Lado B
Willy's Wonderland, porque ¡Nicolas Cage continúa en el negocio!
Por Héctor Jesús Cristino Lucas @
17 de junio, 2021
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Es bien sabido por todo cinéfilo empedernido que el nombre de Nicolas Cage —ganador de un Oscar a Mejor Actor por esa magnífica película de Mike Figgis, Leaving Las Vegas (1995)— de un tiempo a la fecha pasó de convertirse en uno de los favoritos de Hollywood y la Academia… a un héroe sin escalas en el bajo mundo del cine underground y de serie B. 

Todo un hito, si me permiten, del nuevo género de horror.

Quizá fue por haberse atrevido a aparecer en el infame remake de 2006 dirigido por Neil LaBute, The Wicker Man, que para muchos críticos intelectualoides fue la principal responsable de sepultar su carrera —cómo olvidarlo en ese horrible traje de oso que se ha vuelto ya un clásico entre los memes—. O quizá, solo quizás, porque tan solo un año después del estreno de ese bodrio infumable fue el encargado de dar vida al famoso vengador fantasma de los cómics de Marvel con aquella descafeinada adaptación de Mark Steven Johnson, Ghost Rider (2007). 

Pero todos estaban de acuerdo en ese momento que el actor responsable de grandes clásicos, como Wild at Heart (1990) de David Lynch o bien 8mm (1999) de Joel Schumacher, pasaría de sus días de gloria —donde éramos capaces de tomárnoslo en serio— a un olvido casi eterno e inexorable. Donde pocos críticos -por respeto a su prestigio al menos— se atreverían a hablar de él como la promesa que alguna vez fue…

Willy's Wonderland

Lo cierto, queridos padawans, es que no importa mucho cómo sucedió este afanado cambio que molesta, enrabia y engatusa a algunos, pero alegra y hasta enorgullece sobremanera a otros. Así como sospecho, a Nicolas Cage tampoco le ha de interesar del todo cómo algunos alegan de forma pretenciosa que haya pasado del “cielo” para ir directo al “infierno”.

Es decir, una vez recibida la estatuilla a Mejor Actor en el 96, directo de las manos de los eruditos del séptimo arte, y haber aparecido en una de las mejores películas jamás filmadas en la historia del cine, ya no era necesario probarle a nadie qué tan bueno podía llegar a ser, ya no era necesario porque sería rebuscar en lo evidente.    

¡Es 2021 y lo que algunos juraron con tremenda soberbia no se ha cumplido ni un poco! Nicolas Cage, para infortunio de los detractores:  NO SE HA OLVIDADO. NO HA PASADO DE MODA. De hecho, todo lo contrario. 

Ya lo mencionamos en alguno de mis artículos ‘Double Pack’ dedicados a este mismo actor.  La moderna faceta de Nicolas Cage en el género fantástico ha significado una impactante revelación para propios y extraños. Verlo manejar situaciones poco convencionales y hasta lejanas de lo que alguna vez conocimos de él. Dentro de horrores fantasmagóricos o hasta monstruosos. Enfrentándose a tragedias de lo más repulsivas y explotando la más antigua y más intensa emoción del ser humano como lo es el miedo.

¡Eso es Nicolas Cage en el rubro del horror! Una nueva, aunque poco valorada forma de leer a un actor. 

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Desde la divertida pero sangrienta comedia negra de Brian Taylor, Mom and Dad (2017), en donde una extraña transmisión obliga a los padres a matar a sus propios hijos, hasta la lisérgica y experimental Mandy (2018) de Panos Cosmatos, en donde Cage interpreta a un hombre quebrantado en busca de venganza luego de que una secta sanguinaria cobrara la vida de su esposa. 

Desde la poco conocida Primal (2019) en su incursión dentro del género del horror animal, enfrentándose contra un jaguar salvaje dentro de un inmenso barco en la deriva, hasta su magnífica interpretación en la película de Richard Stanley Color out of Space (2019) haciendo frente a los horrores cósmicos salidos de las hojas del mismísimo Lovecraft. 

