Lado B
El problema no es la basura
En México, de todos los residuos sólidos urbanos que se generan, sólo se recicla cerca del 10%. Desde la sociedad civil existen iniciativas para tomar acciones sencillas en el día a día y cambiar la forma en que vemos la generación de desechos y cómo los separamos y reutilizamos
Por Aranzazú Ayala Martínez @aranhera
29 de noviembre, 2020
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La basura no es un problema. La basura puede convertirse en nuevos productos, en materiales para crear, en una renovación de recursos para el planeta, e incluso en dinero.

Por ejemplo, en 2019, el haber reciclado 12 mil toneladas de tetra-pak durante todo el año, de acuerdo con datos recabados por la organización Ecolana, permitió un ingreso de 18 millones de pesos en el país.

Con el reciclaje de estas toneladas, se ahorraron 85 mil 500 barriles de petróleo, se dejaron de emitir 10 mil 800 toneladas de CO2, se salvaron 204 mil árboles y no se utilizaron 318 mil litros cúbicos de agua.

En 2016, la Asociación Nacional de Industrias del Plástico (Anipac) reportó que el mercado de reciclaje en México tenía “un valor potencial de 3 mil millones de dólares”, según un reporte difundido en medios.

Y aunque a la fecha no hay cifras totales del valor del reciclaje en el país, es un hecho que el reutilizar y reciclar los residuos da un beneficio además de económico, ambiental.

Un estudio del Tec de Monterrey encontró, por ejemplo, que se ahorran 28 mil litros de agua por cada tonelada de papel que se recicla, y 91 mil 20 por cada tonelada de aluminio.

En México no es poco lo que se desperdicia. Cada año en el país se generan 53.1 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos –lo que normalmente llamamos basura–, de acuerdo con el Diagnóstico Básico para la Gestión Integral de Residuos 2020 publicado por la Semarnat.

Si un elefante africano pesa 6 toneladas, significa que en el país generamos el equivalente a casi 9 millones de elefantes cada año, o 17 mil elefantes en un solo día. Nueve millones de elefantes en un año es lo que estamos dejando que contamine los océanos. Por persona se generan 0.955 kg diarios, lo que equivale a 120 mil 128 toneladas al día en todo México.

De esta enorme cifra, una buena parte podría ser reutilizada o reciclada. Según los datos de la Semarnat, del total de residuos, el 46.42 por ciento son orgánicos y 31.56 por ciento son “susceptibles de aprovechamiento”, si sumamos, significa que casi el 78 por ciento de todo lo que se genera en el país no tendría que terminar el tiraderos, ni en rellenos sanitarios. 

Ante una falta de cultura de reutilización en México, la pepena

Sin embargo, sigue habiendo muy poca cultura de separación y reutilización, lo que podría responder a la falta de claridad en cuanto a leyes e iniciativas del Estado para abordar el tema.

Pese al complicado panorama, quienes hacen posible que una buena parte de los residuos no se conviertan en basura, son los recolectores, o también llamados pepenadores. Su trabajo se hace al margen de la ley, pero es esencial para reutilizar todo lo que puede ser vendido en centros de acopio. 

En general, la ciudadanía no tiene el hábito de separar los residuos y llevar, por ejemplo, el aluminio, el PET o el cartón, a centros de acopio, sino que simplemente lo avienta con el resto de lo que desecha. Y son las y los recolectores quienes se meten a rascar a la basura, para separar lo que puede rescatarse, y evitar que termine acumulándose en el río, en la barranca o, en el mejor de los casos, en un relleno sanitario.

En México, son estas personas dedicadas a la pepena quienes hacen lo que en otros países se hace directamente, o de lo que se encarga el gobierno. Por eso es necesario garantizar los derechos laborales de todo el sector de pepenadores, recolectores y acopiadores, para que puedan formalizar su trabajo y también crecer sus negocios.

La falta de legislación

Mariana Soto, directora de Ecolana, organización mexicana dedicada al reciclaje y a la reutilización de residuos, dijo en entrevista para LADO B que uno de los pendientes en el país es que aún no se tiene una estructura uniforme de separación de residuos, ni tampoco una legislación respecto al reciclaje ni a quienes se dedican a pepenar.

“En temas de legislación creo que lo que nos hace falta es ponerle incentivos a la gente que se dedica a eso, no solamente al acopiador o al reciclador (…). No hay incentivos tampoco para quienes reciclan [desde casa]; para los que se encargan de transformar ese material tampoco hay una categoría especial o algo que motive a que los nuevos negocios se hagan a través del reciclaje”.

Otro de los problemas que Ecolana señaló es que la actividad de separación de residuos, como lo que hacen los pepenadores, no es algo que la ley contemple, haciéndose casi en una suerte de clandestinidad. En general estas personas tienen condiciones precarias de trabajo y pocas garantías.

Foto: Marlene Martínez

Además, la separación y recolección es de competencia municipal, por lo que es complicado que se hagan criterios uniformes. El diagnóstico de la Semarnat da cuenta que a nivel nacional hay sólo 144 municipios en 23 estados donde hay una recolección separada, lo que corresponde apenas al 5 por ciento de todo lo que se genera diariamente.

