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En San Pedro Cholula no pueden confiscar bicicletas como sanción. El reglamento no lo contempla
El alcalde afirmó que se iniciarían operativos para confiscar las bicicletas de quienes violen el reglamento vial; sin embargo, esta medida es improcedente
Por Lado B @ladobemx
11 de febrero, 2020
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Foto de Markus Spiske temporausch.com en Pexels

Dafne García

@dafnebetsabe2

La semana pasada, ante medios de comunicación, el alcalde de Cholula, Luis Alberto Arriaga Lila, declaró que iniciarían operativos contra los ciclistas que violaran el reglamento de tránsito:

“Vamos a recoger bicicletas. Nos las vamos a llevar a la comisaría y pues quien sea dueño de la bicicleta tendrá que ir a recoger su bicicleta a la comisaría. Además del apercibimiento ahora vamos a entrar a recoger bicicletas […] No vamos a cobrar, tampoco vamos a multarlos, pero sí vamos a hacer un operativo donde vamos a empezar a recoger bicicletas y el pago de esta multa será ir a recoger su bicicleta”. 

Sin embargo, aunque Arriaga hizo énfasis en que dicha medida se llevará a cabo pronto, como alcalde no tiene las facultades necesarias para decomisar bicicletas en Cholula, pues antes tendría que seguir el proceso legal para cambiar el reglamento.

En resumen, no puede cambiar una sanción por otra. Al menos no inmediatamente.

Actualmente, en el Reglamento de Vialidad para el Municipio de San Pedro Cholula, no se especifica que se puedan confiscar las bicicletas como medida de sanción por infringir sus normas. Las sanciones que sí están establecidas, son multas económicas. 

Así, si se pretende hacer una modificación al reglamento, el proceso a seguir consiste en proponer los cambios ante cabildo y, en caso de que se aprueben, esperar a que se hagan públicas en el Diario Oficial de la Federación para que estas entren en vigor.

Hasta el momento, las sanciones que se contemplan en el reglamento de vialidad son las siguientes:

Políticas públicas de movilidad para ciclistas

Si bien este tipo de sanción no es una realidad en este momento, se puede cuestionar el impacto que tendría para los ciclistas de Cholula, así como el enfoque actual de las políticas públicas de movilidad que se están proponiendo desde distintas organizaciones.

En primer lugar, tal y como menciona el “Manual Ciclociudades” elaborado por el Instituto de Políticas para el Transporte y Desarrollo (ITDP México) y la Interface for Cycling Expertise (I-CE), una movilidad orientada al uso del automóvil, como es en el caso del estado de Puebla, tiene varias repercusiones negativas. Por ejemplo, a mayor uso de coches las vialidades se convierten en lugares más contaminados, ruidosos, inseguros, poco atractivos, excluyentes, y se aumentan los hechos de tránsito con víctimas mortales.

Sumado a esto, la congestión vehicular implica altos costos para la sociedad, por ejemplo al hacer que los tiempos de traslado entre diversos puntos sean más largos, lo que merma la calidad de vida de las personas, pues según este manual, al tener que cubrir tiempos de traslado de dos horas o más en ciudades grandes, el rendimiento laboral de los ciudadanos disminuye.

Es por eso que, una de las conclusiones del manual, recalca la importancia de defender un sistema de movilidad que fomente el uso de las bicicletas. 

Foto de Roman Koval en Pexels

En entrevista para LADO B, Sasha Schiavon, miembro del colectivo Cholula en Bici, mencionó que no se trata de una pelea entre ciclistas y automovilistas, sino de enfocar las iniciativas en política pública en dar prioridad a los más vulnerables en la pirámide de movilidad, es decir, peatones y ciclistas.

El activista destacó que en Cholula la bicicleta es una forma de movilidad muy importante: “Las familias usan la bici para trasladarse, para sus negocios, para trasladar equipo de jardinería, para el pan… en Cholula usamos la bici para todo”.

Medidas como la que quiere aplicar Arriaga –que obstaculizan o sancionan el uso de la bici– desincentivan el uso de un medio de transporte eficiente y ecológico. Por otra parte, “entre menos bicicletas tengamos en la ciudad, menos se respeta el reglamento. Es más probable que los coches  circulen a mayores velocidades y ocurran más accidentes. Mientras que, a mayor número de ciclistas en las calles, es más fácil que se dé un respeto entre usuarios de autos y de bicis”.

De este punto da cuenta también el manual de ciclociudades, en el que se menciona que “construir infraestructura ciclista y pacificar el tránsito son medidas esenciales para la seguridad de los usuarios; entre más bicicletas se usen, más seguras serán las vialidades”.

Ahora, si bien hay medidas planteadas para reducir los hechos de tránsito son necesarias e importantes (y esa fue la justificación de lo dicho por Arriaga: reducir la muerte de ciclistas en accidentes viales), e incluso Schiavon considera que no es mala idea promover que los ciclistas circulen en el mismo sentido de la calle, también es necesario tomar en cuenta las razones por las cuales las personas utilizan las vías en sentido contrario. 

“Muchas veces un ciclista se siente más seguro cuando viene el tráfico de frente porque sabe lo que está pasando. En cambio, cuando viene un carro por detrás, no sabe si le van a aventar el carro. Sobre todo cuando el tráfico es muy agresivo”, explica el activista.

También hay que considerar que un ciclista usa trayectorias diferentes a las que ocupa un carro debido a los riesgos a los que está expuesto: tráfico, inseguridad, vulnerabilidad a ser atropellado. “Entonces todas estas cosas hay que tomarlas en cuenta y no poner barreras, sobre todo cuando estamos tratando de impulsar una movilidad no motorizada, que es ecológica, y podría ser incluso un ejemplo a nivel nacional de modelo de ciudad ciclista”.

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