Cage es ahora todo un action man dentro del género fantástico. Un hombre poderoso que busca hacer frente a cualquier criatura o deidad maligna que amenace con el planeta. ¡Un hombre de acción, al puro estilo de John Wick, que adoro con todas mis fuerzas!

Nadie puede negarme que esta es una de sus mejores facetas con diferencia, es una de las mejores y hasta más valoradas que ha tenido en toda su carrera. Y para muestra, la última de sus más grandes hazañas estrenada hace poco en plataformas digitales. Que ha pasado de ser machacada por la crítica intelectualoide, hasta venerada por todo amante de lo repulsivo y sanguinolento.

Dirigida por nada menos que un desconocido y casi ignorado cineasta como Kevin Lewis —responsable de cintas tan medianamente buenas como The Third Nail (2007) o terriblemente malas como The Drop (2006)— Willy’s Wonderland (2021), para variar, es una cinta de serie B aparentemente inspirada —REPITO: aparentemente inspirada— en la famosa franquicia de videojuegos indies: Five Nights at Freddy’s, del animador, productor y desarrollador Scott Cawthon. 

O lo que sería en otras palabras: una película de terror sobre muñecos animatrónicos de franquicias de comida rápida asesinos. ¿Alguien dijo miedo?

https://www.youtube.com/watch?v=9Bh4VlAKunM

A estas alturas del partido y con todo lo que hemos recibido por parte de Nicolas Cage ya nada debería sorprendernos ni alarmarnos. Si ya se enfrentó a un jaguar come hombres y a una secta de asesinos psicodélicos con trajes sadomasoquistas, los muñecos animatrónicos son cosa de nada. ¿Y saben qué pienso al respecto? Que es una puta joya. 

¡Al carajo el prestigio! Nadie en su sano juicio se sentaría a ver una película de este actor, en su nueva faceta, esperando ver la nueva Leaving Las Vegas (1995) porque sería un verdadero idiota. Willy’s Wonderland (2021) es justo lo que estás buscando si eres un ávido seguidor de Nicolas Cage —que se traga todo en lo que aparece— o si los argumentos disparatados del cine de serie B son tu mayor debilidad. 

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¿La trama? Un forastero reservado y con cara dura, amante de las bebidas energéticas y que queda atrapado en un pueblo carretero luego de que se poncharan las llantas de su automóvil, tiene que realizar cierto trabajo de limpieza dentro de un restaurante abandonado de nombre “El maravilloso mundo de Willy” para pagar las reparaciones y seguir su camino. ¿El problema? Se presume por los lugareños que este sitio se encuentra maldito. ¿El resultado? Una de las mejores películas de su tipo al lado quizá de la divertidísima Pyscho Goreman (2020) de Steven Kostanski.

Willy's Wonderland porque ¡Nicolas Cage continúa en el negocio!

Foto: Screen Media Films

Al César lo que es del César, queridos padawans. Esta película es justo lo que ofrece y nadie podría recriminarle nada al respecto. Tiene todos los elementos necesarios e indispensables para cumplirte en la materia. Todos y cada uno de los ingredientes para volver este pedazo de mierda barata en ojos mamadores, en todo un clásico de culto para las postreras generaciones:

Efectos a la vieja escuela, por un lado, repletos de botargas —si bien bastante simplistas siendo solo animales antropomórficos, dan un mal rollo que te cagas— y escenas gore de la más fina categoría. Personajes prácticamente sin desarrollo alguno —adolescentes la mayoría de ellos, como bien dictan los principios del slasher— y que solo sirven como carne de cañón para el morbo de los espectadores. 

Cage, interpretando a este forastero desafortunado, tan serio y reservado —prácticamente sin ninguna línea en toda la película— demuestra jerarquía solo con las miradas. Solo con las gesticulaciones. Y cuando llega la hora de la hora, haciendo frente a estas abominables criaturas, se vuelve sin ninguna duda en uno de los mejores action man que haya tenido el cine de serie B solo después del mismísimo Ash Williams de la trilogía de Evil Dead (1981/1987/1993).

