“Estamos en un Estado criminal, la vida no es apta en este país”

5F4A8760 scaled 1

Jade Ramírez

Volvieron a pie a sus casas. Ya había caído la noche. Caminaron más de 20 kilómetros asustados, esperando que nadie los siguiera, con sed, despojados de sus pertenencias y aturdidos por las dos horas que los tuvieron privados de su libertad en cuartos y patios de la Fiscalía del Estado de Jalisco. Recibieron golpes, gritos, cuestionamientos y amenazas: “los vamos a destazar y aventar por ahí”, lo escucharon una y otra vez.

Nos metieron inmediatamente a un patio grande, estaba un cuarto de lado derecho y uno en el izquierdo; en el patio que estaba lleno de personas, calculando mas o menos con masas, calculo que éramos entre 60 y 100 personas. Tenías que tener la cara al frente y de lado, si volteabas te pegaban; les pude ver las placas de policías ministeriales. Revisaban la información y escuche que muchos decían que este celular se iba para inteligencia.

Flavio, sobreviviente a detención y desaparición forzada.

Flavio y Monserrat no aparecen en ningún registro de las varias listas que no han dejado de circular en redes sociales y tampoco en algún listado dentro de la Fiscalía. La tarde del viernes 5 de junio ha quedado borrada de su historial de vida, luego de auxiliar a una joven que era sometida por tres policías en plena calle; de ahí fueron detenidos los dos y pudieron dimensionar a la luz de los días, que se trató de una desaparición forzada orquestada por toda la institución procuradora de justicia en Jalisco.

También puedes leer: El espejo de Jalisco y los yerros de Alfaro

Ambos relatan que no vieron a solo dos comandantes -Salvador Perea y Raúl Gómez Mireles quienes ya fueron presentados en la primera audiencia en su contra el domingo 7 de junio a las 19 horas en el penal de Puente Grande-, sino a docenas de servidores públicos, mujeres y hombres, metiendo y sacando personas de habitaciones, confiscando sus celulares y tratando de justificar el abuso policíaco. 20 por cuarto o hasta más, y otras hileras en el patio bajo un domo. A ella le enviaron por WhatsApp el cartel con el cambio de sede de la protesta, ya no sería en Minerva sino en la Fiscalía, eso fue suficiente para detenerla.

Corrieron y ya me dijeron a ver tú ¿qué estás haciendo? Me quitaron el celular y me pidieron que lo desbloqueara, lo desbloqueo y encontraron dos conversaciones con un cartel de la marca y  dijeron ¡Te trepas!, era una camioneta azul. Me dijeron ¿cómo viene acá con nosotros si las defendemos damos la vida por ustedes y así nos pagan? Al llegar me recibe otro investigador de la fiscalía vestido de civil con placa, abre la caja de la camioneta me da la mano y me dice ‘Ay señora y usted por qué viene aquí, pues qué hizo?  Había dos cuartitos, eran veinte por cuarto, lo sé porque ellos lo dijeron: ya tenemos veinte y no nos caben.

-¿Y la sana distancia?

A no, no había sana distancia. Eso sí si alguien se bajaba el cubrebocas les gritaban ‘el cubrebocas no te lo estés bajando’. Tenía a un chico a un lado mío, pegado, yo estaba sudando todos estábamos sudando

Monserrat, sobreviviente a detención y desaparición forzada.

Ambos son maestros y tienen postgrados. Son ciclistas, apicultores. Son visibles algunos golpes que recibieron pero más resalta el miedo y el estrés postraumático porque dimensionan más allá de la narrativa similar a otros testimonios lo que les pasó y los actos violatorios de derechos perpetrados por la Fiscalía. La cautela con la que acceden a charlar conmigo asumo se relaciona con su edad y en el nivel de información que tienen.

¿Defender a una mujer y recibir una invitación a la marcha el motivo de la detención?

A él lo derribaron y golpearon desde primer minuto que interpeló la detención a una chica que ni conocían. Le aventaron encima una vez esposado y dentro de una camioneta sin placas, su propia bicicleta de acero inoxidable que no le devolvieron. Es su herramienta de trabajo, el costo asciende a 39 mil pesos. La bicicleta de ella también la resguardaron. Dentro de los cuartos en la Fiscalía, les explicaron por qué el abuso y violación a sus derechos humanos:

Algo que me causó mucho temor y miedo fue que entró un policía grande muy corpulento y nos gritó muchos insultos muy vulgares: ‘hijos de su puta madre ya cállense hijos de su chingada madre, sino los vamos a descuartizar y al cabo que ahorita ya es bien facilito hacerlo, los desaparecemos y no pase nada, cállense’. Algunos estaban llorando y los ofendían ‘¿No que muy valientes hijos de su puta madre?’ y los golpeaban. Al otro rato llegó otra persona, sin cubrebocas y sin capucha, lo miré y sí lo puedo identificar bien, traía su placa, nos dijo: ‘ya hijos de su puta madre ya se van a ir entiendan cabrones esto lo estamos haciendo porque ayer quemaron a un policía, nosotros también tenemos familia’. Alguien quiso decir algo y lo callaron a golpes.

Flavio, sobreviviente a detención y desaparición forzada.

Los periodistas mientras tanto estábamos en el cerco que establecieron alrededor de la calle 14. Consignamos los tubos en sus manos, las armas largas, los antimotines; atestiguamos varias detenciones y no recibimos información en ningún momento.

Tal vez te interese leer: Guadalajara: detenciones arbitrarias y violencia policial en marcha de #JusticiaParaGiovanni

Alrededor de las 6 de la tarde me alejé de donde había un contingente frente a los policías investigadores que impedían el paso a la calle 14 para observar otro grupo de 80 jóvenes que ya sabían de las detenciones en plaza Las Torres y calles cercanas; planeaban bloquear el tránsito vehicular en calle Pinzón con 8 de julio. Al instante que bajaron de la banqueta, se me emparejó una camioneta tipo van. Lo que llamó mi atención fue la copiloto. Me miró y era una mujer policía completamente de negro. Tomé mi cámara para fotografiar el auto pues me resultó obvio que llevaban detenidos ahí dentro y la escena no tenía lógica ¿por qué una camioneta que en teoría servía banquetes y era de repostería la copiloto era una policía completamente vestida de negro?

En el instante que me llevó levantar el brazo avanzó el bloqueo de la calle y arrancaron a toda velocidad “quemando llanta”.

Continuar leyendo en Perimetral

*Foto de portada: Felix Márquez | Perimetral

Perimetral: