Un nuevo estudio publicado en la revista Journal of Experimental Biology y dirigido por investigadores de la Universidad McGill (Canadá) se ha centrado en el arao de pico ancho (Uria lomvia), un ave distribuido por las costas árticas de Europa, Asia y Norteamérica. Los científicos han observado por primera vez una elevada mortalidad por calor mientras anidan en los acantilados expuestos al sol, en turnos de hasta 12 horas
“Descubrimos que los araos tienen la eficiencia de enfriamiento más baja jamás reportada en aves, lo que significa que tienen una capacidad extremadamente baja para disipar o perder calor”, indica Emily Choy, autora principal y becaria postdoctoral en el departamento de Ciencias de Recursos Naturales de la Universidad McGill.
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Choy y su equipo caminaron por los acantilados de la bahía de Hudson, al norte de Canadá, para estudiar una colonia de 30 mil parejas reproductoras. Una vez localizadas, midieron varios parámetros vitales de las aves mientras aumentaba la temperatura del aire, como el flujo respiratorio, la tasa metabólica, la pérdida de agua o su capacidad de enfriamiento.
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*Foto de portada: Kyle Elliott