* Foto de portada: Aurora Valderrábano/Info Quórum
Cuando Ivonne Daniela Flores Mustre cumplió 15 años sus padres le regalaron un viaje a Europa, durante esa travesía conoció a David, un joven de nacionalidad franco-inglesa, con quien inició una relación tras mucha insistencia de él. Los celos, el control y la violencia fueron el sello personal de David durante el noviazgo y los 15 años de matrimonio.
Con la separación, en 2017, las violencias se extendieron a la hija en común, a quien sustrajo a los 4 años pese a la custodia compartida y a quien le impide tener una relación con su madre, aunque las autoridades del Centro de Convivencia Familiar (Cecofam), Poder Judicial, han acreditado la conexión y vínculo fuerte que hay entre ellas.
David, quien se ostenta como coach de vida, podría estar aprovechándose del racismo que impera en México (26.5% de la población se dijo discriminada por su tono de piel, según la Enadis 2022) para colocar una narrativa en los medios y las redes sociales, en la que él es la víctima. Natalí Hernández Arias, psicóloga de formación, defensora de derechos humanos y directora de Cafis, explicó que existen muchos estudios que indican cómo socialmente se duda más de que una persona blanca, adinerada y con estudios sea agresora.
Daniela fue objeto de violencia psicológica, económica y hasta física durante toda su relación sentimental con David. Fue por eso que ella en 2016 manifestó su deseo de terminar la relación, de divorciarse, esto le trajo amenazas de quitarle a su hija y de enfrentar procesos judiciales.
Ese mismo año, 2016, tuvieron que salir prácticamente huyendo de Francia, lugar donde estuvieron viviendo y aunque David no dio una explicación del por qué de la decisión, sí le dijo a Daniela que si se quedaban tendría que llevar a su hija de 3 años a verlo a la cárcel. Así fue como llegaron a Puebla, México.
En 2017 en una de tantas veces que David sacó a Daniela de la casa, ella decidió no regresar e irse a vivir con su familia. Las tres semanas siguientes fueron una pesadilla: él interpuso denuncias falsas para perseguirla, a ella y a sus familiares, con personas que Daniela piensa eran agentes ministeriales. Bajo esta presión, la mujer firmó un convenio para compartir la guardia y custodia con su violentador.
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De acuerdo con Daniela, dicho convenio estipulaba que su hija pasaría 3 días y medio con su madre y 3 días y medio con el padre, pero a la tercera semana David ya no le regresó a la niña. En ese momento ella se enteró que David interpuso dos recursos: una denuncia por abuso sexual en su contra y la solicitud de la guardia y custodia plena.
La avalancha de demandas y denuncias en contra de Daniela promovida por su exesposo suma: por lo penal, violencia familiar, amenazas de muerte contra la trabajadora doméstica y la familia de David, y violencia vicaria; por lo familiar, la pérdida de la patria potestad.
Por su parte, Daniela había iniciado una denuncia por violencia familiar desde que en 2017 David las echó a ella y a la niña de su hogar. También otra por sustracción de menores cuando él le impidió ver a su hija a pesar de tener la custodia compartida y, cuando se tipificó la violencia vicaria, buscó que dicha agravante se sumara a la carpeta de investigación.
Según datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2021, en Puebla el 43.9% de las mujeres mayores de 15 años han sido objeto de violencia por parte de su pareja, siendo el cuarto estado con más incidencia a nivel nacional.
Asimismo, la Red de Consulados de México en el extranjero informó que recibió un total de 3 mil 415 mujeres mexicanas víctimas de violencia doméstica, entre 2019 y 2023.
Las denuncias de Daniela prosperaron gracias al acompañamiento de Cecilia Monzón, en el caso de violencia familiar se llegó a una sentencia en 2021. Sin embargo, el feminicidio de la abogada y activista impidió que el violentador pagara la reparación del dañó que ellas solicitaron y sólo desembolsó 30 mil pesos por 20 años de agresiones.
