La línea dorada, la del bicentenario, fue un vórtice de corrupción desde el inicio del proyecto: sobrecosto de la obra del 45 por ciento, de acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación (ASF). Familias desplazadas, cambios en los tramos y al final una obra que desde que se echó a andar sufría de goteras e inundaciones, luego vinieron los cierres de algunos tramos que debían ser reparados pero que tardaron hasta dos años sin ser reabiertos al público, luego vino el sismo del 2017 que dejó grietas en las obras.

Ayer la corrupción de varias administraciones cobró la vida de al menos 24 personas cuando una trabe que sostenía el puente entre las estaciones Tezonco y Olivos colapsó cuando pasaba un tren con dirección Tláhuac. La historia nos la cuenta Pie de Página.

Para bien y para mal. Me preguntaba hace un par de días un colega que estaba preparando una nota en un diario impreso, de esos que se editan en la Ciudad de México, que si los partidos políticos habían dicho algo sobre el proyecto. La respuesta fue que no, que los que sí han saltado son los candidatos y candidatas que han sido verificados por el detector, aunque han reconocido, algunos solo entre dientes, los yerros e imprecisiones en sus dichos.

En su enojo no ha faltado el candidato que acuse de imparcial al detector, de cuestionar a Morena y sus candidatos y no así a los del “PRIAN”. Otros actores públicos han dicho que el detector es financiado por Morena, o por una parte de ella.

Entonces a veces trabajamos para el PRIAN, otras trabajamos para Morena según sea el caso y las comezones de cada quién.

Ayer empezaron finalmente las campañas locales y eso va a elevar el número de candidatos y candidatas a revisar, y es probable también que comience a elevarse el trabajo de Detector pues acá sí se espera que se prenda la maquinaria del lodo, de ambos lados.