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Hallazgo de extraño lagarto refuta la descripción del dinosaurio aviano más pequeño del mundo
Un equipo de investigación internacional ha descubierto en ámbar un pequeño reptil del Cretácico del género Oculudentavis. Al compararlo con el que se creía el dinosaurio aviano más pequeño del mundo descrito hasta ahora, similar a un colibrí actual, los paleontólogos demuestran que ambas especies pertenecían al mismo género y eran en realidad lagartos
Por Agencia SINC @
17 de junio, 2021
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Un equipo de investigación internacional ha descubierto en ámbar un pequeño reptil del Cretácico del género Oculudentavis. Al compararlo con el que se creía el dinosaurio aviano más pequeño del mundo descrito hasta ahora, similar a un colibrí actual, los paleontólogos demuestran que ambas especies pertenecían al mismo género y eran en realidad lagartos.

Martes

En marzo de 2020 se describió la nueva especie Oculudentavis khaungraae en un artículo en la revista Nature a partir de un pequeño cráneo de 99 millones de años de antigüedad atrapado en una piedra de ámbar de Myanmar. Su mandíbula alargada, sus grandes ojos y su corta y abovedada caja craneal hicieron creer al equipo investigador que se encontraban delante del dinosaurio aviano más pequeño jamás hallado, de un tamaño parecido al colibrí más pequeño conocido.

El equipo concluyó que esta pequeña criatura supuestamente voladora estaba remotamente emparentada con la famosa ave extinta Archaeopteryx. Pero tras su publicación, algunos expertos externos se mostraron escépticos sobre la identidad del animal y rápidamente se llevaron a cabo estudios que cuestionaban esta interpretación. La evidencia definitiva llegaría poco tiempo después en forma de un segundo espécimen extraordinariamente bien conservado encontrado en la misma mina que O. khaungraae.

Los científicos Arnau Bolet, investigador ‘Juan de la Cierva’ en el Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP) y Juan Daza, de la Sam Houston State University, entre otros, habían empezado en 2019 a trabajar con un espécimen fósil en ámbar que incluía un cráneo y partes del esqueleto: un pequeño fragmento de la columna vertebral y de la cintura escapular. El equipo investigador estaba entusiasmado porque el fósil mostraba algunas características morfológicas que no habían visto nunca antes.

“El espécimen nos desconcertó a todos al principio porque si se trataba de un lagarto ¡era uno muy muy raro!”, dice Bolet. No fue hasta unos meses después de conocer la existencia del holotipo de Oculudentavis en un encuentro científico, que terminaron su estudio y concluyeron que ambos especímenes podían considerarse sin lugar a duda como miembros del mismo género de lagarto. Finalmente, el 22 de julio de 2020, el artículo que describió Oculudentavis khaungraae fue retirado por sus autores, “para evitar que la información inexacta permanezca en la literatura”. La descripción de Oculudentavis khaungraae sí se mantuvo.

Un nuevo lagarto de aspecto extraño

Este segundo espécimen, descrito como una nueva especie dentro del género Oculudentavis, fue bautizado como O. naga para honrar a varios grupos étnicos nativos del noreste de la India y el noroeste de Myanmar. El estudio ha sido publicado hoy en la revista Current Biology.

Ambos fósiles (los holotipos de O. naga and O. khaungraae) fueron segmentados digitalmente mediante un escáner de microtomografía computarizada para obtener imágenes detalladas de cada uno de los huesos individuales y para estudiar mejor las diferencias entre ellos.

“En el momento en que obtuvimos las primeras imágenes tomográficas empezamos una lluvia de ideas sobre de qué animal podía tratarse”, explica Juan Daza, profesor asistente de ciencias biológicas en la Sam Houston State University. “Al final, el estudio detallado y nuestros análisis nos ayudaron a clarificar su posición”, añade.

El equipo también determinó que ambos cráneos se habían deformado durante el proceso de fosilización. El morro de O. khaungraae se había estrechado y recordaba al pico de un ave, mientras que el cráneo de O. naga se había comprimido. Estas deformaciones reforzaban las características aviarias de uno de los cráneos y las reptilianas del otro.

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*Foto de portada: El fósil de Oculudentavis naga incluido en ámbar. / Adolf Peretti | Peretti Museum Foundation

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