Lado B
Vemos que el agua no cesa
Las lluvias dieron un respiro en Tabasco pero las crecidas de los ríos inundaron la planicie. Cientos de familias desalojaron sus viviendas, unos acamparon en las carreteras mientras otros arreaban a sus vacas. Más de 141 mil personas han resultado afectadas en la entidad por las lluvias
Por Pie de Página @PdPagina
10 de noviembre, 2020
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Carlos Marí

El sábado 7 de noviembre era finalmente un día despejado y soleado, después de una semana de torrenciales lluvias en la mayor parte de Tabasco, pero, como si se tratara del caudal de una presa desatada, las aguas de cuatro ríos de la serranía de Chiapas, Pichucalco, Oxolotán, de la Sierra  y Puxcatán, se derramaron en la planicie tabasqueña e inundaron las casas de miles de familias.

Ese día, las aguas impactaron primero, por la madrugada, a la cabecera municipal Jalapa y una decena de comunidades, y en menos de 24 horas, la cabecera municipal de Macuspana y una veintena de localidades del municipio de Centro, donde la mayoría de ellas resienten este tipo de desastre por tercera ocasión en menos de 15 años.

La creciente que ocasionó más daños es la del río Viejo Mezcalapa, que ya había desbordado en algunos tramos, desde días antes por el paso de los frentes fríos 4 y 9, pero que creció nuevamente con el ingreso de las aguas del Río de la Sierra y Pichucalco, y ahora dejó mucho más damnificados, en su mayoría gente  pobre del campo.

“El agua nos empezó a llegar desde el jueves, pero ya lo fuerte nos vino desde las tres de la mañana de este domingo, y vemos que no cesa. Hemos perdido muebles y las camas, afortunadamente sí las pudimos salvar, pero perdimos también animales de traspatio, unos pollos y unos cerditos que se nos ahogaron“, comenta José David Jiménez Hernández, un joven quien uno a uno saca a sus familiares en una tina de plástico que improvisó como embarcación.

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José David dice que al vivir a orillas del río Viejo Mezcalapa le ha tocado en tres ocasiones “irse al agua”, pues con anterioridad ya se ha inundado en los años 2008 y 2010.

A lo largo de las localidades de Ixtacomitán, primera, segunda, tercera y cuarta sección, Boquerón primera y segunda sección, que están en un radio de 10 kilómetros de la capital, cientos de familias desalojan sus viviendas, unos acampan en las carreteras, otros arrean a sus vacas, otros acuden albergues, como son los de ermitas o escuelas primarias.

“En la noche, subió bastante el agua, había gente que había estado aguantando en sus casas, pero ahora sí todos están saliendo, por lo que estamos evacuando a toda la gente de Boquerón; estamos hablando de 300 familias.

“Tenemos gente en la escuela Benito Juárez y en la Iglesia San José de Padúa, y en la otra primaria, había un albergue, pero ya se nos fue al agua, por lo que estamos ya viendo si nos vamos a otra Iglesia. Aquí entre las y los vecinos nos estamos ayudando y estamos ya a la espera del Ejército que, según entiendo, nos traen colchonetas y alimentos”, relató Olga Beatríz García Ruiz, delegada de la ranchería Boquerón.

Olga Navarro Martínez, una de las damnificadas, explica que el Viejo Mezcalapa ocasionó que un puente colgante, que hay en una de sus ramificaciones, ahora esté a 5 metros bajo el agua, por lo que 23 familias ahora no pueden regresar a recoger sus pertenencias, luego de que fueron evacuados por elementos de la Marina. “Somos personas de bajos recursos que vivimos del plátano y del maíz, pero todo eso ya se fue al agua”, lamenta.

Tabasco

Foto: Carlos Marí | Pie de Página

Mientras tanto, en Macuspana, hay miles de familias damnificadas por la creciente del río Puxcatan, que ocasionó que el espejo de agua alcanzara medio metro a lo largo de la avenida de entrada a esa ciudad.

“Hay colonias afectadas, porque entró a la ciudad el agua, como El Castaño o la Luis Donaldo Colosio, y ahí, lo único que se puede hacer es que baje el agua, porque no se puede echar al río, porque se regresaría”, advirtió el gobernador Adán Augusto López.

Anoche en el malecón Carlos A. Madrazo que está en las inmediaciones del centro de Villahermosa, el río continuaba en ascenso, por lo que militares intensificaron sus labores de colocación de hileras de costales rellenos de arena.

El tráfico vehicular en el malecón fue cerrado desde la mañana del sábado y en la periferia de Villahermosa, suman un total de 19, en su mayoría porque hay vados que dificultan el tráfico.

Apenas el viernes, Tapijulapa, conocido como un pueblo mágico enclavado en la serranía tabasqueña, había sufrido el embate del río Oxolotán, cuyas aguas alcanzaron hasta con dos metros de agua de altura entre las casas. Ni las inundaciones del 2007 y del 2010, habían alcanzado tal impacto ahí.

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*Foto de portada: Carlos Marí | Pie de Página

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