc.

Ha permitido dar nuevo significado a lo público y lo privado, entender la relación entre familia y estado, reconocer el trabajo doméstico como parte de las asignaciones estatales, repensar las políticas públicas como algo que se apoya en la institución familiar tanto en su ampliación como en su reducción.

Lo que caracteriza a los estudios con perspectiva de género es que se asume, como punto de partida que datos como ser hombre o mujer, o pertenecer a un grupo de edad o clase social tiene implicaciones concretas en la vida de los sujetos y grupos sociales.

Esto puede asumirse con relativismo y convertirse en una perspectiva conservadora o puede convertirse en una herramienta política (tanto como el feminismo).

Como herramienta política obliga a reconocer las diferencias (que no son inalterables) entre los diversos sujetos que conforman una sociedad que se define como igualitaria y pretende la homogeneidad. Esto es para mí, uno de los aportes más importantes que los estudios de género han heredado y conservan del feminismo.

Ahí piénsenle…

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