La directora de Ecolana explicó que muchas veces los presupuestos municipales son limitados, tienen bastantes carencias y necesidades, lo que hace que en muchos casos lo último en que se piense es en gestionar los residuos. “El estado en muchas ocasiones no se puede hacer cargo porque legalmente no le toca y a veces se hace de la vista gorda porque cuesta dinero”.

Hasta ahora la herramienta más fuerte que existe a nivel país es la Ley General de Prevención y Gestión Integral de los Residuos, que aunque determina de manera general los tipos de residuos que existen y su manejo, no es vinculante a nivel municipal, que es finalmente donde se tiene la última palabra para el manejo de los desechos.

Creando hábitos: separar, reusar, reciclar

Foto: Marlene Martínez

Tan sólo en el estado de Puebla, según datos de Ecoce A.C., se generan 5 mil 991 toneladas diarias de residuos, de las cuales 59 por ciento terminan en disposición final, o sea tiraderos, lo que quiere decir que sólo el 41 por ciento de los desechos se reciclan. 

Ante la ausencia y falta de interés de las autoridades, es la comunidad la que está planteando con soluciones que la basura no es un problema.

Lendsey Cholula es integrante de MásVerde, organización que busca incentivar la participación de las personas en el reciclaje, economía circular y conciencia ambiental. Con sede en Puebla, en el centro de cultura ambiental El Nido, en Cholula, han organizado el PepenaFest, además de talleres y planes de manejo de residuos para viviendas y negocios.

Una de las acciones más básicas que se pueden hacer, explica Lendsey, es separar los residuos en casa. Aunque suene algo muy obvio, para mucha gente no lo es porque se piensa que es una tarea maratónica, pero es realmente sencillo.

Al empezar a hacer esta separación se facilita a los pepenadores la recolección de lo que pueden vender a los centros de acopio, ayudando a su economía y también evitando que desechos lleguen de manera innecesaria a los sitios de disposición final.

Lo primero es separar los plásticos reciclables, que son todas las botellas de PET, así como los llamados plásticos de alta densidad, es decir, los envases de champú, detergentes, limpiadores, etcétera. Para esto, Ecolana tiene una serie de pasos a seguir: vacía, escurre, aplasta y cierra. Mientras estén más limpios los envases, más fácil se podrán reciclar y reutilizar.

Foto: Marlene Martínez

También se puede separar el cartón y cualquier tipo de papel, y todos esos residuos ponerlos en una bolsa aparte al sacar la basura para que los pepenadores los puedan recoger fácilmente. 

Así, desde El Nido han impulsado la iniciativa de acercarse a los centros de acopio o pepenadores locales, para que sean quienes se lleven los residuos con potencial de reuso y reciclaje, con acciones tan sencillas como separarlos, lavarlos y ponerlos en una bolsa separada junto a la demás basura.

En cuanto a los residuos orgánicos, lo ideal es hacer una composta pero, si no se tiene el tiempo o el espacio, se pueden acumular y llevar a lugares como El Nido, donde los reintegran a la tierra para utilizarlos en el huerto comunitario.

Mientras siga sin haber criterios uniformes y claros para separar los residuos, lo que se puede hacer es empezar a crear hábitos en la vida diaria, y la sociedad puede apoyarse en las organizaciones que trabajan en el tema, que cada vez son más.

Para Mariana Soto, de Ecolana, también la respuesta ha estado en la organización social y la presión que se ha hecho a nivel mundial.

“Creo que hay un movimiento de conciencia mundial que ha encaminado a que haya presión por parte del consumidor hacia los productores, y por parte de los ciudadanos hacia los gobiernos. (…) El video de la tortuga con el popote hizo un antes y un después en la conciencia colectiva sobre tema de residuos. En muchos casos, por la premura no se han hecho los mejores planes, pero es movimiento, y al final un tema que estaba tan olvidado como los residuos y el reciclaje está volviendo y eso siempre es bueno”.

Con información de Dafne García y Cristian Escobar

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Si quieres conocer más acerca del trabajo de Ecolana, visita su página dando clic aquí. O si te interesa saber más a fondo cómo reciclar tus residuos orgánicos e inorgánicos, ve a El Nido para enterarte de sus iniciativas y su huerto comunitario.

 

Este reportaje fue ganador de las Becas Latitud R de investigación periodística sobre reciclaje inclusivo

*Foto de portada: Marlene Martínez

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Autor Lado B
Aranzazú Ayala Martínez
Periodista en constante formación. Reportera de día, raver de noche. Segundo lugar en categoría Crónica. Premio Cuauhtémoc Moctezuma al Periodismo Puebla 2014. Tercer lugar en el concurso “Género y Justicia” de SCJN, ONU Mujeres y Periodistas de a Pie. Octubre 2014. Segundo lugar Premio Rostros de la Discriminación categoría multimedia 2017. Premio Gabo 2019 por “México, el país de las 2 mil fosas”, con Quinto Elemento Lab. Becaria ICFJ programa de entrenamiento digital 2019. Colaboradora de “A dónde van los desaparecidos”
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