Los griegos dividían en cuatro a las personas basados en su personalidad o características comunes. Esa división deriva de la teoría de los humores de Hipócrates, el papá de la medicina.

De acuerdo con el médico griego, el cuerpo humano necesita un equilibrio de los cuatro humores o líquidos que lo componen: flema, sangre, bilis negra y bilis amarilla. El incremento o descompensación de alguno de esos líquidos es lo que conlleva problemas para el organismo. 

Pero el predominio de esos humores, más allá del equilibro médico, también definía características de las personas, no entraré en detalles (les dejo un link acá por si quieren profundizar un poco en el tema), pero diré que es el predominio de la bilis negra lo que lleva a las personas a la melancolía.

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Hoy, con los avances médicos sabemos que hay mucha responsabilidad de los neurotransmisores como la serotonina (el neurotransmisor de la felicidad) pero también de la norepinefrina e incluso de la monoaminoxidasa (MAO), es decir que nuestros estados de ánimo no solo se definen por situaciones externas sino en gran parte por la química cerebral.

Bueno, todo esto para decirles que, si al igual que yo disfrutan (por decirlo de alguna manera) que la bilis negra se apodere de ustedes, acá tienen una playlist para sacar las galletas de animalitos y serruchar la epidermis, para tirarse al dulce placer de la nostalgia y la melancolía, pa’l bajón pues. Y si no, pues mejor ni le piquen al play.

*Ilustración de portada: Gogo