De igual forma, la investigación por el delito de sustracción de menores con la agravante violencia vicaria se judicializó después de 5 años y este jueves 8 de mayo tendrían una audiencia, pero se pospuso para el 22 de mayo debido a que David pidió que se llamara a su embajada, aunque antes había rechazado este apoyo.
Aunque Daniela sobrevivió a la violencia directa, ahora a través de recursos legales que le impiden relacionarse con su hija, David la sigue dañando.
Según información entregada vía transparencia por la Fiscalía General del estado de Puebla, de agosto de 2022 a octubre de 2024 se abrieron 20 carpetas de investigación por este tipo de violencia, de las cuales se judicializaron 12. Pero ninguna persona ha recibido una sentencia condenatoria por violencia vicaria, aunque sí han dictado cuatro medidas cautelares, indicó el Tribunal Superior de Justicia de Puebla.
Niña triste 3
Natalí Hernández, del Centro de Análisis, Formación e Iniciativa Social (Cafis), apuntó que justo la violencia vicaria hace referencia a la sustitución del objeto de violencia cuando la mujer se separa, entonces de alguna forma buscan seguir ejerciendo violencia pero de forma indirecta.
— Cuando se separan, al perder ese control, sustituye esa forma de control y de violencia con los hijos, porque con ellos, digamos en términos jurídicos, se sigue manteniendo el vínculo, el derecho sobre ese vínculo.
Pero esta forma de agresión, de acuerdo con la especialista, priva a las infancias de su derecho a la dignidad y a tener una infancia feliz, donde puedan convivir y desarrollar un vínculo con su madre o padre.
Daniela refiere que en el caso de su hija la violencia está siendo directa, ya que no sólo no la dejan convivir con ella, sino que también al intentar sostener la carpeta por abuso sexual la someten a periciales.
— Mi hija tiene 11 años, tenemos 3 años encerradas en convivencia supervisadas en el Cecofam, le han repetido mil veces que a la niña en lugar de respetarle sus derechos se le están dañando […], la niña en distintos tiempos, en distintas periciales, ha dicho que no ha sido tocada por nadie. Las mismas periciales dicen que se le dejen de estar haciendo estos estudios a la niña porque la están victimizando -dice la madre.
De acuerdo con la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) uno de cada seis casos de violencia psicológica contra niñas y niños atendidos por el sector salud, fueron perpetrados por un padre o padrastro.
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David, a pesar de la sentencia por violencia familiar, y de tener otra carpeta por sustracción de menores, no sólo niega lo ocurrido sino que se dice víctima y ha llamado a movilizaciones en su apoyo, como la convocada el 8 de mayo afuera del Centro de Justicia Penal de Puebla.
Hernández Arias explicó al respecto que sí está estudiado que hay ciertas características que las personas usan para señalar quién es bueno o malo con base en estereotipos, muchos de ellos raciales. Tan es así que la propia Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) publicó un manual para evitarlo.
— La gente duda más de que una persona sea agresora cuando es una persona blanca, adinerada, bien vestida, que dice que tiene estudios, por todas estas características que socialmente son aceptables y valoradas –apunta la directora de Cafis.
David, de nacionalidad franco-inglesa, además de la sentencia por violencia familiar en su contra, en 2019 fue detenido por una carpeta de fraude iniciada en Nayarit. En su vida profesional se presenta como Dave Harris, aunque en videos de apoyo se le reconoce como David Harrison y en su sitio web promociona su libro “Las vacunas del 2021”, donde cuestiona la decisión gubernamental de México de aplicar las vacunas contra el Covid-19.
Ante estas situaciones, Natalí Hernández pidió a las autoridades no olvidar el interés superior de las infancias, no sólo para evitar que Daniela siga siendo violentada a través de su hija, sino que se le den prioridad a las necesidades y derechos de la niña para permitirle una plena convivencia con su madre.
EL PEPO