Lado B
The Witches (2020): ¿qué tan mala, qué tan buena, qué tanto hay que aborrecer de ella?
En esta ocasión toca hablar de la cinta The Witches, la nueva adaptación dirigida por Robert Zemeckis, con producción de Guillermo Del Toro y Alfonso Cuarón, que no es ninguna película aburrida o desastrosa como han querido venderles
Por Héctor Jesús Cristino Lucas @
05 de noviembre, 2020
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Algo sí que voy aceptar, cuando miré el tráiler de la nueva The Witches (2020), otra adaptación de la novela fantástica del escritor británico Roald Dahl autor también de Matilda (1988) y Charlie and the Chocolate Factory (1964) lo primero que vino a mi mente fue exactamente lo primero que la mayoría se imaginó al instante: ¡Capitán, porquería a la vista!

Quizás fue por lo extrañamente colorido de la fotografía o los ridículos efectos especiales, pero no terminaba por convencerme ni mucho menos por motivarme. Y es que como ha pasado recientemente con nuevas adaptaciones de clásicos infantiles, sea Mulán (2020) de Nikki Caro o sea The Lion King (2019) de Jon Favreau, pareciera que los productos de hoy en día solo están dedicados al embellecimiento exterior pero lamentablemente nunca interior. 

Por lo que, tras su estreno oficial, las malas críticas no se hicieron esperar. Una peor que la otra. Desde que era una “decepcionante versión que falla a la hora de entretener”, hasta “un desastre carente de magia pese a tratarse de una película sobre brujas”.  

No obstante, queridos padawans, le di una oportunidad por tratarse de uno de mis filmes favoritos de la infancia y probablemente una de las mejores películas de brujas de toda la historia. Aquella The Witches (1990) de Nicolas Roeg protagonizada por la ya emblemática Anjelica Huston, que tanto entretenía como aterrorizaba por igual. Nuestra generación sí que la pasaba mal cada que la transmitían en televisión abierta. 

Pero debo decirles una cosa: poco o nada encontré de las horribles críticas que abundan sobre ella.

 

Desde ahora pueden odiarme por defender nuevas adaptaciones que la crítica destruye como el reboot de Child’s Play (2019) o el remake de Suspiria (2018) pero que yo encuentro enteramente entretenidas. O por lo menos funcionales. The Witches, la nueva adaptación dirigida por Robert Zemeckis, con producción de Guillermo Del Toro y Alfonso Cuarón, es un ejemplo magnífico de ellas.  

Así que si piensan decirme que soy un mal crítico por no ser objetivo o que simplemente quiero llamar la atención, pregúntense una cosa: ¿qué hay de objetivo en las críticas que se fundamentan con base en la nostalgia? Las premisas estúpidas que obedecen al “si esto no se parece a lo que yo vi de niño, entonces es malo y no debe verse”, me parecen los argumentos que más ladran y aúllan por llamar la atención. Pero aquí no hacemos eso.

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Señores, esto es lo mismo que ocurrió con el Hellboy (2019) de Neil Marshall y toda adaptación a la que le preceda un clásico a sus espaldas. Un tumulto de millennials y otro más de chillones nostálgicos que se pasan comparando esta versión con la anterior solo para señalar lo que luce diferente ya que el cambio el inevitable cambio de las eras, quiero decir está satanizado hoy en día.  Mientras oyes gritar a todos: ¡lo de antes siempre es mejor, ña, ña, ña, ñá! 

Aclaremos una cosa. La mayoría de veces las nuevas adaptaciones de clásicos insuperables sí que apestan: Pet Sematary (2019) de Kevin Kölsch y Dennis Widmyer reducida a una película baratona o hasta genérica donde el susto repentino sustituye grandes estratagemas de suspenso usadas en su versión original; o una Ghostbuster (2016) de Paul Feig que en lugar de devolvernos la magia ochentera busca resaltar inútilmente movimientos actuales que poco o nada tiene que ver con su propia franquicia.

Pero también y esto es algo que pocos entienden resulta un error garrafal creer que porque la mayoría es una mierda… todas en absoluto lo sean. Sin dar oportunidad o cegarse con ello. Y de ahí mi principal molestia. 

