El miércoles 1 de enero fue la última vez que la familia Leal Larios vio a su hijo mayor, Mario Alberto. Estaban en el baile realizado en la comunidad de Tentzoncuahuigtic, Ixtacamaxtitlán, de donde son originarios y donde viven, cuando al momento de regresar a sus casas, se dieron cuenta de que Mario no estaba.
En entrevista con Lado B, la familia del joven relató que ese día, Mario Alberto regresó del aledaño municipio de Aquixtla, a donde había acudido a la bendición de año nuevo, y se reunió con los demás para ir al baile en su comunidad. Cerca de las dos de la mañana del jueves 2 de enero, cuando estaban por retirarse, empezaron a buscarlo, pero no lo encontraron. Preguntaron por todo el auditorio del pueblo, donde fue el evento, pero nada: salieron a buscar su camioneta y seguía ahí, donde el joven la había dejado. A las pocas horas, llamaron a las autoridades de la cabecera municipal, San Francisco, y cerca de las ocho de la mañana llegaron las patrullas, pero no había rastro del muchacho de 22 años de edad.
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La familia de Beto, como le dicen cariñosamente, desmintió la información que circuló acerca de que el joven es activista. Él no pertenece a ninguna organización ni movimiento de defensa, pese a que el municipio de Ixtacamaxtitlán es conocido por sus luchas para cuidar el territorio y su oposición a un proyecto de mina a cielo abierto a cargo de la canadiense Almaden Minerals.
La primera semana del año, la noticia de la desaparición del joven, algo totalmente inusual en el municipio, se difundió ampliamente. Sin embargo, todavía no hay noticias de Mario Alberto. “En la comunidad de Tenzo, esto nunca había pasado”, dijeron sus padres. En Tenzo, como le llaman los habitantes de la región, de acuerdo con datos oficiales, viven apenas 349 personas. Ixtacamaxtitlán es un municipio poco poblado, con población indígena, principalmente nahua, cuya actividad económica principal es el campo.
Al día siguiente, y hasta el 6 de enero, decenas de personas se sumaron a brigadas de búsqueda en distintas comunidades cercanas. Incluso llegaron de municipios aledaños como Aquixtla, Tetela de Ocampo y Zautla. La familia Leal Larios reconoce todo el apoyo que recibieron de amistades y vecinos, y hubo quienes incluso ayudaron dando alimentos para todas las personas que salieron a buscar. “La gente siempre estuvo a la orden, muy positiva”, comentaron en entrevista, detallando que se reunieron más de cien personas que buscaron en distintos puntos. Ahora también se entregaron oficios a las autoridades de las distintas comunidades, para pedirles apertura y continuar con las búsquedas.
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Su familia pide a las autoridades que les sigan apoyando con las acciones de investigación y búsqueda, y a toda la ciudadanía en general que siga compartiendo hasta que Beto vuelva a casa.
Los padres del joven reiteran que no quieren venganza, que lo único que quieren es encontrar a su hijo con vida. Piden a la gente que, si alguien sabe algo, comparta información de manera anónima, mediante una carta o mensaje. Piden, también, que, por favor, “se les ablande el corazón”, porque lo único que quieren es a su hijo.