Gloria Alvitres
Las numerosas alertas de deforestación detectadas a través del análisis de imágenes satelitales en un área cercana al Parque Nacional Yaguas llevaron a una comitiva de funcionarios del Gobierno Regional de Loreto y de la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental en Iquitos a sobrevolar este rincón de la Amazonía peruana a inicios de julio de este año. Los puntos identificados por los satélites señalaron Cotuhe, un territorio cercano al área protegida, que además está situada muy cerca de la línea de frontera entre Perú y Colombia. No tuvieron que hacer mucho esfuerzo para detectar el problema en medio del paisaje de la región de Loreto: los parches de deforestación en medio del bosque primario y lo que sospechan son cultivos ilegales de hoja de coca.
Los especialistas que trabajan en la zona sostienen que el narcotráfico va dejando huellas en la frontera y apuntan a una alianza entre colombianos y peruanos para el desarrollo de actividades ilegales. El Fiscal Alberto Yusen Caraza de la FEMA Loreto inició las indagaciones de lo que parece ser, indica, uno de los mayores hallazgos de actividades ilegales dentro de una concesión para conservación.
“No hay muchas concesiones de conservación en el país, pero dentro de esta categoría corresponde velar por la preservación, y no he visto un caso como este, por eso mismo, le estamos haciendo seguimiento y la investigación va seguir su curso”, precisó Julio Guzmán Mendoza, Procurador Público del Ministerio del Ambiente.
Un informe reciente sobre deforestación, elaborado por el Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP) de la ONG Conservación Amazónica – ACCA, confirma que desde la creación de la Concesión para Conservación Río Cotuhe en el 2008 se han perdido 374 hectáreas de bosque, siendo los últimos tres años los más críticos. Durante el sobrevuelo se detectó también que no solo constituye un problema lo que sospechan son cultivos ilegales de hoja de coca, sino también los mineros ilegales que se dedican a dragar partes del río para obtener oro. El difícil acceso a esta parte de la Amazonía, y la poca presencia estatal, así como la distancia de hasta ocho horas de centros poblados o comunidades indígenas convierten a estos bosques en paraísos para las actividades ilegales.
“Es una zona de ecosistemas delicados, hay presencia de especies de plantas endémicas, de animales como el otorongo y especies de monos, la deforestación presente en Cotuhé pone en peligro el Parque Nacional Yaguas”, señala un científico que por seguridad prefiere no ser identificado.
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Tanto el Parque Nacional como las tierras cercanas al río Cotuhe poseen una biodiversidad importante que ha maravillado a equipos científicos. Una expedición realizada en 2017 por especialistas del Field Museum de Chicago, entidad especializada en la elaboración de inventarios rápidos de especies de flora y fauna, encontró en esta zona unos 11 tipos de bosques con especies maderables como caoba, cedro e ishpingo, así como una alta diversidad de mamíferos que no se encuentran en otras partes del Perú como es el caso del Pichico de manto negro (Saguinus nigricollis), una especie que solo vive en el interfluvio Napo-Amazonas-Putumayo. La zona de Cotuhe es el hogar de otra especie protegida como es el mono choro (Lagothrix lagotricha), además de grandes felinos como el jaguar (Panthera onca). En la cuenca baja del río Yaguas hallaron también hasta dos especies de delfines de río (Inia geoffrensis y Sotalia fluviatilis).
Con la destrucción del bosque a causa de actividades ilícitas, los hábitats pueden cambiar drásticamente. La concesión se encuentra en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Yaguas, por lo que el avance de la deforestación pone en peligro al área protegida. Las Áreas de Conservación Regional Maijuna Kichwa y Ampiyacu Apayacu, que están presentes en la zona, también pueden ser afectadas, según los especialistas consultados.
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*Imagen principal: Evidencia de desbosque reciente y viviendas rústicas dentro de la concesión de conservación de Cotuhe.
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