A todo esto, añadámosle el factor sobrenatural que hará que nuestra imaginación vuele de un lado otro. La chispa necesaria que moverá los engranajes dentro de una película de este tipo: una antigua secta de locos satánicos que usaban su fachada como “animadores infantiles” para llevar a cabo sus sangrientos asesinatos. Pero que, tras ser descubiertos, optaron por ejecutar un antiguo hechizo pagano y traspasar su alma a objetos inanimados. A estos monigotes robóticos. ¡Al puro estilo Chucky de la saga Child’s Play

Junta todas las proezas y tienes una posible franquicia que puede dar tantas películas se proponga. Tantas carajadas y situaciones rocambolescas lo prefiera. Tan divertida, absurda y hasta estúpida, que funciona por esto y te sorprende por aquello. No hay nada más que agregar. 

Salvo la patética escena de sexo con ropa puesta que tienen los actores Caylee Cowan y Terayle Hill. Sin ningún desnudo gratuito para deleite de espectadores vírgenes como yo —decepcionante como no se pueden imaginar— esta película hubiera terminado en un diez perfecto. Pero ya sabes lo que dicen: el Diablo está en los detalles. 

Willy's Wonderland porque ¡Nicolas Cage continúa en el negocio!

Foto: Screen Media Films

A Willy’s Wonderland (2021) tienes que verla con los ojos adecuados. Más cercana a la pieza de culto, que se revalora veinte años en el futuro que a una recomendación de tu profesor de cine amante de Luis Buñuel. Más cercana a una película de estreno en las famosas midnight movies que a la cartelera de tu cine favorito. Pero más importante todavía: más cercana a una recomendación de El Cinemaniaco que a una de Kristoff Raczynski. 

Damas, caballeros, queridos padawans de todos los días, este es el tipo de películas que me inspiró a crear esta: nada menos que su querida y tan amada columna de cine de todos los jueves. 

Llámenme loco o táchenme de estúpido. Un crítico patatero con delirios de grandeza, pero que nadie me venga a negar que Willy’s Wonderland (2021) es, para los auténticos conocedores, magia que te enseñará a hacer y apreciar el cine desde otra interesante óptica.

¿Algo más que agregar? Luego de Mandy (2018) y Color out of Space (2019), como máxima muestra de un talento desconocido y desbordado, la única verdad es esta: ¡Nicolas Cage continúa en el negocio! 

Sinopsis:

“Un forastero (Nicholas Cage) se ve obligado a pasar toda la noche en un perturbador parque de atracciones para pagar las reparaciones de su coche sin saber la auténtica pesadilla que le espera. Allí tendrá que luchar contra un monstruo tras otro para sobrevivir hasta el día siguiente.”

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Autor Lado B
Héctor Jesús Cristino Lucas
Héctor Jesús Cristino Lucas resulta un individuo poco sofisticado que atreve a llamarse “escritor” de cuentos torcidos y poemas absurdos. Amante de la literatura fantástica y de horror, cuyos maestros imprescindibles siempre han sido para él: Stephen King, Allan Poe, Clive Barker y Lovecraft. Desequilibrado en sus haberes existenciales quien no puede dejar (tras constantes rehabilitaciones) el amor casi parafílico que le tiene al séptimo arte. Alabando principalmente el rocambolesco género del terror en toda su enferma diversidad: gore, zombies, caníbales, vampiros, snuff, slashers y todo lo que falte. A su corta edad ha ido acumulando logros insignificantes como: Primer lugar en el noveno concurso de expresión literaria El joven y la mar, auspiciado por la Secretaría De Marina en el 2009, con su cuento: “Ojos ahogados, las estrellas brillan sobre el mar”. Y autor de los libros: Antología de un loco, tomo I y II publicados el 1° de Julio del 2011 en Acapulco Guerrero. Aún en venta en dicho Estado. Todas sus insanias pueden ser vistas en su sitio web oficial. http://www.lecturaoscura.jimdo.com
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