Mientras la reactivación económica se realiza con pasos lentos e inciertos, siempre bajo la amenaza de una segunda ola de contagios (que ya se está detectando en otras partes del mundo), un grupo internacional de investigadores ha dado una peculiar nota de alerta: si queremos evitar más epidemias de enfermedades emergentes, una idea es invertir más dinero en conservación ambiental.
La destrucción de bosques tropicales como los de la Amazonia, señalan como ejemplo, incrementa de manera drástica el riesgo de que las poblaciones humanas entren en contacto con animales salvajes que transmiten una gran diversidad de virus capaces de provocar enfermedades nuevas.
El estudio de árboles milenarios es una especialidad científica fascinante. Los árboles más viejos que se tiene registrados tienen alrededor de 5,000 años de edad, pero esto no significa que sean eternos y mucho menos que no muestren signos de envejecimiento. Este es un asomo al trabajo que se hace alrededor de estos.
Sigamos adelante, no es momento de detenerse, que las soluciones para enfrentar esta pandemia se encontrarán con la marcha continua.
¡Saludos!
Gerardo S.
@sifuentes
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