Un proyecto desarrollado por expertas y expertos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) identifica distintos compuestos moleculares que impiden la entrada del SARS-CoV-2 en las células, inhibiendo la interacción que se produce entre la proteína de la espícula o S del virus y los receptores celulares.
Estas moléculas actúan en etapas muy tempranas del ciclo replicativo viral, por lo que podrían impedir la hiperactivación del sistema inmunitario que desencadena la tormenta de citoquinas durante el agravamiento de la COVID-19. Además, podrían servir para desarrollar fármacos antivirales contra este coronavirus.
Las investigadoras y los investigadores han logrado la inhibición de la entrada del virus a concentraciones bajas sin que se genere toxicidad en las células huésped. Esto genera un amplio índice de selectividad, un factor importante a la hora de desarrollar fármacos antivirales.
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Los compuestos identificados como inhibidores de entrada del virus son moléculas propias del grupo liderado por María Jesús Pérez Pérez, investigadora del CSIC en el Instituto de Química Médica (IQM-CSIC). “Persiguen bloquear la puerta principal por la que el virus accede al interior celular. De este modo, protegerían a las células de la infección viral”, explica.
Las científicas y los científicos ensayaron los fármacos usando pseudopartículas virales con la proteína S del SARS-CoV-2 expresada en su superficie. A continuación se analizó su capacidad para interferir entre la unión de dicha proteína con el receptor celular y la posterior infección.
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*Foto de portada: Creative Commons