The Witches

Foto: Warner Bros. Pictures | YouTube

The Witches (2020) de Robert Zemeckis, con toda la sinceridad del mundo y les juro que no me han pagado nada por decir esto OJALÁ no me ha parecido una película mala ni mucho menos. Ya veo a tantos críticos de internet sepultándola en la lista de las peores cintas de la historia del cine con permiso de Tommy Wiseau y eso sí que es inconcebible. Aunque puedo llegar a entenderlos. 

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De acuerdo, nunca le llegará a la altura al clásico noventero ya que fue un producto nacido en una época irrepetible. Una cinta británica cuyo principal incentivo fue recrear las magníficas hojas de Roald Dahl al final de una década limitada en cuanto a efectos digitales, y cuya magia de Jim Henson creador de The Muppets y otros clásicos como Labyrinth (1986) junto a David Bowie terminaron convirtiéndola en la pieza insuperable que es hoy en día.

Pero de ahí a decir que esta película no tenga ningún mérito o que todo sea un desastre de proporciones épicas, creo que es pecar de millennial. De hecho, el principal logro a favor de esta película, y con diferencia, son sus magníficas actuaciones. 

Por un lado, tenemos a Octavia Spencer que ya nos ha demostrado que puede realizar cualquier tipo de interpretación. Desde personajes aterradores como la desquiciada Sue Ann del particular filme de Tate Taylor Ma (2019), hasta otros, menos rudos, como el que interpreta en esta nueva versión de The Witches: una cálida abuela que lo tiene todo para conquistar a la audiencia.

The Witches

Foto: Warner Bros. Pictures | YouTube

No obstante, quien se roba la película es Anne Hathaway aunque todos se nieguen a aceptarlo. Cada escena donde ella aparece mejora muchísimo el ritmo y el maravilloso suspenso por conseguir ese toque inquietante para una historia de horror infantil. Lo digo con toda sinceridad. Los que se desviven afirmando que no logra conseguir esa atmósfera malsana son fanáticos nostálgicos que pretenden colocar a Hathaway en una absurda balanza junto a Anjelica Huston. 

Aburrido y predecible hasta para el crítico moderno. Es decir, ¿cómo por qué compararla si jamás fue el propósito inicial de esta película? Hathaway le dota de una esencia diferente que no depende de su antecesora para conseguir un buen personaje. Por lo que debemos descartar la idea de que esta película se trate de otro refrito de la cinta noventera. Pese a tomarse ciertas licencias como algunos personajes y su propia temporalidad la nueva The Witches es otra versión que puede llegar a presumir ser más fiel al libro que la del propio Roeg. 

Aunque claro, la fidelidad no es ningún indicio de genialidad. Eso lo hemos aclarado innumerables veces. Y aunque logra mejorar las flaquezas de su antecesora, en otras, ni siquiera se acerca.

¡SPOILER ALERT!

Por ejemplo, en la versión de 1990, obtuvimos una escena tan mítica y aterradora que quedó en el recuerdo de más de uno pese a no estar dentro de la propia novela: la historia de la pequeña Erika que por un maligno hechizo quedó atrapada dentro de una pintura. 

Mientras que, en la versión del 2020, se optó por adaptar la verdadera historia de esta particular niña descrita en libro. Si bien no quedó atrapada en un cuadro colgante, lo que realmente ocurrió es que terminó convertida en una gallina. Aunque tiene sus momentos aterradores, me parece, la versión de la pintura es mil veces mejor que esta otra historia.

No obstante, hay otros elementos que le vienen de maravilla al ser modificados, como por ejemplo, el desenlace en que los niños quedan convertidos en ratones para toda la vida como bien mencionaba la novela y que en la versión de Nicolas Roeg era cambiado para darnos un final un poco menos triste. De hecho, el propio Roald Dahl como el buen Stephen King y su adaptación de The Shining odió aquella modificación a tal punto de repudiar toda la cinta.

¡FIN DEL SPOILER!

Aunque eso sí, queridos padawans, el principal error de esta versión, y por la cual muchos tal vez se cuelguen el argumento de que esta película no tiene “magia”, son sus terribles efectos especiales. En eso nadie puede discutir nada.

