Noviembre ha sido, pongámoslo así, el mes del periodismo. Principalmente en México aunque, ya les contaré, Perú ha tenido algo importante que ver.
Vamos por partes, que no todo en este mes ha sido bueno para el gremio, al contrario noviembre ha sido de luto y angustia para el periodismo mexicano.
El lunes 9 de noviembre nos amanecimos con la noticia del asesinato de Israel Vázquez, un joven reportero de nota roja de Guanajuato. Fue atacado a balazos en una cobertura sobre el hallazgo de restos humanos en una avenida de la ciudad de Salamanca. Horas después murió al ser atendido en un hospital de la ciudad.
Por la noche los videos de la policía dispersando a balazos una manifestación contra la violencia feminicida en Cancún pusieron a arder las redes. Dos colegas fueron alcanzados por esas balas. Una de las periodistas, cuya pierna fue atravesada por una bala calibre 9 mm, dijo a El País: “La policía nunca disparó al aire. Cuando voy corriendo para resguardarme, volteo a ver hacia atrás y hay una imagen de la que no logró olvidarme: los policías disparando, como si nos estuvieran cazando”.
Del otro lado, noviembre ha sido de júbilo y alegría para el periodismo mexicano, al menos para una parte de él, ese periodismo que apuesta por la independencia y la agenda que cuestiona al poder, no hoy sino siempre.
El viernes pasado se dieron a conocer las y los ganadores del Premio Nacional de Periodismo –el que entregan universidades y organizaciones, el de verdad, pues–, el galardón más grande, y, como dijo la presidenta del Consejo Ciudadano, la oaxaqueña Soledad Jarquín, fue la primera edición en que las ganadoras fueron más que los ganadores.
Un equilibrio justo en una profesión en donde –y esto lo diré como hipótesis empírica por mi paso en varias redacciones– son más las mujeres que los hombres, pero los hombres son quienes tienen los cargos de dirección, y los que recibían los reconocimientos. Una alegría pues para el periodismo mexicano.
Y entre las ganadoras están dos mujeres importantes para el periodismo mexicano: Daniela Pastrana, directora del medio Pie de Página y la principal responsable de que la Red de Periodistas de a Pie siga siendo un referente en el periodismo mexicano desde hace más de una década. Además Daniela ganó por partida doble, en la categoría de Reportaje Multimedia con un trabajo sobre los indios Yumanos, y en la de Opinión.
El 1 de julio de 2020, San Martín Texmelucan acaparó las portadas de medios locales y algunos nacionales por un hallazgo: un túnel de 180 metros del que se extraían 3 mil barriles de gas LP, que representaban una pérdida de 1.8 millones de pesos diarios para Pemex. El huachitúnel, como se le denominó, fue encontrado por personal de Seguridad Física de la paraestatal en la colonia La Purísima.
Este suceso le dio dimensión a la gravedad del delito de robo de gas LP en ese municipio que, de acuerdo con el Instituto para la Gestión, Administración y Vinculación Municipal (Igavim), es el que se registra más tomas clandestinas de gas LP en todo el país México.
De enero a septiembre de 2020, San Martín Texmelucan registró, en promedio, una nueva toma clandestina cada 16 horas, acumulando un total de 409 durante los primeros nueve meses del año.
El incremento de tomas clandestinas en este municipio ha sido del 349 por ciento, respecto al mismo periodo del año pasado, cuando se identificaron sólo 91. La nota es de Fernando Merino, y una de sus fuentes es Pedro Alonso, un muy buen reportero de Texmelucan.
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