Lado B
De listas no tan listas
Por Roberto Alonso @rialonso
26 de octubre, 2021
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Imágenes y tuits recientes denotan que el proyecto político que con más tropiezos que aciertos busca arrostrar a Andres Manuel López Obrador y su relato de la Cuarta Transformación, sigue sin entender las razones que llevaron al tabasqueño a Palacio Nacional y lo mantienen con un alto nivel de aprobación a la mitad de su mandato. Tal parece que las élites no han asimilado lo ocurrido en 2018 y más desde la arrogancia que desde el recogimiento aspiran a recuperar lo perdido.

Hace dos semanas, luego de la presentación de la iniciativa de reforma eléctrica y el debate que generó por llegar acompañada de un llamado directo a las filas del PRI para respaldarla, los dirigentes de este partido, del PAN y del PRD, se reunieron con los empresarios Claudio X. González Guajardo y Gustavo de Hoyos Walter —ambos patrocinadores de la oposición partidista—, así como con otros políticos de los tres partidos coaligados en la alianza Va por México.

Las imágenes de la encerrona que sus mismos participantes difundieron ampliamente son elocuentes por varios motivos. Lo más evidente, la ausencia de mujeres en un encuentro que, como reportó la prensa, sirvió para ratificar los acuerdos entre las tres fuerzas políticas y su solidez como bloque legislativo ante versiones de posibles fracturas. Además, la fotografía dio de qué hablar al dejar ver que son dos líderes empresariales, con más intereses que causas, quienes argamasan dicha alianza y, por tanto, a quienes los presidentes de los partidos de oposición rinden cuentas.

Once días después, tras la aprobación en la Cámara de Diputados de la miscelánea fiscal y la Ley de Ingresos del próximo año, uno de los asistentes a la reunión de afirmación de la coalición Va por México, el empresario González Guajardo, despotricó contra el gobierno y sus defensores en un tuit, convocando a iniciar un registro de quienes han apoyado el proyecto político de López Obrador.

“La llamada 4t, una gran farsa, acabará mal, muy mal. Hay que tomar nota de todos aquellos que, por acción o por omisión, alentaron las acciones y hechos de la actual admon. (sic) y lastimaron a México. Que no se olvide quien se puso del lado del autoritarismo populista y destructor”, escribió el también presidente de la organización Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad y cofundador de otras iniciativas sociales como Bécalos y Mexicanos Primero.

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Según ha trascendido, el personaje parece ser uno de los miembros de ese puñado de personas afectadas por la decisión del gobierno federal, a propuesta del Sistema de Atención Tributaria (SAT), de limitar los beneficios fiscales por concepto de donativos, como lo explicó en comisiones del Senado la jefa de esta institución, Raquel Buenrostro Sánchez. El mecanismo es relativamente sencillo de exponer: personas físicas —los ajustes aprobados en la Cámara de Diputados afectan solamente a personas físicas, no a personas morales— deducían impuestos donando importantes cantidades a fundaciones y asociaciones de sus familias, algunas de las cuales utilizaban los recursos para el pago de sueldos de sus directivos, más que a la atención directa de problemáticas o necesidades sociales.

El mecanismo se acerca más a una forma de eludir el pago de impuestos que a un compromiso con las organizaciones sociales de base, con lo que no se estaría frente a un duro golpe a la sociedad civil como con un correctivo para detener una estrategia que para el SAT, esa oficina que en esta administración ha tenido importantes saldos de recaudación fiscal, representa un abuso.

Para González Guajardo y compañía el país se ha enfilado en una deriva autoritaria y destructiva que amenaza una idea de transición a la democracia en la que unos cuantos eran beneficiarios y las grandes mayorías tenían que contentarse con algunas bondades del modelo, más llamativas que sustantivas. Soslayan o más bien no han tomado nota de que lo que defienden es precisamente aquello por lo que votó en contra la mayoría de las y los electores hace tres años y que, en buena medida, sigue alimentando la legitimidad del presidente.

A partir de la astucia política con la que la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, interpretó el tuit de González Guajardo y se apuntó en la lista a la que emplazó el empresario, el debate político se ha vuelto a cifrar de manera polarizada entre el inventario de la oposición y las listas —sí, en plural– que el presidente gusta mostrar en sus mañaneras para criticar a sus adversarios; práctica que, dicho sea de paso, suele desencadenar olas de ataques y agresiones en redes sociales que inhiben la discusión pública.

El problema es que, como magistralmente lo resumió Jorge Zepeda a principios de año, “polarizar le ofrece al presidente una vía expedita para conseguir la aprobación de las mayorías, pero en la misma proporción disminuye la posibilidad de llevar a buen puerto sus banderas. Y para la oposición sucede algo similar, polarizando intensifican la molestia del segmento minoritario al que pertenecen, pero legitiman al líder popular en el ánimo de los que votaron por él”. Pierde el país y claramente no avanza la oposición, que queriéndolo o no, profundiza la polarización tan típica del discurso populista.

*Foto de portada: @Alejandro Moreno | Twitter

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Autor Lado B
Roberto Alonso
Coordinador de la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Iberoamericana Puebla y del Observatorio de Participación Social y Calidad Democrática.
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