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Transmisión de COVID-19 de niños hacia adultos es baja
Un estudio liderado por el Hospital Vall d’Hebron revela que la transmisión del SARS-CoV-2 de los menores de edad con COVID-19 a los adultos con quienes conviven es baja. El trabajo se ha hecho a partir de 163 pacientes pediátricos, todos los que tuvieron un diagnóstico confirmado de la enfermedad durante el confinamiento
Por Agencia SINC @
03 de septiembre, 2020
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Solo un 3,4 % de los pacientes pediátricos con diagnóstico de COVID-19 confirmado entre el 1 de marzo y el 31 de mayo en Cataluña fueron los transmisores del virus al resto de los miembros de su núcleo familiar. Así concluye el estudio epidemiológico ‘Papel de los niños y las niñas en la transmisión intrafamiliar del SARS-CoV-2 (COPEDI-CAT)’, liderado por el Hospital Vall d’Hebron.

El objetivo de la investigación fue analizar la secuencia de contagios entre los menores de 18 años con coronavirus y los adultos con quienes conviven. Después del estudio de contactos, solo en tres casos se identificó claramente al menor de edad como desencadenante del brote familiar.

El rastreo de contactos se pudo completar en 89 de las 163 familias potencialmente candidatas. En 36 familias (40,4 %) no se pudo definir el patrón de transmisión. En 50 de las familias en las cuales varios miembros sufrieron la COVID-19, se identificó otro miembro de la familia o de fuera con PCR positiva que tenía síntomas o había sido diagnosticado antes o al mismo tiempo que el menor de edad, y que sería el transmisor (un 56,2 %).

Solo 31 de los 163 pacientes pediátricos con COVID-19 incluidos en el estudio requirieron hospitalización (un 19 %). El 81 % (132 pacientes) presentaron cuadros clínicos inespecíficos y poco graves que no hicieron necesario el ingreso. Y de las 89 familias en las que se pudo completar el estudio de contactos, un 21,4 % de los menores (19) fueron asintomáticos.

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“Los resultados confirman que los niños y las niñas han sufrido la enfermedad con cuadros inespecíficos y poco graves y que son menos transmisores del SARS-CoV-2 que los adultos en el entorno familiar, un ámbito de mucha proximidad y donde es difícil mantener las medidas de seguridad”, apunta Pere Soler, jefe de la Unidad de Patología Infecciosa e Inmunodeficiencias de Pediatría de Vall d’Hebron.

“En una segunda fase estamos realizando un estudio prospectivo, conjuntamente con los pediatras de Atención Primaria, en el que ya hay incluidos 357 pacientes pediátricos diagnosticados de COVID-19 del 1 de junio al 26 de agosto y más de mil contactos intrafamiliares, con el objetivo de analizar la secuencia de contagios de los casos diagnosticados después del confinamiento”, añade.

Descenso progresivo de los ingresos

Los síntomas más frecuentes de la COVID-19 en niños son la fiebre (59,6%) y la tos (49,4%), seguidas de fatiga (40,5%) y dificultad respiratoria (31,5%). “Los menores de edad no acostumbran a hacer cuadros graves, confirma el estudio, que detecta como grupos de riesgo de la enfermedad a aquellos pacientes pediátricos que sufren cardiopatías congénitas y neumopatías graves, excluyendo el asma”, afirma Antoni Soriano, de la Unidad de Patología Infecciosa e Inmunodeficiencias de Pediatría.

“Además, a lo largo de los meses se ha demostrado un descenso progresivo de los ingresos hospitalarios por la COVID-19 que han pasado de casi el 30 % en el mes de marzo al 0,3 % desde el inicio de agosto, aún con el aumento de nuevos casos de infección por SARS-CoV-2 a causa de una mayor realización de PCR”, añade Soriano.

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*Foto de portada: Victoria Borodinova | Pixabay

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