Más allá del delito, que la Fiscalía tendrá que investigar de oficio, es decir sin necesidad de denuncia porque la víctima es menor de edad, me quiero centrar en los comentarios que la gente comenzó a hacer a propósito de esa información, en donde la juzgaban y la condenaban como culpable de lo que le pasó.

De modo que Michel es una mala víctima, porque no es pura y casta, porque confió, porque tiene vida sexual, porque no se quedó en su casa a estudiar o a ayudarle a su mamá -claro, es lo que las mujeres debemos hacer-, porque salió en plena pandemia y cualquier cantidad de etcéteras.

Y a la gente, a nuestra sociedad no le gusta que las víctimas sean así. Tampoco le gustan las víctimas como Lesvy porque fumaba marihuana, o Nadia porque tomaba cerveza, o Mara porque iba a fiestas, o Tania porque usaba Tinder.

Y esto se extiende a veces a las familias de las víctimas: recuerdo muy bien las críticas a la mamá de Paulina Camargo porque nunca lloró frente a las cámaras, ni en las protestas. No importa si el papá o el resto de la familia llora o no, pero la mamá debe llorar. ¿Qué clase de mamá no llora?

Lo cierto es que la víctima nunca tiene la culpa. Nunca. Bajo ninguna circunstancia. No permitamos que nos confundan los mensajes esquizofrénicos que recibimos desde pequeñas por parte de los medios, la familia y la sociedad. No es nuestra culpa. (Ya lo dijeron Las Tesis)

Quienes sí tienen la culpa de que esa violencia contra las mujeres no se detengan son las autoridades, y así se lo hicieron saber a la Fiscalía General del Estado un grupo de feministas que se manifestaron el mediodía del martes.

Fue una protesta breve contra las violencias feminicidas y machistas, porque las sacaron a empujones. Una de ellas declaró después que eso no sucedió ni en tiempos del ex fiscal Víctor Carrancá, durante el gobierno de Rafael Moreno Valle. (Sóbate, Barbosa)

Yo les mando un abrazo a todas ellas, mujeres valientes y poderosas. 

Y a propósito de la breve manifestación, Gogo dedicó su cartón.

Antes de irme, dos cosas: con todo lo que está pasando allá afuera, además de la pandemia, se vale decir “ahorita no puedo”. Justo yo ahora mismo me voy a hacer bolita a mi cama. Mañana seguro despertaré mejor, recargada, a la mejor hasta con el ánimo a tope. Vámonos dando ese chance. Normalicemos el cuidado propio.

Y última: conozcan el trabajo de Ambivalently Yours, una artista canadiense que se dedica a ilustrar y a hacer podcasts.