Uno creería que en una época digital tan revolucionaria como la nuestra, los efectos serían mucho mejor conseguidos que en décadas anteriores, cuando todo parecía tan imposible, pero al menos en esta versión, cualquier cosa que te pongan se ve tan terriblemente falsa. 

The Witches

Foto: Warner Bros. Pictures | YouTube

Ni una gallina, ni un gato, ni tres malditos ratoncitos se han podido construir de forma realista, lo que termina entorpeciendo la experiencia en gran parte de las escenas. Sobre todo, a la hora de empatizar con los personajes principales en su versión “ratonezca”. 

Y en cuanto a las brujas, creo que la experiencia es bastante irregular. En ocasiones sí que consigue alcanzar un nivel de horror similar a la del clásico con esa espeluznante Anne Hathaway con sonrisa de oreja a oreja… pero en cuanto a diseño, terminas decepcionado al ser una suerte de bosquejo de lo que fue aquella criatura de la cinta Splice (2009).

Esto no es más que una muestra asombrosa del trabajo aún vigente de Jim Henson con esos espectaculares efectos prácticos. Cualquiera que recuerde la épica transformación de Anjelica Huston a su versión bruja tan digna del body horror de talla Cronenberg no tendrá duda en afirmar que sigue siendo la mejor hasta el momento. Tanto por la estética de lo grotesco que consiguen esas asquerosas prótesis, como por supuesto la calidad y realismo que esta nueva versión no ha podido replicar.  

Aunque son errores y flaquezas que pueden pasar por alto dentro del público infantil que al final de cuentas para ellos va dirigida la cinta sin duda le han costado la reputación de los más expertos a un punto del absurdo absoluto. A veces, hasta exagerado. 

En lo que a mí concierne, los más pequeños tanto terminarán entretenidos, como por supuesto aterrados, porque The Witches (2020) no es ninguna película aburrida o desastrosa como han querido venderles. Es una simple versión, tal vez genérica e innecesaria que nadie pidió, pero que tanto cumple en su sello hollywoodense, como por supuesto en su sello familiar.

En una balanza corta y objetiva: para ver una vez y pasar el rato. Ni tan mala ni tan buena, y un tanto que aborrecer de ella. ¡Meh! Pero no exageremos.

Sinopsis:

Cuenta la conmovedora historia de un pequeño huérfano (Bruno) que, a finales de 1967, se va a vivir con su querida abuela (Spencer) a Demopolis, un pueblo de Alabama. El niño y su abuela tienen extraños encuentros con algunas brujas aparentemente glamurosas, pero absolutamente diabólicas, así que ella decide quitarse de en medio y llevarse al chico a un hotel de lujo en la costa. Por desgracia, llegan exactamente al mismo tiempo que la Gran Bruja (Hathaway) que ha reunido a sus compinches de todo el planeta que van de incógnito para llevar a cabo sus horribles planes.”

*Foto de portada: Warner Bros. Pictures | YouTube

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Autor Lado B
Héctor Jesús Cristino Lucas
Héctor Jesús Cristino Lucas resulta un individuo poco sofisticado que atreve a llamarse “escritor” de cuentos torcidos y poemas absurdos. Amante de la literatura fantástica y de horror, cuyos maestros imprescindibles siempre han sido para él: Stephen King, Allan Poe, Clive Barker y Lovecraft. Desequilibrado en sus haberes existenciales quien no puede dejar (tras constantes rehabilitaciones) el amor casi parafílico que le tiene al séptimo arte. Alabando principalmente el rocambolesco género del terror en toda su enferma diversidad: gore, zombies, caníbales, vampiros, snuff, slashers y todo lo que falte. A su corta edad ha ido acumulando logros insignificantes como: Primer lugar en el noveno concurso de expresión literaria El joven y la mar, auspiciado por la Secretaría De Marina en el 2009, con su cuento: “Ojos ahogados, las estrellas brillan sobre el mar”. Y autor de los libros: Antología de un loco, tomo I y II publicados el 1° de Julio del 2011 en Acapulco Guerrero. Aún en venta en dicho Estado. Todas sus insanias pueden ser vistas en su sitio web oficial. http://www.lecturaoscura.jimdo.com
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